ALICANTE. La brecha salarial entre hombres y mujeres en la provincia de Alicante supera el 16% en estos momentos, pero no se trata de un fenómeno estático. Se amplía a medida que sube la edad media de los grupos analizados, y también difiere (y mucho) en función del sector de actividad sobre el que se ponga la lupa, según los datos recopilados y difundidos este lunes por el Instituto de Estudios Económicos de Alicante (Ineca). En términos generales, se puede concluir, como destaca el director de Estudios de Ineca, Francisco Llopis, que "la brecha salarial se acentúa a medida que avanza la carrera profesional" de las mujeres.
Según los datos de Ineca, hay ocho categorías en las que no hay brecha salarial o incluso las mujeres cobran algo más que los hombres: apoyo a la industria extractiva, actividades postales, silvicultura, construcción de edificios, creación artística, tratamiento de aguas, fabricación de material de transporte e ingeniería civil. En las ochenta actividades restantes la brecha empieza a crecer, desde el mínimo en la de captación, depuración y distribución de agua hasta el máximo, que se presenta en actividades de los hogares (casi un 50% de brecha), precisamente un sector donde las mujeres son mayoría.
Por grupos de cotización, la menor brecha se da en los grupos 1 y 2 (ingenieros y licenciados, personal de alta dirección, ingenieros técnicos, peritos y ayudantes titulados), donde la diferencia es apenas del 10%, y va creciendo hasta llegar a los grupos 8 a 11 (oficiales de primera, segunda y tercera, especialistas, peones y trabajadores menores de 18 años en cualquier categoría), donde supera el 30%. Por edad, la brecha es inferior en el grupo de 25 a 29 años, al inicio de la carrera profesional (y pese a todo es de casi el 10%), y va aumentando progresivamente hasta el 20%. Sin embargo, en la recta final de la vida laboral, entre 60 y 64 años, vuelve a estrecharse hasta el 12%.
Si se analizan los datos según el tipo de contrato, afloran circunstancias llamativas. La mayor brecha se da en los contratos fijos discontinuos y en los indefinidos a jornada completa (en torno al 15%). Por contra, la brecha desaparece si se trata de contratos a jornada parcial, o bien si son contratos temporales. La explicación, según Ineca, es que "no hay carrera profesional interna", y por tanto no llegan a generarse diferencias entre los dos sexos. En cambio, la brecha aumenta en el caso de los contratos a jornada completa y fijos, "porque ahí está la carrera profesional, y las mujeres suelen renunciar a ella por cuestiones familiares".
Precisamente, el principal factor que explica esta renuncia, tal como se puso de manifiesto en el reciente informe de Ineca sobre la situación laboral de la mujer, es el llamado 'suelo pegajoso', según el cual las propias mujeres se autolimitan para no desatender la esfera familiar. Un 33% de mujeres alega como razón para su inactividad (es decir, para no querer trabajar) el asumir las tareas del hogar, mientras que la razón principal para la inactividad de los varones es la jubilación. "Las mujeres tienen una mayor tensión para conjugar las tres esferas: laboral, personal y familiar", tal como explicó la profesora de Economía y Mujer de la Universidad Miguel Hernández (UMH) Juana Aznar, durante la presentación.