ALICANTE. La constructora Corisa, que promueve la construcción de un hotel de cuatro estrellas en el número 19 de la calle Rafael Altamira, literalmente junto al edificio del Ayuntamiento de Alicante, no sólo aguarda la concesión del permiso municipal para poder iniciar los trabajos de rehabilitación del inmueble. La empresa, que adquirió el edificio en pública subasta al Ayuntamiento de Alicante en el verano de 2016, también trata de delimitar el futuro uso de sus bajos comerciales con el desarrollo del proyecto.
Según precisaron a Alicante Plaza los propietarios de esos locales, la constructora estaría negociando posibilidades de compra para disponer del 100% del inmueble, que en realidad está dividido en dos fincas, con fachada a Altamira y Mayor, constituyendo una manzana completa. En esta línea, la empresa ya ha concertado la adquisición del local en el que se encuentra el restaurante Casa Dimas, con acceso desde el pasaje Pórtico de Ansaldo, que continuará prestando servicio hasta que no se inicien las obras de remodelación (en el caso de que se autoricen).
En segundo término, también se habría llegado a un principio de acuerdo con el propietario de otros tres locales con fachada en la calle Mayor, que se han venido arrendando a terceros hasta ahora. Se trata del bajo que ahora ocupa una tienda de souvenirs; otro local que se llegó a alquilar al Ayuntamiento para la instalación de oficinas y, por último, el bajo ocupado hasta hace unos meses por el restaurante Casa Mayor. De hecho, su cierre se ha desencadenado justo ahora, cuando vencía el contrato de alquiler, para allanar el aterrizaje del futuro hotel.
No obstante, según los propietarios consultados, no existe todavía un acuerdo firme con los propietarios de un quinto local: la inmobiliaria Huesca & Serradell. En principio, el objetivo de sus titulares es continuar en esa ubicación que consideran clave para su actividad, por el continuo tránsito de turistas. Según las fuentes consultadas, han recibido propuestas de Corisa pero sin que se haya concretado ninguna decisión.
Como ha contado este diario, la constructora (que se adjudicó el inmueble por un precio de 1,6 millones) prevé invertir 1,7 millones para su reconversión en un establecimiento de 50 habitaciones. El proyecto sigue pendiente de concesión de licencia y de la preceptiva autorización por parte de la Dirección General de Patrimonio de la Conselleria de Cultura, ya que se encuentra afectado por el entorno de protección del Bien de Interés Cultural (BIC) que constituye el edificio del Ayuntamiento.
La dirección territorial de Cultura ya autorizó el proyecto básico de intervención en el edificio para demoliciones interiores a principios de 2017 "recordando que en cualquier actuación de cualquier índole que, en su momento, se pretenda efectuar en las fachadas deberá tener la autorización de la Conselleria de tutela de Patrimonio".
Según se decía en el proyecto que se presentó para la ejecución de esas obras interiores se pretendía acometer la redacción de "un proyecto de ejecución para la realización de una intervención global en dos edificios contiguos que formarán, tras el citado proyecto y la posterior obra, un único conjunto destinado a uso hotelero. Dichos inmuebles son los ubicados en calle Mayor 24 y calle Altamira 19". Hasta ahora, según fuentes de conselleria, Cultura no ha recibido ese proyecto de ejecución para su estudio.