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la tribuna del politólogo / OPINIÓN

La disciplina anula el voto

8/05/2017 - 

Recientemente el líder de Ciudadanos en la Comunidad Valenciana, Alexis Marí, fue fulminado por la cúpula del partido. El partido naranjito decidió quitarle su portavocía en Les Corts, simplemente porque quiso acudir a un acto del Consell en el que se manifestaba el rechazo a los presupuestos nacionales del Gobierno español.

Es gratificante observar que todavía quedan políticos en este país que recuerdan que su trabajo consiste en servir a los ciudadanos, antes que a sus partidos. Es muy difícil de explicar que un diputado autonómico de la Comunitat Valenciana apoye unos presupuestos que dejan a los valencianos como los que menos reciben por habitante en toda España.

Pero como vemos, aquellos políticos españoles que intentan saltarse la disciplina de voto son rápidamente castigados. Sin duda, tenemos una asignatura muy pendiente en este tema. Las cúpulas de los partidos tienen un control férreo y total sobre sus diputados, a pesar de que éstos tienen la legitimidad de haber sido electos por los ciudadanos, mientras que los primeros no tanto.

En las últimas legislaturas solo recuerdo un par de aisladas y valientes excepciones. Hace unos años un grupo de diputados del PP se atrevió a saltarse la disciplina de partido y votó en contra de la ley del aborto. También, años atrás, una diputada popular votó a favor de la ley del matrimonio homosexual de Zapatero.

En el caso del PSOE, todos recordamos a aquellos pocos diputados que votaron en contra de Rajoy en su investidura. Pero, como era de esperar, también fueron represaliados por la cúpula socialista.

Y es muy decepcionante que aquellos que se denominan "la nueva política" o los que aseguran que vienen a "regenerar" la democracia, a la hora de la verdad practiquen lo mismo de siempre.

Esta semana un diputado autonómico precisamente de Ciudadanos ha movido Dénia en el mapa para poder cobrar más de Les Corts. Me explico, resulta que Antonio Woodward (residente en la localidad dianense) cobraba 588 euros al mes en concepto de dietas. Ésta es la cantidad establecida para todos aquellos que viven entre 10 y 100 kilómetros de Valencia.

Woodward ha removido cielo y tierra para demostrar que Dénia está a 101 kilómetros de Valencia, y que le sean asignados 882 euros al mes. Encima, también ha pedido la diferencia que se le debe con carácter retroactivo. En definitiva, a todos los valencianos nos va a costar ahora un buen dinero público los viajes de este señor.

Pero la cúpula de Ciudadanos no ha hecho nada al respecto. No le ha parado los pies a su diputado para que se conforme con 588 euros, dinero más que suficiente para desplazarse de Dénia a Valencia un par de veces al mes.

Se ve que a los dirigentes del partido no les importa cuánto dinero nos cuenta a los ciudadanos sus diputados. Más bien, solo quieren que voten lo que a ellos les conviene a nivel nacional. Si los presupuestos nacionales no salen adelante, podrían celebrarse elecciones pronto y al partido de Albert Rivera ahora mismo no le interesa demasiado según las encuestas.

En estos temas, siento envidia cuando miro hacia los países anglosajones. En EEUU un senador de Texas no podría volver a su ciudad si vota a favor de unos presupuestos claramente perjudiciales para su estado. O si el común electo en Bristol apoya algo malo para su ciudad en el Westminster, al día siguiente tendrá a media ciudad exigiéndole explicaciones en su despacho.

Evidentemente son países que nos llevan siglos de ventaja en esto de la democracia, y espero que en España vayamos también poco a poco hacia esto. Aunque parece que cuesta.

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