ALICANTE. De una plantilla que no ha rendido ni al 25% de lo esperado, poco o nada se puede salvar. Solo las estrecheces económicas pueden evitar que el Hércules lleve a cabo una más que profunda limpia del vestuario.
La falta de gol, el agujero negro que ha sido el centro del campo y la inseguridad defensiva con la portería y el centro de la zaga están ahí, por lo que la hoja de ruta a seguir parece clara: las posiciones a reforzar y los contratos a rescindir... Si la economía de guerra en la que vive instalado el club lo permite, no hace falta ser un lince para saber por dónde cortar.
El domingo será otro día de despedidas en el José Rico Pérez y es que ante la Llagostera muchos jugadores defenderán por última vez la camiseta blanquiazul, siendo también muy posible que sea el último encuentro en el Hércules del técnico, Josip Visnjic. Un año más, a estas alturas de curso, todo son rumores sobre una lista de bajas en la que algunos de sus integrantes parecen claros porque finaliza su cesión, acaban contrato o se va a tratar de darles la baja. Así, por ejemplo, como señalados tendríamos a Buigues, Peña, Connor, Santamaría, Miñano, Navarrete, Pepelu, Moha, Óscar Díaz y David Torres.
Reforzar la portería, dotar de cerebro al centro del campo y de pegada al ataque se antojan claves si de una vez se quiere ascender, algo para lo que todo apunta que el Hércules tendrá solo una oportunidad más, el próximo curso y siempre que sepa estirar los plazos mareando la perdiz con la reclamación de siete millones de la Comisión Europea y resolver el entuerto de la deuda con la Agencia Tributaria .