ALICANTE. Si hay una taberna alicantina que en poco tiempo se ha alzado como uno de los máximos referentes del tapeo en la ‘terreta’ esa es Chico Calla. Los pocos que todavía no conozcan uno de sus establecimientos, solo con el nombre podrán intuir lo que encontrarán en la mesa: proximidad y autenticidad. Luego, la cuenta hará el resto para conquistarles porque, con una sorprendente relación calidad-precio, se meten en el bolsillo al comensal al final de la experiencia. Clientes que, por otro lado, habrán acudido en busca de un lugar en el que comer o cenar de forma distendida y animada... y estarán en lo cierto.
Esa mezcla perfecta es la que llevó al éxito al primer establecimiento que Fernando Vidal y Francisco Candela abrieron en el año 2013 en la calle San Francisco de Alicante. Fernando, de hecho, pertenece a una nueva generación de la familia que gestionó la sala de conciertos Gallo Rojo, en El Campello, donde llegaron a actuar artistas de la talla de Julio Iglesias, Imperio Argentina, Jorge Mistral o Carmen Sevilla. Un mítico lugar al que hace constantes referencias en sus restaurantes —tanto en el local como en la carta, incluso en su propio logotipo—, con ese toque de romanticismo que propicia que pronto se identifiquen con el sitio tanto los más jóvenes como aquellos que conocieron la sala. Juego que bromas y referencias que, aunque pueda parecer irrisorio, después genera en la mesa bonitas conversaciones en las que revivir momentos o aprender curiosidades.
Nostalgia al margen, el producto de cercanía y los platos típicos de la zona son un valor seguro que han sabido aprovechar. Tanto que la afluencia constante de gente les llevó a abrir en menos de cuatro años su segundo restaurante en la avenida Benidorm de la Playa de San Juan, pero pronto le seguirían también las ciudades de Elche (calle Mare de Deu del Carmen) y Benidorm (calle Tomás Ortuño). Sin embargo, ahora rompen la frontera psicológica de la provincia para recalar nada menos que en Madrid, en el número 41 de la calle Lope de Rueda. Una expansión de su 'marca' gastronómica que se ha producido por medio de asociados.
Fernando Vidal y Francisco Candela son los propietarios de los dos establecimientos de Alicante, mientras que en Elche y Benidorm cuentan con nuevos socios que se encargan de gestionar el día a día del restaurante. Lo mismo ocurre en Madrid, donde se han asociado con los alicantinos Juan Carlos Climent y Beatrice Balak. Un combo al que también han sumado a los hermanos Francisco y Gerardo Guzmán, propietarios de la sastrería Guzmán, en el barrio madrileño de Salamanca, y asiduos visitantes de la ciudad de Alicante, donde pudieron descubrir el primer Chico Calla.
"Desde que se abrió en Alicante, nos quedamos enamorados del concepto y, desde hace un par de años, nos empezó a rondar en la cabeza la idea de abrir un restaurante con ellos, después de que hubieran abierto en Elche o Benidorm", cuenta Juan Carlos Climent. El concepto lo han tratado de trasladar ahora a Madrid y, a juzgar por las críticas que ha conseguido acumular en Tripadvisor en tan solo un fin de semana, parece que lo han conseguido. En este nuevo local, la carta es prácticamente la misma, solo que algunos de esos guiños que suelen hacer a la tradición y las costumbres alicantinas se hacen ahora también a su nueva ciudad de adopción. No hay más que ver el listado de montaditos, donde siguen el Playero o el Senyoret, pero ahora ha entrado el Chulapo o La Almudena, y además declaran su amor al nuevo público con el montadito Madrid, Te Quiero. "Hay alguna variación, pero es prácticamente la misma carta", recuerda.
Pero este nuevo equipo de seis no pretende quedarse solo ahí, sino que tienen en mente la posibilidad de llenar Madrid de restaurantes. "Somos muy ambiciosos y, si funciona, estamos dispuestos a poner uno en cada barrio haciendo patria de la 'terreta'", afirma Vidal, socio fundador. "Estamos dispuestos a seguir creciendo si la respuesta es buena", confirma Climent. De momento, la expansión sí seguirá, al menos, en Alicante, donde acaban de finalizar las obras del local contiguo al de la calle San Francisco. "La pandemia nos paralizó todo y hemos tenido que tenerlo cerrado todo el verano, pero desde este mismo viernes estaremos abiertos", explica Fernando Vidal. Allí han creado otro nuevo restaurante, con cocina independiente, pero justo en el local de aledaño. Dos Chico Calla en uno.
XIV Concurso de Cocina Creativa con Granadas de Elche