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culmar estará supervisada por un administrador pero tiene manos libres

La piscifactoría de Guardamar pide el concurso de acreedores para reestructurar sus deudas

21/04/2022 - 

ALICANTE. La piscifactoría de Guardamar del Segura, Culmar (Cultivos Marinos de Guardamar SL) se ha declarado en concurso de acreedores voluntario con la intención de reestructurar su deuda. El juzgado que dirige el concurso, Mercantil 3 (con sede en Elche) ha intervenido las facultades de administración de la empresa, pero no las ha suspendido, lo que significa que su dirección puede seguir tomando decisiones en el día a día supervisada por el administrador concursal.

En este sentido, el juzgado ha designado como administrador concursal al bufete Estudio Legal Económico y Concursal, de Eche, y ahora los acreedores disponen de un mes para comunicar sus créditos, como es habitual. La firma concursada, "con el fin de facilitar la continuación de la actividad empresarial", tal como señala el auto de apertura del concurso dictado por el juzgado, podrá realizar sin intervención del administrador concursal toda la operativa propia del tráfico comercial de su actividad, aunque necesitará su consentimiento para el resto de operaciones.

El juez autoriza expresamente a los administradores del concurso para que puedan revisar los libros y la contabilidad de Culmar, y recabar cuantos documentos o información consideren necesaria para el ejercicio de sus funciones, así como para la elaboración de los correspondientes informes. El administrador concursal deberá presentar el inventario dentro de los dos meses siguientes, un calendario que ya ha comenzado a correr. Asimismo, el plazo para la presentación de propuestas ordinarias de convenio comienza una vez transcurrido el plazo de comunicación de créditos (un mes). Los acreedores, por su parte, pueden presentar igualmente propuesta de convenio en el mismo plazo.

La intención del concurso es mantener la actividad de la empresa, según las fuentes consultadas, y superar una tensión puntual en una empresa que, pese a su reducida facturación y tamaño (comparada con otras piscifactorías en manos de grandes fondos), ha sido históricamente rentable. El volumen de negocio anual de Culmar rondaba los 10 millones de euros tras la pandemia, y aportaba el 25% de la dorada criada en España  al haber superado sin daños los últimos temporales que sí hicieron estragos en otras granjas marinas.

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