En los últimos tiempos, y especialmente tras la pandemia, el debate público sobre la importancia de la salud mental se ha intensificado en España.
Los datos al respecto son alarmantes: más de 2,1 millones de españoles sufren algún cuadro depresivo (el 5,25 % de la población mayor de 15 años), 230.000 de ellos de manera grave, y el 5 % tiene diagnosticada ansiedad.
Además, los Trastornos de la Conducta Alimentaria (TCA) son la tercera enfermedad crónica más frecuente entre adolescentes, mientras que el suicidio es la primera causa de muerte no natural en jóvenes entre los 14 y los 29 años, por encima de los accidentes de tráfico.
Pero, en pleno siglo XXI, muchas personas todavía siguen tratando la cuestión de la salud mental como un tema “tabú” que afecta únicamente a una minoría con un perfil concreto, por lo que se sigue estigmatizando a las personas diagnosticadas con trastorno mental y los síntomas de malestar psicológico se mantienen en un segundo plano.
Por suerte, las cosas están cambiando, y la visibilización de la salud mental, su cuidado y sus consecuencias es cada vez más importante.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) define a la salud mental como “un estado de bienestar mental que permite a las personas hacer frente a los momentos de estrés de la vida, desarrollar todas sus habilidades, poder aprender y trabajar adecuadamente y contribuir a la mejora de su comunidad”.
Nuria Javaloyes, Jefa del Servicio de Psicología del Hospital Quirónsalud Torrevieja, destaca que la salud mental no solo es la ausencia de enfermedad mental, tal y como se definía hace unos años, ya que afecta a las emociones, a las relaciones sociales y al plano psicológico.
«Nuestra salud mental influye en la forma en la que pensamos, sentimos y actuamos. Nos ayuda en nuestro funcionamiento diario, también a relacionarnos con otras personas, a manejar los estímulos internos y externos, y a tomar decisiones», explica.
Cada persona experimenta la salud mental de una forma diferente.
Los riesgos de sufrir estas dolencias pueden manifestarse en cualquier etapa de la vida, aunque la OMS destaca que son especialmente perjudiciales las que ocurren en la primera infancia.
Respecto a los factores que influyen en la salud mental, pueden ser individuales, sociales y estructurales, y de origen biológico, psicológico o relacionados con el entorno, tal y como nos explica Nuria Javaloyes.
«Los factores biológicos son nuestras características genéticas y fisiológicas. Dentro de los factores psicológicos vinculados a la salud mental, encontramos tanto aspectos afectivos, relacionales y cognitivos, como antecedentes familiares de problemas de salud mental. Por último, la salud mental puede verse muy afectada por experiencias (por ejemplo, traumas vividos en la infancia) y también por nuestro estilo de vida (dieta, ejercicio físico o abuso de sustancias)».
Por otra parte, la prevalencia de la depresión en mujeres duplica a la de hombres (7,1 % frente a 3,5 %) y, en los cuadros de depresión grave, la diferencia es mayor: 1 caso grave en hombres por cada 3,5 tres casos graves en mujeres.
El espectro de problemas de salud mental es muy amplio. Aun así, podemos establecer la siguiente clasificación en función de su origen:
Trastornos mentales orgánicos (Alzheimer, Demencia, etc.).
Trastornos mentales debidos al consumo de sustancias (alcohol o drogas).
Trastornos psicóticos (Esquizofrenia, Trastorno esquizotípico, etc.).
Trastornos afectivos (Trastorno bipolar, depresión, etc.).
Trastornos de ansiedad (Fobias, Trastorno obsesivo-compulsivo, Estrés postraumático, Trastornos disociativos, etc.).
Trastornos del comportamiento (Trastornos de la conducta alimentaria, Trastornos del sueño, etc.).
Trastornos de la personalidad (Límite, Narcisista, etc.).
Sí. La salud mental y la salud física están interconectadas, por lo que «se afectan mutuamente».
«A grandes rasgos, podemos hablar de las consecuencias que tienen los problemas físicos en nuestra salud mental, como por ejemplo, los problemas psicológicos de adaptación tras el diagnóstico de una enfermedad crónica degenerativa».
Por otra parte, la enfermedad mental puede aumentar el riesgo de problemas de salud física, «como ocurre con las enfermedades cardiacas, los accidentes cerebrovasculares o la diabetes tipo 2 entre otras».
En este sentido, existen situaciones que pueden ponernos alerta sobre la presencia de un problema o una enfermedad mental.
Algunas de ellas son:
Cambios bruscos en hábitos de alimentación o de sueño.
Pérdida brusca o aumento excesivo de energía.
Aislamiento social y abandono de actividades lúdicas placenteras.
Sensación de vacío y ausencia de ilusión por la vida, unida a un sentimiento de desesperanza.
Cambios de humor severos que causan problemas en las relaciones sociales.
Pensamientos rumiantes obsesivos.
Dolores y molestias inexplicables.
Consumo excesivo de sustancias como el alcohol o las drogas.
Autolesiones o ataques violentos hacia otras personas.
Escuchar voces o creerse cosas que no son ciertas.
Limitación para las actividades básicas de la vida diaria, como ir al trabajo, cuidar a los niños, descuidar el aseo personal, etc.
Detectar un problema de salud mental no siempre es sencillo, ya que, en ocasiones, algunos de los «síntomas» que hemos enumerado anteriormente pueden deberse a otra circunstancia.
En todo caso, Nuria Javaloyes recomienda ir al especialista cuando las señales que hemos indicado sean cada vez más recurrentes o «cuando existe la sensación de que las dificultades, en un determinado momento o circunstancia, superan los propios recursos que tiene la persona para solucionarlas, afectando a su bienestar y generando malestar y sufrimiento».
Los problemas de salud mental son tratados por Psiquiatras y Psicólogos, y la forma ideal de identificarlos y solucionarlos es «mediante el trabajo conjunto entre ambas especialidades».
Por otra parte, en las enfermedades mentales graves siempre será necesaria la intervención de un Psiquiatra, ya que es quien puede prescribir tratamiento psicofarmacológico.
«El Psicólogo es quien realiza la parte de psicoterapia una vez realizada la evaluación y el diagnóstico», matiza Javaloyes.
La prevención es clave para mantener una buena salud mental.
Para ello, es fundamental identificar algunas de sus manifestaciones.
Otra de las ideas básicas para cuidar la salud mental es «saber que es una responsabilidad propia, individual».
Según Nuria Javaloyes, el primer paso es «la parte física, llevando una alimentación sana y equilibrada, haciendo ejercicio y descansando/durmiendo lo suficiente».
Otros consejos que nos ayudarán a cuidar nuestra salud mental son:
Saber manejar el estrés diario de manera adecuada.
Cuidar nuestras relaciones sociales y afectivas (amigos, familia, pareja, etc.).
Tener un sentido de nuestra vida o, al menos, reflexionar sobre ello.
Sentirse realizado en la actividad laboral o encontrarle un significado.
Practicar alguna forma de meditación o atención plena, como el mindfulness.
Pedir ayuda es básico para identificar y tratar los problemas relacionados con la salud mental. Ante cualquier síntoma, no dudes en consultar con tu médico o con un especialista.
Solicita más información en el servicio de psicología del hospital Quirónsalud Torrevieja