ALICANTE. Leerse un libro donde te ríes, pero también que te haga reflexionar desde cierta inocencia, hoy en día es una maravilla. Todo ello con un marcado carácter irónico y desenfadado, algo que conecta rápidamente con un lector ávido de literatura entretenida.
Un libro divertido y ameno es lo que nos encontramos en el último trabajo de Antonio Quesada, La divertida vida de una inmortal. Un trabajo que desde la portada ya irradia buen rollo y ganas de hincarle el diente.
Sus primeras hojas revelan una buena dosis de humor, la sinopsis no deja duda de nada: “Mónica Dacoes es una inmortal, pero no es como nos imaginamos todos, ella es una asesina, aunque no mata a cualquier persona, solo tortura y acaba con la vida de ladrones, vendedores de droga, asesinos...”.
“La historia es algo rara”, revela su autor. “Este libro nació siendo una novela de terror, pero justo cuando sale del ataúd me empezaron a llegar chascarrillos y pequeñas bromas y acabó siendo una historia hilarante de humor”, confiesa Quesada. Y no es para menos, como ya he dicho, las bromas se suceden durante todas sus páginas sin descuidar la trama, algo fundamental y que en algunas novelas sucede.
Como he explicado antes, Mónica Dacoes es la protagonista, que además es una especie de justiciera inmortal. “No me fijé en nadie”, comenta el autor. “Era una idea que me rondaba la cabeza desde hacía mucho. Aunque, algún toque de mí sí tiene. O eso creo, ya que todos tenemos la ilusión de vivir una vida como la de Mónica”, señala. En cuanto al nombre de la protagonista, el escritor explica su origen. “El nombre de Mónica Dacoes es el nombre de mi mujer, pero con el apellido mezclado. Mónica Escoda”.
La inmortalidad es algo que nos fascina, que nos hace imaginar con ver la evolución de la humanidad. “Quién no ha pensado alguna vez en ser inmortal y poder ser un ser superior”, señala con bastante razón. Quesada cuida el lenguaje del libro para que su público objetivo pueda entrar en su universo de un modo más sencillo. “Va dirigido al público juvenil, ya que son personajes jóvenes y durante todo el libro hacen cosas de adolescentes. Y sí, uso mucho la jerga que usan los chicos y chicas de hoy día”, resuelve el autor.
El humor negro es una de las bazas con las que cuenta la historia, que está trufada de situaciones delicadas contadas desde el humor. Es curioso que en el prólogo el autor agradezca a su suegra por las ideas que le dio en algunas escenas. “Las situaciones, hay algunas inventadas, muchas que me han pasado (como la de la silla que se rompe y no puede levantarse) y otras aportadas por mi suegra, que tiene mucha imaginación. Por ejemplo, la del bosque cuando el pelo a lo afro”, señala.
La historia da para una segunda y hasta una tercera parte. “Es una saga”, aclara el autor. “La segunda parte ya la tengo empezada”, remata. En una historia con tanto humor, es vital saber si los chistes y las situaciones se han entendido y sobre todo, si la risa se ha asomado en medio de la lectura. Para ello nada mejor que hablar con el público. “Las presentaciones y firmas de libros en Fnac, Casa de libro en alguna biblioteca han sido muy buenas”, reconoce. Y las risas, ¿cómo han ido? “La verdad es que hay de todo, gente que me dice que se ha reído con la escena del autobús y otras que apenas se han reído”, comenta.
Se ve a primera vista que la fantasía es un género del que ha bebido el autor, y que también ha sacado cosas de la literatura más cómica. “Ni una ni otra (risas)”. ¿Entonces?, “escribo casi de todo, tengo de terror, de sobrenatural, de romance, infantil-juvenil… Me encanta escribir y escribo casi de todos los géneros”.
Además de escritor, también ha sido el editor de su propio libro, bajo su propia editorial, Ediciones Dulcelectura. “Surge después de estar durante más de dos años trabajando para otras editoriales”, comenta. Y es que no solo trabajan para editar sus propios proyectos, sino que Ediciones Dulcelectura quieren ser un referente para apoyar el talento.
“Yo hacía corrección y maquetación de muchos libros y mi mujer, Mónica Escoda, hacía todo el diseño gráfico, como portadas, marcapáginas, flyers tarjetas, etc… Al final, vimos que todo eso lo podríamos hacer para otros escritores, y tras hablar con muchas imprentas decidimos que era hora de empezar a ayudar a todos los escritores autopublicados”.
Casi siempre acabo preguntando a los autores de los libros, sean ensayos o novelas, cómo se encuentra el mercado editorial. Ahora puedo hablar con un escritor, que además es el editor de su propio trabajo, con lo cual su visión es doble; una perspectiva muy interesante. “Está algo flojo, pero los lectores apuestan ahora mucho más por escritores noveles, ya que hay historias y novelas muy buenas por descubrir”, sentencia con rotundidad.