DÉNIA. Dénia y su costa se han convertido en un lugar privilegiado para avistar ballenas de aleta (rorcual común), debido en gran parte a la existencia de la Reserva Marina del Cabo de San Antonio, que es una zona protegida entre Dénia y Xàbia. Cada primavera “las ballenas migran desde el mar de Liguria del Sur (Italia), donde suben cada año a alimentarse, hacia el océano Atlántico, buscando aguas más frías y trazan una línea recta hasta nuestra costa en su viaje”, ha manifestado Toni Martínez, el responsable del servicio de Guardacostas de Dénia. Los Cabos de San Antonio y de la Nao, son puntos clave en la navegación de los rorcuales, pudiendo observarse muy cerca de las costas de Dénia y Xàbia.
El rorcual común es la especie animal más grande del mar Mediterráneo. Juega un papel fundamental en el funcionamiento del ecosistema movilizando nutrientes. Durante los últimos quince años, ha aumentado considerablemente el avistamiento de ballenas, según Martínez “porque ahora hay más ojos vigilantes que antes”. La UPV lleva desde 2020 estudiando los movimientos migratorios de esta especie en el marco del proyecto Cabo Rorcual, que contó con el apoyo de la fundación Biodiversidad de Miteco, con el investigador científico Eduardo Belda a la cabeza. Gracias a este proyecto y a la colaboración con otros proyectos y entidades como el "Projecte Rorqual", el catamarán de la asociación Edmaktub, dirigido por Eduard Degollada, la asociación de voluntarios Eucrante, el Ajuntament de Dénia, y el servicio de Vigilancia Marítima de la GVA, entre otros, hoy se puede empezar a saber cuáles son sus zonas de alimentación en el Mediterráneo, y trazar parte de su recorrido.
Tras pasar por las costas de Dénia, se dirigen al océano Atlántico por el Estrecho de Gibralta, para encaminarse hacia el norte por las costas de Portugal hasta Galicia y el mar Cantábrico. “Quedan muchas incógnitas por conocer como cuantos rorcuales del Mediterráneo migran al Atlántico, cuando vuelven, si existen zonas de reproducción, cuales son las zonas de alimentación desde el otoño a la primavera. Siendo el animal más grande que podemos encontrar en el pequeño Mediterráneo es sorprendente lo poco que todavía sabemos de este animal”, ha manifestado Eduardo Belda.
Este año, los primeros avistamientos se han adelantado al mes de abril, cuando la época normal es entre mayo y junio, y hasta el mes de septiembre se puede llegar a ver a algún ejemplar todavía de paso. En 2023, quedaron registrados 97 rorcuales en el tramo que va desde la playa de Les Deveses hasta Jávea, incluso en algunos casos hasta el Cabo de la Nao. En algunos casos, como ha indicado Martínez, las ballenas de han acercado tanto a la costa de Dénia, que “incluso puedes estar en la terraza de algún restaurante en primera línea de Les Deveses o de Las Rotas y tener la suerte de ver ballenas. ¡A ver en que otro lugar el mundo puedes disfrutar de ese privilegio!”. “En lo que llevamos ya de año, se han avistado 61 rorcuales, además de un rorcual aliblanco y varios días, se ha podido avistar delfines mulares. Entre Edmaktub y la UPV se han podido foto-identificar unos cuarenta individuos y hay varias "recapturas" de años anteriores en Dénia y en las costas del Garraf”, ha destacado Belda.
Desde la Torre del Gerro en Las Rotas, los voluntarios de la asociación Eucrante, dirigida por Blanca Feliu, se encargan de avistar rorcuales. Es la mejor ubicación desde tierra para observar y advertir el paso de las ballenas. Se organizan dos turnos al día, uno por la mañana (de 6:30 horas a 11.00 horas) y otro por la tarde (de 17.00 horas a 21.00 horas). Cada turno tiene un responsable de la organización que se encarga de explicar a los voluntarios de cada turno (máximo 4 por turno) cómo avistar rorcuales y porque Dénia se ha convertido en un punto clave para su monitorización. “Este año llevamos ya 155 personas inscritas y aunque inicialmente se anunció hasta el 15 de julio, hemos decidido ampliarlo hasta el 21 de julio. Entre la colaboración de la ciudadanía y el voluntariado, esta temporada 2024 se han avistado ya más de 60 rorcuales comunes pasando por las costas de Dénia”, ha destacado Feliu.
Desde luego, la coordinación entre todos los diferentes equipos es impresionante y excepcional. La comunicación y el intercambio de datos entre ellos es constante, y eso hace que se pueda seguir avanzando en la investigación de estos enormes mamíferos. Y mientras tanto, la ciudadanía, y sobre todo los navegantes, está cada vez más concienciada de la importancia de respetar el mundo marino, y de no seguir y hostigar a los rorcuales. Es un verdadero privilegio que la costa de Dénia se haya convertido en un lugar de paso de las ballenas, y donde se puede disfrutar de un espectáculo único de la naturaleza, desde tierra o desde mar.