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La misma historia de siempre

Foto: Pepe Olivares
27/03/2017 - 

ELCHE. Mala cosa es cuando en el minuto 40 de partido algunos de tus aficionados deciden levantarse de su butaca para emprender rumbo a casa. Fue un gesto duro pero que ejemplificó bien lo que se estaba viviendo entonces en el Martínez Valero. Decepción, impotencia y rabia contenida al ver cómo un rival que venía gravemente herido te pintaba la cara con la misma contundencia que el Lugo en la primera vuelta. Toda la euforia y buenas vibraciones vividas nueve días atrás se esfumaban de la peor manera posible.

45 minutos negros, nefastos, aciagos, funestos, desgraciados, fatídicos, desdichados… Cualquier adjetivo calificativo negativo se queda pequeño para explicar la primera parte de un Elche que estuvo perdido y sin rumbo. Y eso que las sensaciones prepartido eran inmejorables pero fue la misma historia de siempre, después de un gran partido, un gran bajón. El viernes pasado, los de Toril arrasaron con todas las de la ley a un Nàstic en racha y el 'play-off', eso que algunos habíamos dado por perdido, volvía a ser factible. 5 puntos bastaban para codearte con los gallitos de la Liga.

El reto no era fácil teniendo en cuenta la trayectoria de este equipo, que no ha sido capaz de repetir victoria de forma consecutiva en todo el curso. Diez ocasiones ha tenido para conseguirlo y diez ocasiones ha fallado. El Zaragoza salió a morder, a morir matando. Con voluntad y coraje. El cambio de técnico les ha venido que ni pintado y, por si fuera poco, el Elche les ha dado la vida que les faltaba.

Foto: Pepe Olivares

Parece mentira que sea Ángel quien precisamente marcara dos goles ‘made in Ángel’ ante un equipo en el que todavía quedan varios jugadores con los que compartió vestuario. El otrora ‘killer’ franjiverde hizo lo que mejor sabe hacer: buscar huecos a la espalda de la defensa con rapidez y verticalidad. Él solito destrozó ese muro defensivo que a Toril tanto le había costado levantar. La sensación que había es que el equipo, pese a ser el minuto 30’, necesitaba cambios urgentes, ya que el centro del campo estaba desbordado y Pelayo andaba perdido con el ‘runrun’ de la grada.

Toril, siempre frío desde el área técnica, cambió cromos en el descanso y apostó por defensa de tres. Total, ya no había nada que perder. Bien por la relajación rival o bien por las buenas intenciones de un Elche herido en el orgullo el equipo fue otro. Los franjiverdes insistieron pero la noche ya no iba a dar más de sí. Nino falló lo que no acostumbra (tuvo tres claras), Valle le dio al palo y Pelegrín no atinó en un remate claro de gol. Mejor darle al 'off' y a pensar en otra cosa.

Foto: Pepe Olivares

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