La lotería (del poder) ha caído esta semana en Benidorm. La capital turística de la Comunitat Valenciana (y de España para muchos) tiene desde esta semana a la consellera de Innovación, Industria, Comercio y Turismo, en Nuria Montes, y al presidente de la Diputación de Alicante, en Toni Pérez.
Dos perfiles de contrastada experiencia. Montes, en el ámbito empresarial y conocedora del sector de toda la Comunitat, desde que Hosbec se ha convertido en la patronal autonómica. Pérez por ser un alcalde muy respaldado por las urnas, pero que ha vivido toda una serie de vicisitudes en política: desde una moción de censura que le arrebató el poder al PP con un tránsfuga a gobernar en el mandato más difícil con 8 concejales y siete partido representados en la corporación pasando por los años de vinos y rosas de Zaplana y Vicente Pérez Devesa.
No creo que ambos tengan dificultades en la gestión. Es más, creo que tiene experiencia de sobra para llevar adelante las empresas que les ha encomendado el president Carlos Mazón. Montes deberá tener buen tino en la elección de sus secretarios autonómicos, fundamentalmente, el de Industria, pues es uno de los grandes sectores económico, sino el más importante, pese a que no aporte tanto al PIB como el turismo. La industria tiene múltiples beneficios: atrae inversión, ancla empresa de alto valor formativo -Toni Pérez también reivindicó el viernes que el turismo no deslocaliza-; y retribuye mejor a la masa laboral. Además, requiere a su alrededor de una industria auxiliar y oferta formativa, que dota a los territorios de mayor sostenibilidad económica, y fomenta la colaboración entre firmas. Y no hay que olvidar que la industria exportadora ha sido uno de los campos que mejor se ha adaptado a periodo postcovid y ha mostrado más resiliencia en la búsqueda de nuevos mercados. Esperemos que Nuria acierte en la elección; en este campo, Rafa Climent ha dejado el listón muy alto, como han expresado en múltiples ocasiones las asociaciones empresariales.
El turismo siempre estará ahí. Y gobiernen quienes gobiernen, siempre generará debate. Da la sensación de que el resultado del 28M haya dejado a un bando ganador, pero la amenaza sigue latente, y se llama cambio climático. Diría que la gran tasa turística que nos viene encima son los efectos que genera el cambio climático. Lo hemos vivido estos días. Y creo recordar que lo apunté en alguna que otra columna: la preocupación llega a las grandes corporaciones de inversión y tiene efectos ya palpables en el sector inmobiliario: hay compradores que ya buscan territorios en los que las temperaturas sean más suaves.
No creo que decir esto sea demonizar algún sector. Es más, como dijo Nuria Montes el jueves, el turismo fue de los primeros que empezó a manejar conceptos como la sostenibilidad. Ahora bien, el turismo tiene y tendrá otros debates que gravitan entorno al sector, como la prestación de servicios públicos; las relaciones laborales y las condiciones del territorio, esa gallina de los huevos de oro que nos ha dado todo y que debemos cuidar. Sin paisaje no hay poder de atracción; sin buenos servicios (e infraestructuras), no hay competitividad; y sin buenos salarios (y gente formada), el sector no encuentra mano de obra. El gran debate sigue (y seguirá) siendo si todo debe seguir igual, o si alguno de los agentes -público o privado- se implica más en su aportación a la fórmula de éxito. Pero el debate siempre estará porque la fórmula de éxito no es única.
Toni Pérez tiene hechuras para ese debate, y muchos más. Su condición de músico le concede un conocimiento del territorio amplísimo; su gestión de Benidorm también le da herramientas para otros modelos, más singulares, y su talante -aunque a veces la superestructura del PP tenga vicios-, le posibilita para alcanzar acuerdos con (casi) todos (a tenor de las intervenciones de los partidos de la diputación veo lo de Vox complicado). Lo tiene todo de cara. Y esa es la suerte que tiene ahora Benidorm, a diferencia de otros feudos del PP surgidos del 28M. Con el tiempo veremos, si Pérez es un jinete que lleva la diputación a los lomos del propio Mazón, o si introduce matices en sus peculiaridades de gestor, que las tiene. De momento, se han llevado el premio (y la responsabilidad). Él y Nuria Montes.