ALCOY (EFE). La campaña de socios del Alcoyano no termina de arrancar con menos de 300 abonados en los primeros diez días de su puesta en marcha, a pesar de una sustancial bajada de precios registrada con respecto a la última temporada y que las propias peñas se han implicado en la confección de las nuevas tarifas.
Las previsiones más optimistas en torno a la nueva campaña de abonos no ha terminado de cuajar y comienza a haber cierta preocupación porque empiezan a surgir las primeras reticencias respecto a que se pueda alcanzar ese mínimo de 1.700 abonados con las cifras actuales.
Después de los primeros diez días de campaña ni siquiera se llega al medio millar de carnets retirados en línea. En el contador de abonados que se ha colocado en la web oficial del Alcoyano, a día de ayer, la cantidad de socios no alcanzaba ni los 300, en concreto el total era de 290 abonados, de los que solo 218 era de general.
Unas cifras que no invitan al optimismo y que suponen una enorme preocupación, puesto que a esa baja repercusión de la campaña con una importante bajada de precios se suma la llegada de los meses de vacaciones por excelencia como son julio y agosto, con el temor que ello también pueda acabar afectando a la campaña de abonos.
Por contra, un factor a favor puede ser que desde mitad de semana ya se pueden tramitar las altas de un modo presencial en la sede del club, algo que se criticó nada más ponerse en marcha la campaña hace diez días, cuando solo se podían tramitar los abonos por internet.
Las bonificaciones que aparecen en los precios de la campaña están condicionados a que hayan 1.700 abonados antes del próximo 16 de agosto. En caso de que no se llegue a esa cifra de socios, aquellos que se hayan sacado el carnet deberán pagar una penalización que oscilará entre los 30 y los 50 euros, de lo contrario se bloqueará el abono.
El aumento de la masa social fue uno de los requisitos que la propiedad, el empresario Juan Carlos Ramírez, con el 97 por ciento de las acciones del club, para que el Alcoyano no se marche a La Nucía como era su deseo hace unas semanas tras el órdago que lanzó en su última intervención pública de mayo pasado.
Ramírez decidió dar marcha atrás en cambiar el domicilio social del club tras conseguir el apoyo del Ayuntamiento con una inversión de 1 millón de euros en los próximos cinco años y la movilización social que se generó en el último parido de la pasada temporada con una manifestación en la que tomaron parte cerca de 2.000 personas.
Se esperaba que la bajada de precios y la implicación de las peñas en la elaboración de la campaña tuviera un efecto directo en el aumento de la masa social, pero lo cierto es que el movimiento que ha acompañado a estos primeros días no invitan demasiado al optimismo.