ALICANTE. En la era del teletrabajo, los modelos híbridos y el auge de los espacios flexibles como coworkings y centros de negocios, la provincia y la capital alicantina siguen la tendencia contraria a la del resto del país en el mercado de los espacios de trabajo. Mientras en València y otras grandes ciudades el precio del alquiler de las oficinas ha caído de forma significativa en los últimos años (más tras la pandemia), en Alicante ha sucedido todo lo contrario: no solo no se han depreciado, sino que incluso han experimentado un importante incremento.
Según los datos que maneja la tasadora alicantina Euroval, una de las más importantes del país, el alquiler mensual de un metro cuadrado de oficina en Alicante costaba en el segundo trimestre de este año, de media, 8,4 euros. Hace justo un año, al finalizar el confinamiento de la primera oleada del covid (con toda España teletrabajando por fuerza mayor), el precio del mismo metro cuadrado era de 7,6 euros. Es decir, el importe del alquiler de las oficinas se ha incrementado más de un 10% en un año.
El comportamiento de Alicante rompe completamente la tendencia de la Comunitat Valenciana y la nacional, donde en el último año la renta de las oficinas se ha depreciado de forma más o menos acusada. Así, según los datos de la misma tasadora, el precio del alquiler de las oficinas a nivel nacional se ha reducido un 8%; en la Comunitat Valenciana, la caída ha sido del 1,2%; y en la provincia de València la depreciación ha sido del 4,4%.
La causa para la reducción generalizada del precio de las oficinas en nuestro país, salvo excepciones, radica en la apuesta de las empresas por los modelos híbridos, más que presenciales, el paso que ya han dado o estudian algunas firmas hacia las jornadas de cuatro días, o la reducción de plantillas en las grandes sedes administrativas (como las que vienen acometiendo los grandes bancos españoles), fundamentalmente. Factores todos ellos que se dan en Alicante, pero con una diferencia fundamental: la escasez de oferta.
Las pocas oficinas disponibles para grandes empresas en la capital, donde el interés de las firmas nacionales e internacionales por asentarse es creciente al calor de proyectos como Alicante Futura o el Distrito Digital (aunque no se trata de una tendencia exclusivamente centrada en el ecosistema digital), explicaría el incremento del precio en un sector que en el resto del país circula a contrasentido. "Es un claro reflejo de que el trabajo a distancia no tiene efecto frente a otros factores como la escasez o un mercado limitado de espacios de oficina", analizan en Euroval.
No se trata tanto de que no haya oficinas disponibles, que las hay, sino de que la oferta no cumple las expectativas de la demanda. Así lo constata Javier Reina, presidente de la asociación empresarial Terciario Avanzado y al frente de la firma especializada en espacios de trabajo flexibles CustomSuits. "Diluida la ventaja fiscal de Irlanda, Alicante se ha posicionado como un destino muy atractivo para grandes firmas europeas, al igual que Málaga, pero mientras en la Costa del Sol se han puesto a generar más de 70.000 metros de oficinas, en Alicante no hemos reaccionado aún".
En este sentido, cabe recordar que grandes empresas como Everis o Accenture han tenido problemas para crecer en Alicante (finalmente resueltos); o que el propio Reina, con Panoramis Life & Business (25.000 metros), o el empresario Perfecto Palacio, con Nobo Centro Avanzado de Empresas (17.000 metros) han sido los primeros en reaccionar a este nuevo escenario con la puesta en marcha de grandes proyectos de oficinas, que nacen con el espacio ya prácticamente agotado.