ALICANTE (EFE/M.G). Lo dijo en su discurso de toma de posesión, y lo dice y lo pregona en casi cada una de sus intervenciones. Y este jueves, y en presencia del presidente de la Generalitat Valenciana, Ximo Puig, y de la consellera de Agricultura y Medio Ambiente, Mireia Mollà, el presidente de la Diputación de Alicante, Carlos Mazón, lo ha vuelto hacer, este jueves, para denunciar, de forma preventiva, que el Ministerio de Medio Ambiente podría aplicar un sobrepago (o copago) por el agua que debe venir del trasvase Júcar-Vinalopó por el aumento de coste que ha comportado el cambio de toma del agua, de Cortes de Pallás (en la parta alta del río) a la Azud de la Marquesa (en la desembocadura del Júcar). El convenio de explotación del Júcar-Vinalopó debe suscribirse antes del 31 de diciembre de 2019.
Pero de momento no hay nada oficial. Lo último que se supo del trasvase Júcar-Vinalopó fue el borrador del convenio de explotación que estuvieron a punto de suscribir los regantes del Vinalopó con el Ministerio en tiempos de Isabel García Tejerina (PP), en marzo de 2018. Después vino la moción de censura y el cambio de Gobierno, y un envío de agua, en julio del año pasado, para las comarcas del Vinalopó, de 6,5 hectómetros que levantó mucha polvareda en Castilla-la Mancha, y que fue financiado parcialmente por la Generalitat Valenciana.
Y Mazón ha aprovechado el acto simbólico del corte del primer racimo de uva mesa del Vinalopó, para denunciar la posibilidad de un copago del trasvase Júcar-Vinalopó a los regantes y usuarios y, por otro, la necesidad de devolverles la gestión de dicha infraestructura. Para el presidente de la institución provincial, uno de los retos que tiene actualmente encima de la mesa la provincia de Alicante, y concretamente esta zona, es el Júcar-Vinalopó.
Al respecto, ha reclamado "la eliminación del pago de los gastos de amortización por el trasvase, que se quiere hacer recaer en los usuarios y regantes, un copago al que nos negamos absolutamente porque es inaceptable". "Sería un nuevo concepto del que no hemos oído hablar nunca", ha lamentado el presidente en referencia a este copago, asunto al que se suma como amenaza la no gestión del Júcar-Vinalopó por parte de usuarios y regantes.
"Así se parió el trasvase, así se organizó y ellos son los verdaderos protagonistas de la gestión del agua. No se puede arrebatar o expropiar una gestión a las personas que han venido luchando y que son las mejor capacitadas", ha incidido.
"El peligro es que el precio no sea razonable ni asequible y que la calidad corra un alto riesgo", ha vaticinado.
Ante esta tesitura, el presidente de la Generalitat, el socialista Ximo Puig, se ha visto en la tesitura de tener que salir al paso de las proclamas de Mazón. "El Tajo-Segura es irrenunciable y vamos a desarrollar el Júcar-Vinalopó" porque se trata de "sumar todas las posibilidades de los recursos", desde la reutilización de agua depurada, la desalinización y los pozos, pasando por los trasvases.
"Todo esto forma parte de un conjunto", ha subrayado el president, con el objetivo de que "los agricultores tengan la mejor agua posible y se haga esta uva extraordinaria", en referencia a la embolsada del Vinalopó.
Ha repetido que el Consell trabaja para que en comarcas como las del Vinalopó se consolide el agua "para siempre" y que la falta de este recurso "no sea una limitación del crecimiento", y ha proseguido que hay que hacerlo "de forma sostenible y sin generar problemas entre vecinos". "La voluntad es que las obras del postrasvase se lleven adelante lo antes posible" ya que "sin agua no hay futuro y nadie es propietario exclusivo de un bien fundamental como el agua