ELCHE. Dentro de las energías renovables, las más implantadas y conocidas son la energía solar o la eólica, pero también hay otras vías para generar energía eléctrica. La firma de Elche Powerturbines, ubicada en el Polígono de Carrús, se centra en la fabricación de bombas hidráulicas usadas como turbinas para generar energía eléctrica en redes de agua potable. Explotan la energía hidráulica a escala pequeña, un concepto que denominan energía minihidráulica. El ingeniero industrial Enrique Ruiz es el responsable del departamento técnico de esta firma ilicitana que nació a finales de 2019 y que esperan dar el salto a Europa pronto porque "contamos un sistema novedoso en el campo de la energía renovable, sencillo de implantar y con un proyecto muy escalable", asegura.
Esta startup nació a finales de 2019 después de que otra empresa de energía que creó Ruiz, ubicada en Almoradí, se viera afectada por las inundaciones de la DANA que asoló la comarca de la Vega Baja aquel año y sus socios decidieran seguir otros caminos. "Yo decidí reinvertir en un nuevo proyecto", asegura. Y ahora dirige junto a otro socio, el ingeniero de caminos, canales y puertos Álvaro Soria, esta iniciativa. Esta propuesta les valió a sus creadores ser ganadores de uno de los premios "Emprendedor del Mes" que otorgó el Ayuntamiento de Elche en 2020.
Desde una nave de 400 metros cuadrados en el Polígono de Carrús y 100 metros cuadrados para oficina realizan las labores de ingeniería para diseñar las nanoturbinas. "La fabricación la realizamos subcontratando a empresas locales que hacen el cuadro eléctrico. Al final podemos ofrecer un kit con turbina, cuadro eléctrico e instrucciones para implantarla. De momento no necesitamos más mano de obra y es un proyecto sencillo y exportable", apunta Ruiz.
Desde que existe la firma han realizado unas 20 instalaciones y aseguran que la clave de este nuevo formato de generación de energía está en el tamaño más pequeño. "La energía hidráulica se viene explotando desde hace mucho tiempo, pero a lo grande, por ejemplo en pantanos, con turbinas enormes. Hacemos lo mismo pero a nivel pequeño con turbinas que se pueden aplicar en aprovechamientos de agua". Por ejemplo, su público objetivo principal son las empresas de gestión hídrica, que pueden poner estas turbinas en depósitos donde reciben agua, o en plantas potabilizadoras. En definitiva, en lugares donde haya diferencia de altura y caudal y pueda transformarse en energía eléctrica. Otra de las claves de su startup es que, según sus creadores, "no está popularizado, es muy nuevo y solo se realiza este tipo de proyectos a nivel de innovación o experimental, pero no como producto para su venta. Nosotros sí que lo comercializamos", señalan.
Así, pues, el foco de estos creadores está en conseguir clientes como las empresas de distribución y gestión de aguas municipales, que son un gran mercado y pueden ser potenciales compradoras. También ponen atención a las comunidades de regantes, con canales y obras hidráulicas que gestionan y, además, a nivel más anecdótico, a particulares con una fuente hídrica que tengan en propiedad y que puedan usar para la generación de energía eléctrica. Algunos de los últimos ejemplos de esta última lista de clientes son el de un hotel rural en Moratalla (Murcia), con riachuelo que pasa por su área y han instalado una de las turbinas o un ayuntamiento del Pirineo aragonés, el San Juan de Plan, donde han colocado una turbina en un pequeño manantial con la que pueden abastecer de iluminación al pueblo.
Las nanoturbinas de esta startup ilicitana son capaces de generar - hablando de las más grandes- unos 25 kilowatios de energía que sirven para surtir a unas 50 viviendas. Enrique Ruiz asegura que se trata de un proyecto "muy escalable" porque la fabricación es sencilla, "de Tente". Por el momento, la nave en el polígono de Carrús es más que suficiente para trabajar en el proyecto, pero si crecen, podrían moverse a otras instalaciones más grandes. "Aspiramos a liderar este tipo de energía y nos podemos expandir a otros países, aunque paso a paso". La idea para vender fuera sería con apoyo de comerciales, expertos en venta de productos hídricos y que conozcan el terreno en otros países para poder llegar a esos clientes "porque aún es un producto muy desconocido aunque innovador", afirma el responsable del departamento técnico de la empresa ilicitana.
A lo largo de 2021, Powerturbines quieren expandir su negocio a Europa. "Ya hemos tenido un par de pedidos fuera, en Francia y este año en Noruega". En estos momentos están montando turbinas para una empresa de aguas en Dinamarca y esperan aumentar estas instalaciones fuera de España en breve. Además, otra de las novedades de la empresa es que, a nivel interno, han pedido una subvención Createc para crear un banco de prueba para simular la presión de agua que tendrían en una instalación real y poder experimentar y, en un momento dado, a traer a clientes internacionales para ver cómo funciona su labor. "Se trata de un proyecto de I+D importante para nosotros". Está ahora pendiente de resolución.
Entre algunos de los casos de éxito que tienen, disponibles en su página web -powerturbines.eu- está una instalación en una planta potabilizadora de Granville (Francia), que recibe agua bruta bombeada desde un río. El agua se almacena en un embalse elevado antes de ser tratada en la planta. Aquí han instalado la turbina en bypass con la válvula motorizada de entrada. La válvula solo se utiliza en caso de hacer trabajos de mantenimiento en la turbina.
La potencia generada es de 7kw trabajando con un caudal de 95 litros/segundo y un salto de presión de 1 bar y se puede llegar a generar 61.320 kwh/año. Esta energía la usan en su totalidad para autoconsumo energético en la propia planta de tratamiento.
Otro caso es en Salamanca, con una red de abastecimiento de agua potable dispone de varias válvulas reguladoras que reducen la presión en determinadas zonas del municipio. Con la instalación de la turbina en paralelo a una de las válvulas reductoras de presión de la ciudad, se aprovecha una energía anteriormente disipada en forma de ruido y calor en la propia válvula. La miniturbina se ha instalado en paralelo a la válvula reductora mediante un bypass. De esta forma, parte del caudal de la válvula reductora se deriva por la turbina para producir energía.
Con esta solución basada en el autoconsumo se consiguen importantes ahorros en la compra de energía a la compañía eléctrica. La turbina funciona 24 horas al día los 365 días del año generando energía de forma continua.