amplía su colección vegana con las nuevas 'Teemo Rinnova'

La ilicitana 'SlowWalk' pone en el mercado las primeras zapatillas hechas de maíz

26/01/2018 - 

ELCHE. El calzado sostenible está de moda. La marca ilicitana SlowWalk, conocida por fabricar zapatos 'veganos' con suela reciclable (cuenta incluso con certificados de asociaciones como PETA o Animal Free) acaba de poner en el mercado unas zapatillas hechas con piel de maíz. Más exactamente, elaboradas a partir de la parte no comestible del maíz. Se trata de las nuevas 'Teemo Rinnova', que amplían la colección verde de esta startup creada hace cinco años por el joven Juan Caparrós, quien en 2013 abandonó sus estudios de biología para dedicarse al negocio familiar, pero desde una nueva perspectiva.

¿Zapatos de maíz? Pues sí. SlowWalk lo ha hecho posible tras meses de investigación, que han cristalizado en esta innovadora colección cápsula de la startup. Del mismo modo que el resto de creaciones de la marca, la 'Teemo Rinnova' ha sido elaborada de forma artesanal desde Elche, la capital del calzado, "a partir de un proceso de fabricación manual, como antaño, lo que redunda en la disminución de emisiones de CO2", según explican desde la empresa.

El calzado, en edición limitada, está confeccionado a partir de un novedoso material 100% orgánico, obtenido a partir de la parte no comestible del maíz, que la empresa espera que conquiste tanto a veganos como a no veganos por su diseño, con exóticos y coloridos estampados kaleidoscópicos de inspiración boho: desde mándalas indios y cenefas mayas, hasta tótems y plumas de los nativos americanos. Al igual que todas las creaciones veganas de SlowWalk, estas nuevas zapatillas incorporan una suela de goma de látex natural reciclado, obtenida a partir del caucho de otros pisos, que además de sostenible resulta confortable para el pie por su flexibilidad, capacidad amortiguadora de impactos y diseño anatómico.

SlowWalk se precia de fabricar calzado que respeta el medio ambiente y al mismo tiempo no genera ningún maltrato animal, al no usar piel. Las creaciones de Juan Caparrós cuentan con el certificado de protección animal Vegan Approved de PETA y 'Animal Free', que garantiza su fabricación completamente libre de cualquier componente animal. "En SlowWalk tenemos presente que el veganismo no sólo hace referencia a una forma de alimentarse, es una postura ética y una filosofía de vida, por ello apostamos por el calzado vegano y diseñamos colecciones completamente libres de cualquier componente animal", señala.

En 2013, Juan Caparrós, con solo 20 años de edad, decidió empezar de cero tras abandonar sus estudios de Biología y seguir con la tradición de su padre y su abuelo en el calzado, con una mirada innovadora. La apuesta por el zapato vegano llegó en 2017: "Debíamos seguir innovando y en países como Alemania era muy demandado. El mundo vegano necesitaba de este calzado ya no por estar a la moda sino por ser un producto con personalidad", explicaba este emprendedor en junio, al lanzar su primera colección vegana (Teemo). Un millar de pares de zapatos 'verdes' con suela de goma reciclada y una doble plantilla con forro de microfibra, patentada por la marca. Además, las cordoneras son elásticas, sin necesidad de que se abrochen, y es que, según Caparrós, la comodidad y la flexibilidad son la insignia de Slowwalk. 

Las zapatillas de SlowWalk "están dirigidas a la gente vegana que quiere un zapato actual, cómodo y respetuoso con el medio ambiente y los animales, pero también para aquellos que no siguen este tipo de filosofía y les gustan nuestros modelos". Cuando la vida del zapato llega a su fin, está diseñado de tal forma que se puede separar la suela del corte para que se pueda reciclar. El concepto de sostenibilidad se extiende también al envoltorio y la caja, ya que está fabricado con cartón cien por cien reciclable.

De esta primera colección se fabricaron alrededor de mil pares, que se agotaron rápidamente, a pesar de que Teemo salió a la venta en mayo y sólo para compra online. De esta forma, el calzado vegano de SlowWalk ya ha llegado a todo el mundo, incluso a aquellos lugares donde la marca ilicitana no dispone de tiendas físicas como Bélgica, Rumanía o Estados Unidos.

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