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el sur del sur / OPINIÓN

La batalla de los horarios comerciales

3/09/2017 - 

Superados los efectos locales de los atentados yihadistas, con la semana virgen de acontecimientos y antes de que el conseller Vicent Marzà anunciara el salvoconducto del plurilingüismo -que ha pillado al presidente de la Diputación Provincial, César Sánchez, en el plasma asiático-, el alcalde de Alicante, Gabriel Echávarri quiso reabrir lo que se dejó pendiente a finales de julio: la apertura total de los centros comerciales en la ciudad de Alicante, después de que Compromís, ante la falta de una propuesta del Consejo Local de Comercio, decidiera que ese modelo ranqueante finalizara el 15 de septiembre.

No sé si a propósito o no, pero hay quién entendió el mensaje o tenía la palabra dada para no permitir el cerrojazo comercial, pero la razón es que la operación le salió a Echávarri en pleno barrizal político, donde él se mueve, a veces bien, otras veces no tan bien. Los horarios comerciales en portada -haciendo campaña, consideramos desde Alicante Plaza-; sometiendo a Compromís, uno de sus objetivos de este mandato, intentar diferenciarse, y de paso, defender los contratos extras que se crearon en El Corte Inglés, la única gran superficie que le aceptó a aquello de libertad horaria a cambio de más empleo para el fin de semana (hay que recordar que los otros tres centros comerciales ganaron una sentencia judicial que les permite la apertura total después de que el modelo del PP de Castedo les dejara fuera de la Zona de Gran Afluencia Turística, el instrumento que así lo permite).

Echávarri puso la excusa de la Volvo Ocean Race: las grandes superficies deben abrir los días de la próxima celebración de la gran regata, pero, en verdad, nunca ha querido un acuerdo con la Conselleria de Economía, de Compromís, que es quien debe regular la libertad horaria a propuesta del Consejo Local de Comercio. Echávarri ha querido hacer campaña y rivalizar con Compromís (y con el argumento facilón de que València no puede imponer un modelo).

El alcalde sabe que, en esta cuestión, está solo en el tripartito, no le apoyan sus socios, sólo Ciudadanos y el PP (aunque el PP le ha dejado tirado en alguna ocasión) y por ello, prefiere el ruido a la solución pactada. Quiere una solución de máximos porque la solución se la dio la propia Conselleria de Economía. Le dijo: convoca el Consejo Local de Comercio y amplía las aperturas en domingo y festivos hasta la celebración de la Volvo. Pero, claro, eso significaba blindar el modelo de Compromís, algo que el alcalde no quiere ni por convicción ni por sus hipotecas electorales (ya saben, prometió a los trabajadores de El Corte Inglés de Alicante que no trabajarían más festivos y, por tanto, les conminó a contratar a más personal en fin de semana). 

Echávarri sabe que si convoca el Consejo Local de Comercio tiene el debate perdido, porque, y en eso se apoya Compromís, casi todos los agentes sociales -sindicatos y pequeño comercio- no quieren la libertad horaria en domingo. Estas son las consecuencias de una medida que el PP aplicó como revitalizadora para surgir de la crisis; que nació sin consenso y que, además, aprovechó el convenio laboral de los grandes almacenes que permite que no se retribuya por trabajar en festivo.

En su defensa, el líder de Compromís, Natxo Bellido, cayó en la trampa y salió a defender a su conselleria con el peor razonamiento posible: arguyó que no hay demanda para abrir, y eso, por razón que tenga, no lo decide él, lo decide el mercado. En todo caso, debió alegar que ni el pequeño comercio ni los sindicatos quieren ese modelo. Bellido tenía otra salida, pero la despreció: ajustar el calendario a la visitas de cruceros y picos de visitantes y abrir el calendario de aperturas durante varios meses al año, no sólo acotarla a los meses de verano. He ahí el error: Alicante no se puede permitir tener cerradas las grandes superficies hasta el 15 de septiembre,

Echávarri ha tenido coartada, o relato político, como se quiera decir: con su maniobra, se desmarca de sus socios, no perpetua el modelo de Compromís; alega que en València no hay solución y lamenta que la haya en Alicante en contra del alcalde. Porque no nos olvidemos que el primer edil sustenta todo eso con su negativa a buscar una solución porque sí la tiene: buscar un acuerdo, llevarlo al Consejo Local de Comercio y aprobarlo, pero todo lo que no sea la libertad horaria hunde sus postulados. 

Y a eso Echávarri no estaba dispuesto. Para este viaje, incluso, logró a un socio (mediático), pero mira por dónde, este sábado, le ha dejado con el culo al aire con las facturas de la fatídica Concejalía de Comercio. 

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