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preocupación en los gestores por la continua inestabilidad

La cultura alicantina en el aire: llega la cuarta concejala en tres años y medio

20/04/2018 - 

ALICANTE. El cambio político vivido en la ciudad con la llegada de Luis Barcala a la alcaldía supone que el área de cultura tendrá su cuarto responsable en tres años y medio. En este tiempo, se han encargado de ella Miquel Valor, Daniel Simón y Gloria Vara. La cuarta persona será, como podía aventurarse, la edil Dolores Padilla.

Los gestores culturales que dependen directamente de la administración local no han querido entrar a valorar los cambios que implicará el cambio político. Catalina Rodríguez, responsable de la Lonja de pescado, es una de las personas que vivió intensamente la jornada del jueves. Por razones personales, puntualiza. Ella es familia del alcalde Luis Barcala, su cuñada. Y de hecho, durante muchos meses se la ha conocido con ese apelativo. Funcionaria en el Ayuntamiento, el anterior alcalde Gabriel Echávarri ordenó su despido. La denuncia consiguiente acabó en la segunda imputación y, con ella, su dimisión.

"Soy una funcionaria y la política no me importa en absoluto", subraya Rodríguez. Eso sí, debido a su relación familiar, concede que "me alegro mucho por mi cuñado. Me alegro por él". La anterior directora de Centro Cultural Cigarreras recalca que "solo me alegro a nivel familiar" porque "lo único que quiero es trabajar y seguir poniendo el mismo interés y pasión. Me da igual quien sea mi jefe, me debo al ciudadano. Y acataré las órdenes con quien sea. Y seguiré trabajando con el mismo entusiasmo y con lo que creo que es bueno para la parte de mi actividad". Respecto a lo sucedido con el anterior alcalde, "no me alegro de lo malo de nadie".

Un nuevo equipo, ¿y el antiguo?

El cambio político no solo se quedará en quien se encargue de gestionar la concejalía de Cultura. Los principales centros y organismos que dependen directamente -o están más relacionados- con el Ayuntamiento se verán afectados por ello. Desde el Museo de Arte Contemporáneo de Alicante, del que es responsable Rosa Castells, o el Centro Cultural Cigarreras, con Miriam Gilabert a la cabeza, declinaron hacer declaraciones.

En el Teatre Principal, cuya propiedad está dividida aún al 50% con el Banco Sabadell mientras se espera la formalización de la entrada de la Generalitat, su director Francesc Sanguino ha sido de los que ha acudido al acto de proclamación del nuevo alcalde. Cauto en sus declaraciones, el dramaturgo ha recordado que en el centro que dirige, "estamos a disposición de la alcaldía como uno de los socios de la comunidad de bienes". Aún sin responsable visible en la concejalía, este ha señalado que su teatro, "como todas las unidades culturales, tiene su actividad diaria igualmente; estamos a la espera de que haya una toma de posesión o nombramiento".

En esa incertidumbre han abundado otras fuentes del sector administrativo, "el cambio de alcalde afecta a toda la ciudad; todas las dependencias municipales dependen de un gobierno municipal y si este cambia, cambiarán las directrices. Serían las terceras en tres años". Por esa razón, no dudan en calificar de "caos" el estado en el que se encuentra la ciudad.

Los gestores privados, indignados

La preocupación por los cambios vividos en esta legislatura está instalada en los gestores privados. Begoña Martínez Deltell, responsable de la galería Aural, al repasar las cifras de cuatro concejales en tres años y medio, lamenta que conlleva la "paralización de una ciudad porque no hay una continuidad de sus programas. Paraliza cualquier gestión. No se aprueban los presupuestos. Es lo peor que le puede pasar a una ciudad".

En la parte musical, Miguel Carratalá como promotor de Un fulgor de moda antónima, también comparte la sensación de abatimiento. "Un desastre", critica, "estos tres años son un disparate". "Con la situación política y el nivel político así, lo que sale perdiendo es el pueblo y la sociedad porque es imposible dirigir nada con ese ambiente", añade. Los técnicos y trabajadores irán locos.

Carratalá ha vivido de primera mano las decisiones que comportan los cambios de legislatura. El festival Transtropicalia, que el año pasado se celebró en Tabarca, quedó este fuera de las ayudas que concede el Ayuntamiento. "El tiempo que ha estado esta señora no ha sido significativo porque lo único que ha hecho ha sido tirar el proyecto de Tabarca con argumentos de excusa y no ha podido mostrar nada porque no ha tenido tiempo, no sé si tendría", razona. Respecto al futuro, "la persona que venga, ¿qué va hacer en un año?" .

En ese futuro se sitúa también Juanjo Cervetto. "Le vamos a exigir al nuevo gobierno que se ponga las pilas de verdad", asegura el organizador de festivales literarios como La poesía es noticia y coordinador de actividades en la anterior feria del libro. Por un lado, siente "que peor que hemos podido estar con este microgobierno no vamos a estar con el PP. Seguro". De hecho, añade, "si estoy contento no es porque esté el PP, sino porque tendremos gobierno". 

"Espero que con el nuevo equipo se mejore el compromiso con la política cultural porque lo que hemos tenido en los últimos meses ha sido negativo", sentencia Cervetto. Comparando la situación con la legislatura anterior, considera que "el sector cultural no está en el mismo lugar. Después de tres años de un trabajo intenso, el sector está más maduro". Por tanto, dice que "no necesitamos un concejal que venga a actuar de la misma forma que con el alcalde Valor, le vamos a exigir que esté a la altura porque el nuevo gobierno del PP no se va encontrar la ciudad como se la dejó hace tres años. Tendrán que estar atentos".

Carratalá concluye que tras tantos cambios sería necesario marcar "un punto gris que compartan todas las siglas políticas" porque se trata de "un bien común". E insiste, "entiendo que en economía uno tenga sus principios pero en cultura y educación, no. Sería interesante que se entienda como un proyecto común. No se puede ir de negro a blanco".

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