ALICANTE. El sector de la hostelería de la provincia de Alicante arrecia en su contestación a las últimas medidas impuestas por la Conselleria de Sanidad, mientras la Administración autonómica se ratifica en su postura e incluso medita endurecerla en función de cómo evolucione la pandemia. Restaurantes, cafeterías, bares y pubs de la capital alicantina y de Benidorm se concentraron este jueves ante la Subdelegación del Gobierno, mientras hosteleros ilicitanos hacían lo propio en el Centro de Congresos, para exigir que se levanten la restricciones y que, en todo caso, se habiliten ayudas para el sector.
En el caso de la concentración alicantina, fueron unas 700 personas según la organización las que apoyaron la lectura de un manifiesto en el que los empresarios de la restauración y el ocio nocturno rechazan la "criminalización" a la que consideran que les someten estas medidas, exigen que se les deje trabajar "con normalidad" y, para evitar la quiebra de mucho de ellos, reclaman ayudas específicas (que de momento no se han planteado, tras la entrada en vigor de las restricciones) y que les permita acogerse de nuevo a ERTE "a coste cero".
Estas exigencias son las que el sector planea llevar, seguramente la próxima semana, ante la Generalitat. De momento se han organizado protestas más o menos locales, pero la estrategia pasa por unir a hosteleros de toda la Comunitat en una gran concentración en València, y entregar un documento con sus peticiones a la Administración autonómica. Los hosteleros defienden que son un sector seguro, que fueron los primeros en cerrar de forma voluntaria (antes de decretarse el estado de alarma) y los últimos en abrir, y que ahora se les imponen nuevas limitaciones que, avisan, van a arruinar a muchos establecimientos.
El discurso de la hostelería alicantina se da de bruces con el de la consellera de Sanidad, Ana Barceló, quien este mismo jueves, en su comparecencia para informar de la evolución de la pandemia, recordó que quedan dos semanas más (al menos) de restricciones y recordó que su departamento estudia la situación "todos los días", por lo que algunas cuestiones que ahora son "recomendaciones", como el número máximo de personas en una reunión, podrían pasar a convertirse en "obligaciones" en función de las cifras de contagio.
En algo sí coinciden hostelería y Sanidad: la mayoría de los brotes detectados en las últimas semanas no se han originado en los locales de la Comunitat afectados por limitaciones horarias y de espacio (o, directamente, por su cierre), sino en reuniones privadas. Pero, como señaló Barceló este jueves, "no podemos poner un policía en cada reunión familiar". Así que, de momento, quedan 14 días de pubs cerrados y terrazas con dos metros entre los respaldos de las mesas contiguas y sin clientes de pie en la barra, con la 1 como hora límite para bajar la persiana y la medianoche para dejar de atender clientes.
Unas medidas que Alroa, la asociación de pubs de Alicante, intentó tumbar sin éxito en el TSJ (el Alto Tribunal consideró justificadas y proporcionadas las medidas, tal como contó Alicante Plaza), pero que la patronal nacional Hostelería de España, de la que forman parte entre otros los alicantinos de Apeha, sigue intentando recurrir en los tribunales. La asociación hostelera coordina la interposición de recursos de sus asociados en cada autonomía, dado que cada comunidad ha transpuesto la orden ministerial de una manera.
Mientras, el alcalde de Alicante, Luis Barcala, ha remitido una carta a la consellera de Sanidad para pedirle que estudie la posibilidad de permitir a los pubs abrir en horario de bar (hasta la 1 de la madrugada) y usando solo las mesas de la terraza, sin permitir el acceso al interior. Una medida que según el munícipe se ha implantado en otras autonomías y que permitiría aliviar el quebranto económico para el sector, del que destacó su colaboración para aplicar las medidas de seguridad.