en la frontera / OPINIÓN

La 'embajada' de la Diputación en Elche

21/05/2023 - 

Carlos Mazón, candidato del PP a la Generalitat, bramó el otro día contra  los "gastos políticos", en alusión al exceso de cargos públicos y de asesores, y en alusión también a determinadas adquisiciones que ha ejecutado la Administración autonómica, Ximo Puig, como la compra de las tres sedes de Correos de las tres capitales de provincia y de la de Elche. Lo hizo en un encuentro/entrevista en Valéncia con varios periodistas y colaboradores de Plaza.  Una operación multi-millonaria para sanear las cuentas de Correos, una compañía estatal con graves problemas de viabilidad financiera. "Gastos políticos".  La Generalitat al rescate del Estado, paradoja extrema si se introduce la infrafinanciación de la Comunidad.

Pero va y resulta que la Diputación de Alicante, presidida por nuestro protagonista, está a punto de liberar una partida de 6,7 millones de euros para adquirir un inmueble en el centro de Elche, posiblemente la sede de la Fundación CAM, en plena Glorieta, como sede de la institución provincial. Si comprar las sedes de una empresa estatal es gasto político, ¿que és crear una especie de embajada de la Diputación de Alicante en una ciudad que está a veinte minutos de autovía? Como si la Diputación fuera un Virreynato, y Elche una exótica colonia. Mejor, un condado. Es el ejemplo perfecto de cómo agrandar la burocracia hasta límites exponenciales. Tengo el barrunto de que esto quedará en agua de borrajas. De igual modo que tengo la convicción de que es mucho más importante que se desbloquee el Palacio de Congresos de Elche, proyecto en el que la Diputación ha entrado a saco aunque luego se ha empantanado en la burocracia de pedir al Ayuntamiento informes y tasaciones del solar escogido, enfrente de la Universidad y en plena Avenida de la Libertad (tramo Ferrocarril).

Nunca la Diputación, una institución menor que baraja menos presupuesto que el Ayuntamiento de Alicante, había estado tan omnipresente en Elche, y en otras partes. Los motivos son obvios: hay que respaldar al soldado Ryan, Pablo Ruz, para que se convierta en alcalde dentro de una semana, en compañía tóxica de Vox (aunque a mí lo que me quita el sueño de verdad es que Erdogán, la pesadilla euro-asiática, vuelva a ganar las elecciones; o que Bashar al Assad sea readmitido en la Liga Árabe como un héroe). Mazón ha usado la Diputación  de trampolín, y en su derecho está, en su carrera hacia la Generalitat. Aún a riesgo de contradicciones como la de la "embajada" que al final justifican con la excusa de usos culturales, como una especie de sub-sede del Instituto de Cultura Juan Gil-Albert. Bueno... pulpo animal de compañía. Nos sale la subsede a cojón de pato. Dos millones más que lo que costaría la compra del cine Ideal en Alicante.

Claustro interior de Las Clarisas en Elche.

Los 6,7 millones bien podrían emplearse, por ejemplo, en impulsar un proyecto de tronío en el conjunto de La Mercé (Clarisas), cosa a la que ya se ha comprometido Mazón si gana la Generalitat: algo así como un museo de arte moderno. Eso necesita una pensada. Primero porque el concepto de museo/museo ya no se lleva; plúmbeo. Segundo porque ya tenemos el IVAM y el Centro del Carmen. Tercero porque Elche ya tiene un Museo de Arte Contemporáneo muerto de risa (más de tres años cerrados a cal y canto sin que al alcalde Carlos González le produzca el mínimo rubor) y cuarto porque el Museo de Arte Contemporáneo de Alicante, MACA, ya cumple de sobra esa misión, aunque sea propiedad del Ayuntamiento de Alicante.

Como en campaña vale todo, se promete todo. Hasta que los jubilados vayan al cine por dos euros, una vez por semana. Un chiste de mal gusto. Y como vale todo se lanzan compromisos e ideas  fantasmas, muy fantasmas. Ya que estamos con infraestructuras culturales: Luis Barcala quiere reconvertir las antiguas harineras para usos musicales, Palacio de la Música, en pleno proceso de la restauración en la ampliación de Las Cigarreras. ¿Será por falta de sitio? O comprar el solar de los antiguos cines Astoria (un recuerdo a Paco Huesca) para crear una filmoteca. Eso no tiene ni pies ni cabeza. Elche no se libra: la candidata de Compromís, Esther Díez, desliza la idea de  reconvertir la antigua fábrica de Ferrández, gigantesca, en un museo de la industria. Megalomanía. Con faldas y a lo loco.

CODA 1. Jesús Zomeño presenta en la Calahorra su última novela, Tránsito, cargada de física y de metafísica. Acto concurrido con la asistencia de todos los poetas de Elche, y también de amigos y admiradores, como Pepe Orts. Zomeño es el Borges ilicitano como vino a subrayar Juan Lozano Felices (me encanta su segundo apellido). Un viaje en tren, en Bulgaria, como pretexto para una travesía interior y voyerista. La vida misma condensada en un vagón.

CODA 2: Cuarenta años de la muerte de Eduardo Benavente, líder estético y espiritual del mogollón ochentero. Todos lo que estábamos en esa salsa lucimos crespones negros aquel día aciago, 14 de mayo del 83. "Parálisis Permenente". Quiero ser santa: quiero ser beata.  Todo un manifiesto nihilista, salvaje y gamberro; en compañía de Ana Curra. Azotada y flagelada, levitar por las mañanas, y en el cuerpo tener llagas... ¡qué tiempos!

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