ELCHE. Desde el instante en el que las primeras armas de fuego llegaron a nuestra ciudad, la fascinación por la pólvora y sus efectos se dejaron ver. El fuego, la luz y las explosiones llegaron a calar tanto entre la población que, al cabo del tiempo, no hubo fiesta, religiosa o civil, que no empleara la pólvora como material para producir regocijo entre los asistentes. Luz y sonido, temor y jolgorio, emoción y placer estético son fenómenos inherentes al fuego público y controlado en comunidad. El uso de las primeras carretillas pirotécnicas se remonta a la Edad Media, donde la producción de la pólvora celebración de festividades fue en aumento, sobre todo en actos religiosos con un carácter popular.
Al parecer, fueron los árabes que habitaban el valle del Almanzora en Almería los primeros que las utilizaron con fines festivos y religiosos. Durante las fases finales de la conquista de los Reyes Católicos, obligaron a los últimos reductos musulmanes a su conversión al cristianismo bajo amenaza de ser expulsados. A fin de evitar la expulsión, y para poder mantener sus medios de vida, los pirotécnicos moriscos convertidos eligieron a San Antonio Abad como patrono de su actividad, lo que les permitió conservar el uso de la pirotecnia para usos festivos y religiosos. No es baladí, San Antonio Abad se celebra en enero, justo en el periodo invernal donde las horas de luz son menores.
La costumbre se fue expandiendo a otros lugares mediterráneos, y su llegada a Elche supuso el uso por parte de todos. Sobre todo en el Raval. Existe incluso la creencia popular, especialmente la festividad de nuestra patrona la Virgen de la Asunción, que los habitantes del Raval se acercaban a las murallas medievales y lanzaban carretillas hacia las mismas. Posiblemente como refuerzo de esa leyenda del espacio del Raval ilicitano a tiro de arcabuz desde la puerta de Guardamar… Podría ser el inicio de las carretillas.
En época moderna, en el siglo XVIII, se mandó la prohibición por parte de Carlos IV de lanzar artefactos pirotécnicos en vía pública sin autorización previa. En el Archivo Histórico de Elche se conservan documentos de la prohibición de lanzamientos de carretillas en el siglo XIX y los bandos emitidos por los alcaldes en el siglo XX. Ejemplo del arraigo de la tradición en la ciudad.
Ya en el siglo XX, desde los años 60 y 70 las carretillas se convertían en una auténtica batalla, con lanzamientos en plena calle. Algunas con trueno final, las más peligrosas, y que se prohibieron hace unos veinte años. Recuerdo la persecución entre los agentes de la autoridad y los carretilleros en aquellos años. Mientras, en la zona centro se permitía su lanzamiento en las zonas acotadas, colocando lonas y vallas de protección de las fachadas, puertas y ventanas de los edificios y comercios. En otras partes de la ciudad de Elche, como el edificio Diana, en el barrio Porfirio Pascual o en la Avenida de Novelda a la altura del Bar Mallorca, siempre eran zonas candentes. Y en otros barrios y pedanías ilicitanas, como en La Baia, seguían disfrutando de su lanzamiento con la movilización de decenas de agentes de la autoridad, incluso venidos de otras poblaciones y comunidades autónomas cercanas. A veces hoy aún cae alguna… Otras veces no hace falta que lleven carga, porque se hacen con máquina, pero si están más prensadas de lo habitual por la carga de pólvora, puede haber ‘sorpresa’. Aunque muy puntualmente.
A finales del pasado siglo, y en la década de los 90, fueron varios los alcaldes que intentaron prohibir definitivamente el lanzamiento de las mismas, e incluso el trasladar su uso a otras zonas de la ciudad. Sin embargo, el momento crítico fue en el año 2013. Entonces la alcaldesa Mercedes Alonso comunica que está totalmente prohibido el uso y lanzamiento de carretillas en Elche y en todo su término municipal, sin facilitar ningún espacio para esta festividad y celebración popular del municipio ilicitano.
Es cuando Juan Manuel Flores hace un llamamiento por las redes sociales en defensa de ésta tradición tan ilicitana. A este llamamiento contestamos varias personas, y después de distintas reuniones, que incluso celebramos en lugares tan variopintos como un banco público frente a la Oficina de Turismo, decidimos que había que buscar una solución. Nos reunimos con diputados nacionales y autonómicos, que buscaron información de las distintas normativas nacionales como europeas.
El presidente de la Asociación de Carretilleros de Bigastro, Joaquín Pérez, a través de algunos profesionales pirotécnicos, se entera de nuestro interés, por lo que nos ayuda con experiencia y conocimiento para que nuestra fiesta pueda continuar. Pérez, que formó parte de los representantes de las fiestas pirotécnicas en las reuniones con las autoridades europeas, nos prestó todo su apoyo y ayuda para que pudiéramos reunir toda la documentación para constituirnos como asociación, pudiendo así continuar con la relación de la Carretillá y mantener una tradición de siglos pasados.
Asociación que en principio estaba formada por Juan Manuel Flores, Isaac Molla Pinilla, Rafael Borja, Manuel Rodríguez Sala, Alexandra Espinosa y Jaime Sánchez Agulló, y que posteriormente se han ido uniendo personas y formando una Junta Directiva para la organización de las fiestas. A fecha de 2024, la cantidad de socios y de tiradores de carretillas acreditados por la Asociación de Carretilleros y Tradiciones de Elche supera ya los más de 300 personas. Con savia nueva: más gente joven y mujeres. Ofrecemos desde 2013 cursos gratuitos que se celebran en julio para poder participar en el lanzamiento de carretillas.
Ahora, de abrir los informativos por heridos graves todos los años, hemos pasado a una normalidad en la que apenas hay problemas, tan solo espectáculo para todos. Y lo que en un principio fue un enfrentamiento con el entonces equipo de gobierno, acabó en una muy buena colaboración y en la búsqueda de una zona acotada para que todos los años a partir de la 01.00 horas del día 14 de Agosto, una vez finalizada la Nit de l’Àlba, podamos seguir celebrando la Carretillá o Fiesta de las Carretillas. Una fiesta mantenida por el pueblo de Elche, por las ilicitanas e ilicitanos que cada año se dan cita para esta exhibición de fuego y pólvora que muestra adrenalina, disfrute y espectáculo pirotécnico a los que se acercan al recinto acotado.
* Jaime Sánchez es presidente de la Asociación de Carretilleros y Tradiciones de Elche.
* Imágenes del archivo fotográfico de ‘La Verdad’ en Elche, cedidas por la Cátedra Pedro Ibarra-UMH.