ELCHE. Alaska, Pedro Almodóvar, Nacho Canut, Radio Futura… Hay vida mucho más allá de las caras conocidas de La Movida. Y es justo honrar aquella parte más oscura, agitativa, joven; más punk. Es lo que se puede contemplar todavía en el Museo de Arte Contemporáneo de Elche (MACE), dentro del ciclo cultural sobre los 80 impulsado por el Ayuntamiento. ‘La Movida y los 80s. Una efervescencia musical’, es una exposición de Miguel Trillo, el fotógrafo que se encargó de inmortalizar aquella escena, y en la que también hay alguna foto suya de grupos heavys, además de colecciones de fanzines locales y cesiones privadas.
Este conjunto de fotos, desde 1976 hasta 1990, se centra, como la proyección de ‘De un tiempo a esta parte’ que tuvo lugar en enero en el cine Odeón, en esas otras formaciones que estuvieron tapados por la sombra que proyectaban todos aquellos grupos a los que hoy se reconoce cuando se habla de ‘la movida’. La directora del mismo fue la propia Beatriz Alonso Aranzábal, de Los Monaguillosh, uno de los grupos presentes en la exposición de Trillo, junto a otros no tan obvios de aquella etapa como Glutamato Ye-Ye, Sindicato Malone o Aerolíneas Federales.
En el espacio municipal de tres plantas se puede ver también la cesión del compañero Rafa Cervera de Cultur Plaza, en la que aparece su fanzine Estricnina, en el que narró las vivencias de la explosión cultural que también vivió la capital del Turia en los primeros 80s con grupos como Glamour o Interterror, amén de la escena de Madrid y la internacional, con entrevistas varias. Carteles de conciertos, fragmentos de fanzines, letras de Aviador Dro o Los Nikis; Pequeñas huellas que hay entre la cantidad de fotos de gente joven que vivió aquello en primera línea, mostrando las vestimentas propias de las hoy desaparecidas tribus: Rockers, punks, heavys, algún mod… Una explosión juvenil más allá de Madrid.
Un tesoro fotográfico en el que también se ven los estrafalarios o atrevidos peinados, también entre las mujeres, rompiendo los moldes que el franquismo había estado cimentando hasta unos cuantos años antes. Incluso por el atrevimiento, el descaro y la desinhibición, sin miedo a los patrones de conducta o al qué dirán, se intuye una mayor libertad sexual y menos cohibición que la que puede existir hoy dependiendo de a qué escenas jóvenes se mire. En cualquier caso, retratos que se complementan también con la parte local, porque si algo tuvo La Movida, es que no sólo tapó a otros grupos madrileños, también a los movimientos que había en la periferia del país.
En una de las salas hay una televisión en la que se proyecta un pequeño documental con personajes insignes de la cultura ilicitana que vivieron aquellos tiempos, como el difundo y grandísimo Manuel Maciá, Pito Karcoma, Macoqui o recuerdos del local de heavys Hipogrifo. Rastros de una época más salvaje como lo fueron los 80s, acompañados de fanzines ilicitanos como Venganza Vatussi en los que hay entrevistas y artículos sobre formaciones de punk ilicitano o punk y sonidos más oscuros de Alicante, como PP Tan Solo y Morticia y los Decrépitos respectivamente. Además, en la exposición también se pueden comprobar modelos de las Boogies de aquellos días, los zapatos Mod que se llevaban también en Elche, haciendo honor a la tradición industrial de la ciudad. Una parte de la época tapada y que hay que poner en valor.