ALICANTE. El alcalde de Alicante, Gabriel Echávarri, se ha mostrado este viernes "absolutamente decepcionado" con el conseller de Educación, Vicent Marzà, que, a su juicio, "no ha tenido a bien" asumir la petición de la ciudad para que se adelantara la finalización del curso escolar 2017-2018 para que no coincidiera con las Fogueres de Sant Joan en junio de 2018. Por ello, ha anunciado que elevará una queja al jefe del Consell, Ximo Puig.
Una petición que, ha subrayado, era "de toda la ciudad" para que acabaran los días lectivos "antes de que empezaran les Fogueres". Echávarri, en declaraciones a Europa Press, ha lamentado que se lo pidió "personalmente" y "toda la ciudad" y "finalmente" el calendario escolar acabará el 22 de junio, cuando las Fogueres arrancan el 19.
Para el primer edil, esta circunstancia hará "difícil" que el año que viene puedan visitar las fiestas grandes de la ciudad "muchas familias valencianas con sus hijos". "Profundamente decepcionado con el señor Marzà que ha demostrado no tener ninguna sensibilidad con la ciudad de Alicante, por lo que elevaré una queja al president de la Generalitat, Ximo Puig", ha aseverado.
En parecidos términos se ha expresado el portavoz municipal del PP, Luis Barcala, que ha criticado la "nula sensibilidad" del Consell por aprobar un calendario escolar para el curso 2017-2018 de Infantil y Primaria en el que el final de las clases se situá el 22 de junio. En esta línea, ha acusado a PSPV, Compromís y Podemos de "nula sensibilidad" con Alicante y sus fiestas y ha lamentado que el alcalde, el socialista Gabriel Echávarri, sea "un cero a la izquierda".
"Que no haya servido absolutamente de nada las protestas y el ruego de las Fogueres y desde la oposición, para que se reconsiderara la propuesta, demuestra que desde València no se mira a Alicante", ha incidido. Barcala ha afirmado que la aprobación ha llegado "con el silencio cómplice del inútil tripartito que está a otras cosas y le importa muy poco los alicantinos".
Para el edil, la decisión sobre el calendario escolar es una "humillación" para Alicante y sus fiestas y "generará graves perjuicios para la economía, porque impedirá que mucha gente que tenía previsto venir a Alicante a las Fogueres no pueda hacerlo porque sus hijos tengan todavía clase".