BENIDORM. “Nos lo pasamos mejor ayer”, cuenta Jorge Martí tras terminar el concierto acústico en la piscina del Low Festival. Está ya seco después de haberse lanzado al agua para cerrar de forma épica la sesión. Y se le ilumina la cara cuando piensa en la noche que acaba de pasar en el festival de Benidorm.
La Habitación Roja aceptó participar en la barbacoa especial con la que la organización invitaba a unas decenas de afortunados usuarios escogidos a través de redes sociales. El encuentro de Benidorm ya lo conocen bien tras haber actuado en varias ocasiones en él a lo largo de su década de historia. Incluso uno de sus miembros, Marc Greenwood, colabora con ellos.
Este sábado por la mañana han llegado cerca del mediodía a la piscina donde han podido estar un rato en ella antes de que llegaran los primeros invitados sobre la una. “Ha sido divertido -reconoce-, una vez te pones en el papel”. Antes los fans han sido transparentes, bromeando entre ellos y con el público. “Ayer lo dimos todo”, decía Jose Marco. “Aún nos queda mucho por dar”, contestaba Martí.
Y para demostrar que estaban todos dispuestos a ello, Marco, el batería. Libre de ella, se ha soltado y por dos veces se ha tirado a la piscina para deleite de los asistentes que le jaleaban. “Normalmente está sentado con su batería y la gente no lo conoce del todo, hoy se ha destapado como un front-man increíble”, cuenta risueño el cantante.
Esa felicidad se mantiene al describir la noche de estreno del Low. “Creo que hicimos un concierto que sonó muy bien por lo que mucha gente de confianza nos ha dicho”. Esta serie de conciertos le llega en un momento muy especial tras la grave enfermedad que sufrió en la primavera. “Para mí fue liberador tras el problema de salud de hace tres meses. Te pasa eso y te replanteas todo. Piensas que todo tiene un final. Y ver ayer a tante gente, pese a que coincidíamos un rato con Phoenix que eran cabeza de cartel, hizo que todo saliera muy bien”.
Buenas sensaciones pese a que no habían tenido tiempo de hacer la prueba de sonido. Estábamos “a tope de adrenalina”, confiesa. Hicieron un chequeo de líneas del que se hace entre concierto y concierto y “siempre hay problemas técnicos con mucho estrés pero una vez está todo solucionado, tuvimos cinco minutos para ponernos una camiseta y salir a tocar”.
Martí resume esas sensaciones con un “tocar al Low es como tocar en casa, la gente nos quiere mucho”. Y ese sentimiento, que ha sido particularmente fuerte este año, les llega porque “nos tienen como un grupo clásico de los que son para siempre, lo que es muy gratificante”. Eso sí, también añade, “que teníamos ganas de ser protagonistas por lo de ayer, por la música, y hoy, por las cosas que rodean a la música”.
‘Memoria’ es el disco que han presentado en esta edición, del que en el concierto del viernes interpretaron cuatro temas y en la sesión del sábado, otro más. De las doce canciones que escogieron para la hora que tenían marcada quisieron guardar esa parte representativa del último trabajo pero también “las canciones emblemáticas que quieres escuchar a un grupo cuando vas a verlo a un festival a la una de la mañana”.