ALICANTE. La puesta en funcionamiento de la terminal específica para la carga y descarga de graneles del Puerto de Alicante queda aplazada al menos hasta finales de mayo. Fuentes consultadas confirmaron que la construcción de la nave cerrada destinada al tratamiento de mercancías pulverulentas está prácticamente finalizada. No obstante, la crisis de suministros de materiales y los problemas registrados en el sector del transporte han acabado demorando la llegada de parte del equipamiento que forma parte del sistema mecánico automatizado con el que se prevé trasladar los graneles desde (o hasta) las bodegas de los barcos que recalen en Alicante para cargar o descargar ese tipo de mercancías sólidas (calizas, grava, arcillas o grano para la fabricación de piensos, por ejemplo).
Así, la terminal -construida por Eiffage Infraestructuras a cambio de su explotación por un plazo de 30 años- sigue a la espera de la entrega e instalación de los últimos componentes imprescindibles para su funcionamiento, entre los que se incluiría un motor o parte de la estructura del brazo de carga, según las mismas fuentes. Todo pese a que, en principio, representantes de la propia compañía habían concretado que la recepción de esos componentes debía quedar resuelta a mediados de marzo. Sea como fuere, se prevé que la recepción e instalación de esos equipos quede zanjada en el margen de un mes, de modo que Eiffage Infraestructuras podría iniciar sus pruebas con una carga real antes de junio (siempre que no concurran nuevas dificultades añadidas que retrasen su desarrollo). Las mismas fuentes indicaron que las pruebas se prolongarán durante un tiempo muy limitado, de solo unos días.
Las pruebas de funcionamiento, con una primera carga real, tendrían una duración limitada, de solo unos días, según fuentes consultadas
En todo caso, en esa tesitura se habría generado un retraso de entre dos y tres meses respecto a los plazos programados inicialmente por circunstancias sobrevenidas, no relacionadas de manera directa con la ejecución de las obras, según las mismas fuentes. No obstante, a partir de junio, la actividad quedará canalizada bajo techo de forma definitiva, después de más de una década de reivindicaciones vecinales en las que se reclamaba que la manipulación de las mercancías se realizase a cubierto, como subrayó el mismo presidente del Puerto, Julián López, en una entrevista concedida a Radio Alicante este miércoles, en la que repasó el estado de otros proyectos en marcha que afectan a la transformación del recinto portuario ya anticipados por Alicante Plaza. Entre ellos, el encaje urbanístico del proyecto del centro de congresos.
Como informó este diario, Eiffage Infraestructuras se convirtió en adjudicataria de la construcción de la terminal en julio de 2018, después de que la suya fuese la única propuesta interesada que concurrió por la concesión en el concurso convocado por el Puerto en enero de ese año. Después de casi dos años de trámites y modificaciones, la construcción de la terminal se inició en noviembre de 2020, mediante la realización de obras de refuerzo y de estabilización del muelle 17. No obstante, el montaje del edificio propiamente dicho se hizo esperar hasta febrero de 2021 con la previsión de que pudiese entrar en funcionamiento un año después, en el primer trimestre de 2022.
La nave de procesamiento tendrá 25,7 metros de altura, 45 de anchura y 292,5 de longitud, después de que la compañía optase por modificar sus dimensiones iniciales para introducir mejoras en su funcionamiento. Entre ellas, la introducción del sistema de tratamiento automatizado con lo que se limita la presencia de trabajadores en la manipulación de materiales.