la tribuna del politólogo / OPINIÓN

La importancia de la memoria histórica (2)

13/03/2017 - 

Esta semana hemos visto con bastante vergüenza y estupor como Alicante volvía a ser noticia en toda España por un tema que nunca habríamos querido. En el barrio de José Antonio, se ha retirado la placa a la recién denominada “Plaza de la Igualidad” para recuperar su antiguo nombre “División Azul”.

Una vez más, nos ha tocado presenciar también como los diferentes partidos políticos municipales vuelven a utilizar la Memoria Histórica como arma arrojadiza, de los unos contra los otros.

Compromís ha solucionado el asunto muy fácilmente. “La culpa es del PP, que quiere calles franquistas en Alicante”.

La parte que obvia el partido valencianista es que ellos no quisieron que la lista de calles modificadas fuera votada y consensuada en el pleno municipal (donde el tripartito no tiene mayoría). El PP lo que hizo fue recurrir judicialmente este proceder.

Pero antes ni siquiera de conocer la decisión judicial al respecto, la concejalía comenzó ya a cambiar las placas. Y un ayuntamiento no puede ejecutar un acto administrativo si ha sido recurrido, obviamente. La jueza acabó paralizando estos cambios e incluso les obligó a reponer las placas ya quitadas hasta que se resuelva el recurso definitivamente. Si el objetivo era actuar sin esperar para presionar a la jueza, no salió muy bien.

El asunto, vaya sorpresa, generó nuevas fricciones entre el tripartito. Echávarri comentó que si la concejalía hubiera estado regentada por el PSOE “habrían actuado de otra manera”. Guanyar en principio apoyó a muerte a Compromís e hizo suyo también el discurso de que “la culpa es del PP que es franquista”. Pero esta semana parece que se ha comenzado también a desmarcar, no asistiendo a una reunión al respecto.

La oposición, vaya sorpresa también, han aprovechado el asunto para seguir haciendo sangre en el tripartito. Lo último del PP ha sido incluso exigir que la concejalía de Memoria Histórica sea suprimida, como condición para apoyar los presupuestos (recordemos que como el tripartito no tiene mayoría en el pleno, las cuentas de 2017 aún están sin aprobar).

En definitiva, por si ya diera poca vergüenza el hecho de quitarle una plaza a la Igualdad para dársela a la División Azul en mi ciudad, los partidos alicantinos no cesan en su empeño de seguir utilizando la Memoria Histórica para sus peleas.

Los que gobiernan meten la pata, y cuando los jueces les dan un toque, le echan la culpa a la oposición. Los que están en la oposición, que aseguran defender la Memoria Histórica, proponen cargarse la concejalía y rebajarle el presupuesto.

Me gustaría recordarles a todos que la memoria es algo más serio que todo esto. Un pueblo que no conoce su historia está condenado a repetir sus mismos errores.

Vivimos tiempos oscuros en Europa, en el que un nuevo fascismo está resurgiendo disfrazado de populismo. Esta semana se celebran las elecciones en Holanda, y el partido de extrema derecha es el primero en los sondeos. Igual en Francia, cuyas elecciones son en mayo.

El estudio y conocimiento de la historia es un remedio indispensable para frenar este tipo de fenómenos nacionalistas y xenófogos, que nuestro pasado ya nos ha demostrado en innumerables ocasiones que no conducen a nada bueno.

Pero utilizar la historia como arma política, tratar de contar solo una parte de ella, reescribirla o usarla para enfrentar a la población; todo ello no supone sino un uso irresponsable y equivocado de la Memoria Histórica.

Quitemos las calles a símbolos y personas de la dictadura que nada tienen que ver con Alicante y aprovechemos para recordar a todos los alicantinos ilustres olvidados, así como a aquellos que durante la Guerra Civil, Posguerra e incluso en la Transición fueron asesinados por defender sus ideas. Independientemente de cuáles fueran éstas. Y hagámoslo con consenso. Logremos al fin que Alicante esté en paz con su propia historia.

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