DÉNIA. Dénia ha vivido un momento histórico para la ciudad y para la memoria democrática de España. La ciudad ha reunido a dos personas herederas de un pasado que deja más claros que sombras y que obliga a hacer una revisión de la historia y ha pedir perdón en público. Eso es lo que ocurrió este miércoles 24 de abril en la Biblioteca de Dénia, donde se proyecto el documental Urraca, cazador de rojos, dirigido por Pedro de Echave y Felip Solé.
La pieza hablaba de Pedro Urraca, un policía franquista que dedicó su vida a cazar, literalmente, a personas vinculadas a la II República. De hecho, fue quien atrapó al que fuera ministro de la Guerra y presidente de la Generalitat de Cataluña, Lluís Companys, para que fuera fusilado en España. Más allá de la proyección de esta pieza, el acto reunió a dos personas clave: Loreto Urraca y Luis Pérez-Segnini.
La primera es nieta de Pedro Urraca y el segundo, nieto del embajador de México en Francia en 1940. El diplomático ayudó a muchos repúblicanos a exiliarse al país americano y que protegió a Manuel Azaña, presidente de la República hasta que abandonó España, de propio Urraca, que acechaba en París el político español y al que llegó a encañonar con una pistola en plena calle de la capital gala.
Así lo contó Loreto Urraca en Dénia. La nieta del ‘cazador de rojos’ quiso dejar bien claro en la capital de la Marina Alta que lleva años trabajando e investigando para “desafiliarse” del apellido y que para ello ha escrito una novela donde cuenta todo lo que ha averiguado. Loreto participa en el documental donde se cuenta la historia de su abuelo, cómo persiguió a “rojos” en la Francia ocupada por los Alemanes y cómo los nazis ayudaron a su abuelo en sus crueles fines.
Loreto Urraca, durante su intervención antes de la proyección del documental.
Loreto Urraca habló claro ante una sala llena de gente en Dénia: “Es un personaje miserable, ruin. El espía de los espias. Descubrí que mi abuelo había tenido esta lamentable trayectoria en 2008, en un artículo de prensa. Fue una sorpresa. Sentí vergüenza, mi apellido me estalló como una bomba”.
La nieta de Urraca llegó a conocer a su abuelo ya de anciano. Fue su padre, que la había abandonado a los cuatro años quien la llamó al cumplir 18 y le propuso reencontrarse y conocer a sus abuelos. “Eran gente fría. Mi padre no tuvo una relación familiar con ellos, fue fría y distante. Quizá por ello no supo afrontar la paternidad y huyo”.
Loreto Urraca durante su intervención y Luis Pérez-Segnini.
El documental narra la historia de Urraca en Francia. Hablaba de sus inicios y de cómo acabó teniendo como único cometido perseguir y traer a España a personas relacionadas con el bando perdedor de la Guerra Civil. Estuvo protegido por la Gestapo, donde le conocían con el sobrenombre de Unamuno.
Urraca puso todo su empeño en atrapar a Azaña, era para este enviado del régimen como un trofeo, y aunque estuvo cerca no lo logró. No pudo detener a Manuel Azaña debido a la mediación de Luís Rodríguez Taboada, entonces embajador de México. Este diplomático ayudó a muchos exiliados a salir de Francia y refugiarse en su país, pero con Azaña tuvo que optar por otros métodos.
La delicada salud del que fuera presidente de la República obligó al embajador mexicano a buscar un alojamiento. Optó por un céntrico hotel en París, donde medicalizó una parte para poder alojar a Azaña: “Convirtió el alojamiento en un espacio diplomático, por lo que Urraca no pudo acceder para detener a Azaña”.
Publico asistente al acto y ejemplares de las novelas de Loreto Urraca.
Pero el día que llegaba Azaña para entrar en el hotel, Urraca le esperaba en la puerta. Allí sacó una pistola con la intención de detenerle o incluso disparar, pero la respuesta del embajador mexicano sorprendió, dado que sacó otro revolver, apuntando al agente franquista. De esta forma, Azaña pudo acceder al recinto, aunque al poco tiempo murió en la habitación en la que se alojaba.
Todo esto se recordó en la sala de la biblioteca de Dénia y tras las proyección del documental se produjo un encuentro simbólico. Loreto Urraca, nieta del agente del régimen, se encontró con el nieto del embajador que ayudó a tantos españoles a huir de su abuelo y de los nazis, dado que en aquella época muchos exiliados acabaron en campos de concentración. “La solución final sólo podían darla los alemanes, que disponían de infraestructura”.
El nieto del embajador Taboada es Luis Pérez-Segnini, que en el acto habló de la figura de su abuelo y del trabajo que realizó en aquellos años para ayudar a los defensores de la libertad.
Este acto dio inicio a la Semana de la Memoria de Democrática de Dénia de 2024, una iniciativa que lleva celebrándose desde 2021. El 5 de mayo, Día de homenaje a los españoles deportados y muertos en campos de concentración y a todas las víctimas del nazismo de España, a las 12 del mediodía, tendrá lugar en el cementerio de Dénia el acto de homenaje a los dianenses víctimas del nazismo. Una iniciativa de las familias de las víctimas que coordina y promueve el historiador Josep Ahuir.