ALICANTE. La empresa alicantina de contenedores de residuos Rototank, participada al 50% por el expresidente de la CEOE Juan Rosell, sigue inmersa en una espiral virtuosa. La empresa con sede en Biar, heredera de la antigua Jesmar (el otro 50% está en manos de Jesús de Juan, de la segunda generación de la juguetera), prevé facturar este año unos 8 millones de euros, y este verano se ha adjudicado dos suculentos contratos para suministrar sus innovadores contenedores.
El primero de ellos, a finales del pasado mes de agosto, con el Ayuntamiento de Talavera, en Toledo, que adjudicó a Rototank el suministro de 1.800 contenedores de carga lateral para renovar paulatinamente su parque de recogida de residuos: 300 de ellos de resto, 500 de papel y cartón; 500 de envases y otros 500 para bio residuos. La empresa de Rosell y De Juan se llevó así un contrato cofinanciado con fondos europeos que salió a licitación por 1,4 millones de euros.
El segundo, ya a finales de septiembre, ha sido con la empresa municipal de limpieza del Ayuntamiento de Sevilla. En este caso, se trata de un contrato adjudicado por cerca de 2,3 millones de euros para suministrar, como en Talavera, contenedores de polietileno de alta densidad. Rototank se ha impuesto a la otra empresa en liza pese a ser su oferta un poco más alta, por la calidad de su propuesta, según consta en la resolución de adjudicación.
Con estas dos adjudicaciones en apenas un mes, la firma alicantina se asegura un nivel de ingresos que equivale casi al 50% de su volumen de facturación previsto para este año, a realizar en los próximos meses. Como ha contado Alicante Plaza, el objetivo de la empresa es alcanzar los 12 millones de euros de ventas el próximo ejercicio, y fuentes de la compañía indican que se están cumpliendo los planes de crecimiento.
El incremento del negocio previsto por la empresa ha hecho que sus responsables ya estén pensando en construir unas nuevas instalaciones, como adelantó en diciembre a este diario el CEO de Urban Gravity (la filial de innovación de Rototank), Johnny Rosell. El plazo para poner en marcha este nuevo centro, en el que prevén invertir unos 3 millones de euros, apunta también a 2022. La intención es agrupar todo el proceso productivo y logístico de Rototank, que actualmente se lleva a cabo en la nave que la empresa posee en Biar. La firma busca para ello suelo en la zona, aunque no descarta tampoco Barcelona.
Como ha contado este periódico, la familia Rosell es dueña del 50% del capital de Rototank. Originalmente, Rosell buscó a la firma alicantina para fabricar contenedores adaptados a los camiones de recogida de carga lateral que produce la firma polaca Zoeller (ahora asentada en España como FFS Equipos Urbanos), de la que el expresidente de la patronal es también accionista con un 20%. Con el tiempo, Rosell entró en el accionariado de la firma alicantina, y alcanzó la mitad de su capital.
En Rototank trabajan unas 40 personas, aunque las previsiones de crecimiento apuntan a que también la plantilla se incrementará en los próximos años. Su apuesta por los contenedores Diamond, que se caracterizan por medir 1,5 metros de altura y reducir así su impacto visual (a cambio de perder tan solo 200 litros de capacidad) para los comercios y los peatones, ha merecido el reconocimiento del sector. En 2020, la feria del plástico de Barcelona, Equiplast, concedió a Rototank su premio al Diseño por el trabajo 'De carga trasera a multilateral. De inyección a rotomoldeo'.
La familia de Rosell entró en contacto con Rototank por su pasado en el sector del juguete (Juan Rosell viajaba con frecuencia a Onil, donde entonces se fabricaba en España la muñeca Barbie). De competencia, la familia de Jesmar pasó a ser partner industrial de los Rosell, y finalmente se ha integrado en el grupo de empresas que dirige Civislar, la firma patrimonial del expresidente de la CEOE. Civislar es a su vez accionista de la nueva FFS Equipos Urbanos, del Grupo Kirchhoff, consecuencia de una reorganización de Zoeller Equipos Urbanos el pasado octubre.