BENIDORM. La oposición de Benidorm se ha puesto de acuerdo en algo: reprobar la actitud del equipo de Gobierno Local, conformado por el PP y Ciudadanos por Benidorm. Aunque las flechas iban directas a los populares. El pleno celebrado este lunes terminó antes de lo que se preveía porque nada más iniciarse la sesión, el portavoz de Ciudadanos, Rafael Gasent, que llegó justo a tiempo, tomó la palabra nada más sentarse para leer en voz alta un discurso en el que pedía más consenso y diálogo a los concejales del PP, incluido el primer edil.
Según el regidor de la formación naranja, hablando en voz de sus compañeros en la oposición, el gobierno local tomas las decisiones sin informar al resto de grupos. Por lo que quisieron dar un golpe en la mesa y recordar a los populares que están en minoría, con 10 concejales tras la incorporación de CBM, frente a los 14 restantes (sin contar al concejal no adscrito, Leopoldo Bernabeu, con el que no cuentan ni en el PP ni en la oposición).
Todo ello ante la cara de estupefacción del alcalde de Benidorm, Toni Pérez, que le había dado paso en el tercer punto (tras la lectura del acta pleno anterior y un punto de la Constitución). Pero el asombro se acrecentó cuando Gasent explicó que a partir de ese momento, la oposición pediría la retirada de los puntos del equipo de gobierno local, es decir, desde el tres hasta el 11. Salvaban así el número 12, que era el protocolo por las obras del centro cultural.
De esta forma, se fueron anunciando todos los puntos por parte del secretario municipal, Gasent tomaba la palabra para pedir la retirada, y tras la lectura de la defensa por parte del concejal de turno, terminaba votándose la retirada por los votos a favor de Ciudadanos, PSOE, Compromís-Los Verdes y Liberales. En contra, PP y CBM, mientras que el concejal no adscrito, como es habitual, votaba abstención, según dijo, porque estaba a favor de que se reprobara al gobierno local, pero no se había contado con él.
Entre las mociones que se quedaron sin aprobar estaba la adjudicación del contrato de Parques y Jardines, la normativa por la que se regirán en el control de horarios de los funcionarios para fichar a la entrada y salida del ayuntamiento, el nuevo convenio con Llorente Bus o el estudio para la candidatura de Benidorm para ser declarado Patrimonio de la Humanidad. Sobre la mesa se quedaron las tres mociones de Compromís-Los Verdes, porque entendían que era un pleno para reprobar la actitud del PP, mientras que sí que se votó y salió adelante la del centro cultural y otra de Ciudadanos para regular el uso del patinete en la vía pública.
Mientras hacían todo esto desde la oposición, habían registrado la petición de celebrar otro pleno el lunes de la semana que viene, de urgencia, y que cuenta con siete firmas, suficientes para que se tenga que convocar. Según explicó en las primeras declaraciones de la oposición durante el pleno, en este caso, la concejal de Liberales, Ángela Berna, serviría para tratar los temas que sí que consideraban importantes y que no se podían retrasar, como es el caso del contrato de parques y jardines así como el control de horarios. Todo ello mientras el portavoz del PP, José Ramón González de Zárate, movía los dedos haciendo en un gesto que les acusaba de querer hacerlo porque así cobrarían por esta nueva sesión. No obstante, el escrito de la petición de la nueva convocatoria se especifica que no sea remunerado.
Todo este motín que se encadenó en el pleno de Benidorm venía de origen desde Ciudadanos, como así lo reconocieron varias partes de la oposición. Éstos tomaron cartas en el asunto cuando la semana pasada hubo una tensa junta de portavoces, en las que se trató de esclarecer lo que se tendría que hacer con dos asuntos importantes para la ciudad y que implican al empresario alicantino, Enrique Ortiz. Por un lado, la expropiación de El Moralet, que aún no tiene solución por la contradicción de informes entre Intervención y el secretario municipal; y por otro, la tasación de la estación de autobuses, por la que se tuvo que contratar incluso a un controller para saber si el precio fijado era el real o estaba mal planteado.
Entre insinuaciones de las posibles relaciones que podría tener el PP con el empresario, del que el portavoz del PSOE, Rubén Martínez, recordó en más de una ocasión que había reconocido que había financiado de forma ilegal al partido, todo ello terminó con una moción de urgencia por los mismos partidos. En este caso, pedían que actuaciones de control y fiscalización en todos los expedientes abiertos de Benidorm con Ortiz. En especial, reclaman en primer lugar una auditoría para la expropiación de los terrenos de El Moralet. En segundo lugar, instan a la "redacción inmediata" de las líneas básicas del planeamiento urbanístico del Plan Armanello, así como que la Comisión de Armanello haga los controles y fiscalización necesaria. Por último, exigen que se cumpla con el acuerdo plenario relativo a la estación de autobuses de agosto de 2016, en la que se pedía que hubiera una tasación de las instalaciones.
A petición del concejal de Ciudadanos, Juan Balastegui, el interventor manifestó que la tasación de la estación no estaba bien hecha, a esto se acogieron para considerar que el acuerdo plenario de hace casi un año no se haya cumplido. No obstante, el secretario municipal instó a los proponentes de la moción a que fueran más claros porque no sabría qué informar sobre el asunto, y que aclararan si lo que querían era una tasación externa porque él ya había hecho cinco informes sobre este tema. Punto último que no llegaron a reflejar ni en el escrito ni en voz alta.
De todo esto subyace una idea, la moción de censura. El propio portavoz de Compromís-Los Verdes, Josep Bigorra, dijo en más de una ocasión que si tan mal veían la gestión del bipartito, "le digo a mis compañeros que lo que hay que hacer es cambiar al gobierno", soltó en una de sus primeras intervenciones. Una idea que el propio concejal no adscrito arengó en varias ocasiones, apresurándoles a que fueran valientes en este sentido. No obstante, esta idea sigue sin calar en los concejales de Ciudadanos, que recordaron que esto sería un aviso para frenar la actitud del PP.