En la noche del martes, con nocturnidad y alevosía, -horas antes de que Juan Carlos Girauta twitteara que dejaba Cs-, recibo el mensaje de una allegada cercana al hombre fuerte de Rivera, que me escribe: “Pactando con Sánchez…”. Puntos suspensivos que representan la traición que sentimos muchos miembros del partido, que vemos cómo Inés Arrimadas ha abrazado al hombre que humilló a Rivera al inicio de la legislatura, y que fue reprendido por Casado mientras la ahora lideresa de la formación naranja permanecía impasible. En ese instante, muchos nos dimos cuenta de que el Ciudadanos que se vislumbraba tendría poco que ver con el anterior…
Si el antecesor de Arrimadas, Albert Rivera, tiene como sino de vida la libertad, su delfina ha condenado a los españoles a otros quince días bajo el falso amparo de un gobierno totalitario que trata de anestesiar su deriva iliberal con el estado de alarma. Ciudadanos ha pasado de ser el adalid del liberalismo, a convertirse en el tonto útil de unos déspotas des-ilustrados que legitimaran su dicta-blanda gracias al papel cómplice de Arrimadas. Cuando ningún grupo, a excepción de los nacionalistas vascos -quienes seguro que han obligado al ejecutivo a pasar por caja para conseguir a cambio de su apoyo una suculenta concesión-, ha respaldado la medida, llega Cs, este partido que repudiaba al sanchismo, y salva la vida a una cuadrilla que representa el verdadero problema para España. Parece ser que Inés no ha leído las densas tablas clasificatorias que sitúan a nuestro país como el que peor ha gestionado la crisis del Covid-19…
Como decía al principio, el liderazgo de este partido poco tiene que ver con el anterior. Si Albert Rivera en sede parlamentaria definió a un gobierno PSOE-Podemos como “la banda”, señalándole como el peor mal que podía asolar a España -quizá por eso prefirió hacerse el harakiri político antes que entregarle a una personalidad arrogante y totalitaria como la de Sánchez las llaves de La Moncloa-, y profetizó lo que ahora está ocurriendo, la degeneración de una democracia en la que se persigue a los disidentes del Gobierno, tratando de maniatar a todas las instituciones para que no se salgan de la línea invisible que ha marcado el ejecutivo, las mismas siglas que ejercieron como dique de contención del despotismo socialista, son ahora las que sirven de coartada a su modus operandi. ¿En qué cabeza cabe que un partido que se considera liberal llegue a un acuerdo con unos mandatarios que lo único que están haciendo es coartar los derechos de los españoles? Algunas cabezas reconocidas, como la de Federico Jiménez Losantos, y no duden que es una voz de autoridad, sobre todo cuando se habla del cesarismo de izquierdas -les recomiendo su Historia del Comunismo-, se han cuestionado si la última actuación de Ciudadanos choca con su pertenencia al grupo de los liberales europeos. Posicionamiento que ya comenzó a reflejarse cuando Toni Cantó empezó a plantear posibles pactos con el PSPV en la Comunidad Valenciana, -de hecho un buen amigo, en plan sorna, me trasladó la amenaza de que si esa operación se llevaba a término, dejaría de ver por las mañanas una serie en la que aparece el actor reconvertido a político-, que está a años luz del practicado por el viejo Ciudadanos, del que no deja de comprobarse que no es ni una sombra de lo que fue. Solo hay que ver los últimos tweets de Rivera en los que condena bruscamente al ejecutivo de Sánchez, y que como atestiguó una noticia publicada por El diario.es al inicio de esta crisis, el expresidente se desmarca de la estrategia de la nueva dirección ratificada la pasada semana.
La señora Arrimadas se equivoca. Está confundida, porque está cayendo en la trampa de la izquierda. Falso progresismo, que siempre ha sido experto en comunicar para manipular a la masa. Lo sorprendente es que una persona inteligente, como aparentemente es la líder de Ciudadanos, sea pasto de ese poder mediático, y se trague la teoría del caos planteada por el Presidente del Gobierno, que pone contra la espada y la pared a la oposición, al dibujar una realidad en donde el estado de alarma es la única solución a la pandemia. Juego de sombras. De engaño. Que hace pasar por alto cómo el Gobierno con alardes mesiánicos, al mismo tiempo que se presenta como el salvador de los españoles, nos está reduciendo las libertades y cambiando el sistema utilizando la situación extraordinaria como salvoconducto para revolucionar lo establecido. Un buen amigo abogado me hizo llegar ciento cincuenta páginas de alegaciones redactadas por el Colegio de Abogados de España, en las que se constata cada una de las normas vigentes que Sánchez y su banda están modificando entre tanta falta de refrendo parlamentario.
Violación de libertades, que se están camuflando entre el espíritu protector de papá Estado, representado por Pedro Sánchez y Pablo Iglesias, -al que hasta el Padre Ángel le da las gracias y ruega a Dios agradeciéndole que existan personas como el líder de Podemos-, maquillando el carácter despótico de las medidas, condicionando garantías como la de los ERTES a la prevalencia del estado de alarma. Enjundia en la que ha caído la líder de Ciudadanos. Leyendo las tres prerrogativas conseguidas por su partido a cambio del apoyo a Sánchez, uno siente que le están tomando el pelo. En primer lugar, nos encontramos con la iniciativa de desvincular las ayudas a los afectados por los expedientes reguladores y parece ignorarse que no es necesario que se dé una prórroga del estado de alarma para que estas bonificaciones tengan vigencia, puesto que se podría aprobar un Decreto ley para extenderlas. En segundo lugar, para mí la más ambigua, se vela por “consensuar una salida ordenada del Estado de Alarma”, algo llamativo, teniendo en consideración que antes de que se estableciera este mecanismo constitucional, algunos territorios como La Rioja, procedieron al confinamiento previo a la emergencia sanitaria. En última instancia, se establece el compromiso de que Ciudadanos se reúna con el Gobierno cada semana para analizar la situación, como si los diez escaños que tienen en el Congreso fueran a hacer algo…Algunos todavía viven anclados en aquella apoteósica noche en donde parecía que el Partido Popular era pasto del liberalismo, -ese que ahora han olvidado-, consiguiendo 57 escaños.
Diputados, los que han respaldado la prórroga, que contradiciendo a Juan Carlos Girauta, que el mismo día que formalizó su baja del partido escribió en el ABC un artículo sobre el chantaje, aceptaron las condiciones cainitas del Gobierno y cayeron en un acuerdo torticero, que nadie en su sano juicio hubiera aceptado. Con el Estado de Alarma han servido de nuevo a Sánchez en bandeja de plata todos los poderes del sistema, obligando a los españoles a obedecer a un Presidente tiránico a quien le encanta tenernos encerrados en nuestras casas para no viciar el proceso de una nueva normalidad con expresiones que sean un resquicio de libertad en medio de tanta opresión.
No alcanzo a entender que un partido que ha luchado desde sus inicios contra los abusos a la ciudadanía sea ahora cómplice de la mayor gorronería de la historia de España, legitimando el totalitarismo de Sánchez tragándose sus propias mentiras. Engaños, de los que parecíamos estar despojados. Lorena Roldán, la portavoz de Cs en el Senado, criticó duramente la gestión del ejecutivo en esta crisis durante la sesión en la cámara alta el mismo día en el que Arrimadas cerró filas con el jefe de ese ejecutivo que horas antes criticaba…Se está viendo en estos instantes quién tiene unos principios férreos que prevalecen por encima de las siglas de un partido y quiénes, sin embargo, son capaces de renunciar a su forma de pensar por un sueldo público. ¿Cómo es posible que personas que hace semanas estaban despotricando contra el Gobierno ahora vitoreen a Arrimadas y apoyen a ese mismo ejecutivo? Ya escribí en mi artículo Endiosados lo mucho que detesto a los ídolos…Renuncia al misticismo de personas que me hace tomar la decisión de dejar Ciudadanos como consecuencia de su deriva hacia ninguna parte -ilusos son los que se creen que podrán arañar votos a alguno de los partidos del panorama-, y el apoyo incondicional -ya he dicho que los tres requisitos firmados me parecen una quimera-, a un Presidente que está maniatando a la ciudadanía. Dominación que no puede saldarse con sumisión, sino con una respuesta contundente. No llevamos luchando años contra la intolerancia para que ahora blanqueemos a un gobierno que no hace más que perseguir y señalar a los que no piensan como ellos…Que no cuenten conmigo. Siempre he estado del lado de los débiles, no me voy a pasar ahora al prisma opuesto por meros intereses vacuos. Por nuestra democracia, por la España insumisa. ¡Viva la libertad!