Los hombres tienen tasas de morbilidad y mortalidad más alta que las mujeres, normalmente, debido a causas subyacentes y relacionadas con estilos de vida poco saludables, evitables y modificables, como el tabaquismo, el consumo de alcohol, el sobrepeso o el sedentarismo.
Durante el mes de noviembre tiene lugar «Movember», una iniciativa cuyo objetivo es recaudar fondos y concienciar sobre la importancia de cuidar la salud masculina, prestando especial atención a la prevención del cáncer de próstata, el cáncer de colon o la depresión.
El término salud masculina hace referencia a los temas relacionados con el bienestar y el equilibrio físico, emocional y mental de los hombres.
El primer paso para cuidar la salud masculina es identificar las principales causas de muerte en los varones y sus factores de riesgo para tomar medidas, apostando siempre por la prevención.
Y es que, una buena prevención no solo evita la aparición y la propagación de enfermedades: también reduce la necesidad de realizar tratamientos y actuaciones sanitarias más costosas.
Además de cuidados básicos como dejar de fumar, disminuir el consumo de alcohol, cuidar la alimentación y practicar ejercicio de manera regular, los especialistas recomiendan a los varones de todas las edades hacerse revisiones periódicas para mejorar su calidad de vida y detectar a tiempo posibles problemas graves.
Un chequeo es un tipo de reconocimiento médico que sirve para valorar el estado de salud general de una persona, diagnosticar enfermedades de manera precoz y promover, ejecutar, aplicar y evaluar actividades de prevención.
«Según la OMS, lo recomendable es hacerse un chequeo cada cuatro años antes de cumplir los 40, cada dos hasta llegar a los 60, y uno al año después de esta edad», explica el Dr. Alexandr Zhiganov, especialista en Medicina General y coordinador de chequeos en Quirónsalud Torrevieja.
«También hay que tener en cuenta la situación individual de cada persona, especialmente cuando se han seguido (o se siguen) algunos hábitos de riesgo (fumar, beber alcohol habitualmente y comer en exceso) o cuando hay antecedentes familiares de cáncer, diabetes o enfermedades del corazón».
Todo chequeo comienza con una entrevista personal para conocer los antecedentes médicos y los hábitos de vida actuales del paciente.
Después, se hace una exploración general para «valorar su estado de salud e identificar posibles patologías o situaciones de riesgo que pueden evolucionar hacia alteraciones de diferentes órganos y sistemas», explica el Dr. Zhiganov, quien puntualiza que estas revisiones suelen completarse con pruebas como:
Las necesidades y problemas de salud en los hombres varían mucho a lo largo de la vida.
Por eso, las revisiones médicas son diferentes en cada franja de edad.
«Durante la adolescencia y la veintena, la prevención de la salud en el varón se centra en la promoción de hábitos saludables y en evitar el sobrepeso. Lo ideal es controlar la tensión arterial (si no hay riesgo cardiovascular) y el colesterol cada 4-5 años. También se recomienda realizar una revisión anual en el estomatólogo, así como estar al día en la vacunación».
El doctor Zhiganov matiza que a los menores de 35 años que practican deporte de alta intensidad se les recomienda tener una historia clínica que incluya un «examen del aparato circulatorio y un electrocardiograma para detectar anomalías relacionadas con la muerte súbita».
Entre los 30 y los 50 años, los chequeos médicos en varones se centran en la prevención de enfermedades cardiovasculares y en el debut de patologías como la diabetes.
«Los controles de colesterol o hipertensión se vuelven más exhaustivos en esta franja de edad, y suele ofrecerse a los pacientes la realización de una prueba de esfuerzo y un ecocardiograma. También conviene prevenir los factores de riesgo asociados a la diabetes tipo 2, sobre todo si hay antecedentes en la familia».
A partir de los 50 se recomienda hacerse analíticas periódicamente, además de llevar un control de la salud cardiovascular.
También se realizan pruebas de cribado para la detección precoz del cáncer, especialmente cáncer de pulmón, cáncer de próstata y cáncer de colon.
«La edad de inicio y la frecuencia de estas pruebas dependerá de los antecedentes familiares, de los hábitos personales y de los resultados obtenidos en las primeras exploraciones practicadas. Aun así, a partir de esta edad a los fumadores se les hace una TC para descartar cáncer de pulmón y comienzan a hacerse test para detectar de sangre oculta en heces o colonoscopias».
Pasados los 60 años, los chequeos preventivos en varones incluyen «revisiones anuales con oftalmólogo y otorrino-laringólogo para detectar cualquier problema de audición o en la visión, y la vacunación de la gripe para evitar complicaciones al encontrarnos en un grupo de riesgo de esta enfermedad común».
Las mujeres, de forma general, están bastante concienciadas sobre la importancia de acudir al ginecólogo para hacerse revisiones periódicas.
Sin embargo, muchos hombres evitan o posponen las revisiones urológicas por desinterés, falta de información, miedo o vergüenza.
El sistema urinario y genital masculino es bastante complejo y puede experimentar complicaciones, de ahí la importancia de hacerse revisiones urológicas en las diferentes etapas de la vida.
«La prevención es la mejor medicina y estos chequeos son clave para diagnosticar precozmente y tratar problemas graves, algunos asintomáticos hasta que ya se encuentran en un estado avanzado, como el cáncer de próstata», explica la doctora Amparo Míguez, uróloga de Quirónsalud Torrevieja
«Los principales problemas urológicos en los jóvenes de entre 18-20 años pueden devenir desde su adolescencia y se relacionan con el comienzo de la vida sexual. Me refiero a asuntos del pene, principalmente problemas de fimosis y frenillo», comenta la doctora Míguez
Por su parte, entre los 18 y 30 años, es frecuente acudir al urólogo por procesos de infección urinaria, cálculos renales o enfermedades/infecciones de transmisión sexual (ETS/ITS).
«El cáncer del testículo se desarrolla en edades tempranas, por lo que hay que alertar a los jóvenes para que, ante cualquier anomalía descubierta en los testículos, acudan al urólogo», concluye.
Los primeros chequeos generales en varones sin sintomatología se realizan entre los 45 y los 50, y los pacientes van a la consulta del urólogo «recomendados por su médico de atención primaria o por el boca a boca en su trabajo o grupos de amigos».
La mayoría de las consultas están relacionadas con síntomas como levantarse por la noche a orinar (nocturia) o que el chorro de la orina tenga menor fuerza y calibre.
En esta franja de edad también comienzan a detectarse casos de cáncer de próstata de manera precoz.
«Hay una gran variedad de factores externos/ambientales asociados al riesgo de desarrollo de cáncer de próstata y su progresión, como la hipertensión arterial. Igualmente, la hipercolesterolemia y la obesidad suponen factores de riesgo. El cáncer de próstata puede tener un factor hereditario, por eso es importante comenzar los chequeos a partir de los 45 años si existe historia en la familia directa», comenta la doctora Míguez
La frecuencia de chequeos urológicos es mayor a partir de los 60 años, cuando aparecen la obstrucción prostática y la disfunción eréctil.
«La hiperplasia benigna de próstata es un término histológico (del tejido prostático) por el que aumenta el tamaño de la parte central de la uretra prostática. Su prevalencia aumenta con la edad: a los 40 años solo un 8% de los hombres relata que tiene algún síntoma asociado, pasando al 50% a los 60 o al 80% en los 90».
Los urólogos de Quirónsalud Torrevieja también destacan la importancia de las pruebas de screening para la detección precoz del cáncer de próstata.
«El cáncer de próstata produce síntomas cuando ya está avanzado. Si logramos hacer un diagnóstico precoz, no solamente podemos evitar que el paciente fallezca gracias al tratamiento: también conseguiremos menos complicaciones y dolencias durante la enfermedad».
El Dr. Alejandro Pascual recomienda a los varones sin factores de riesgo chequear su salud cardiovascular a partir de los 45 años.
«Se debe realizar un examen dirigido hacia la búsqueda de síntomas cardiológicos o enfermedad cardiovascular establecida, así como una valoración clínica y analítica en busca de la presencia de los factores de riesgo cardiovascular más directamente relacionados con el desarrollo de las enfermedades cardiovasculares, como son la hipertensión arterial, la dislipemia, la diabetes mellitus, el tabaquismo, la obesidad o el sedentarismo», explica.
El especialista Alejandro Pascual, jefe de Cardiología Quirónsalud Alicante, asegura que la presencia de uno o varios factores de riesgo (hipertensión, colesterol, diabetes, tabaquismo, sedentarismo), en combinación con otro factor no modificable como es la edad, «aumenta la probabilidad de desarrollar enfermedad cardiovascular en los años venideros, por lo que tenemos la oportunidad de controlarlos reduciendo la morbimortalidad».
Según el Dr. Pascual, la valoración del riesgo cardiovascular en hombres debe realizarse cada cinco años, aunque este tiempo se acorta cuando hay antecedentes o el paciente se encuentra «próximo a plantear el inicio de una intervención terapéutica».
