ALICANTE. La ayuda nominativa de 1,5 millones de euros para financiar las obras de la nueva sede de la Cámara de Comercio de Alicante incluida en los Presupuestos de la Generalitat para 2024 (de momento, en el proyecto, pues falta el trámite parlamentario de las cuentas) ha generado las críticas de la oposición. Concretamente del PSPV, que ha echado en cara al presidente de la Generalitat, Carlos Mazón, su condición de empleado en excedencia de la entidad cameral alicantina.
Los socialistas han llegado a asegurar que Mazón se está "preparando el despacho para cuando vuelva a su puesto", algo que parece poco probable tras su paso por la Generalitat, en cualquier caso. Pero más allá del 'chiste', cuya autoría intelectual no es de los socialistas, sino del propio presidente de la Cámara, Carlos Baño, lo que eluden las críticas es que la ayuda a la Cámara era también una promesa electoral del expresident Ximo Puig.
El entonces jefe del Consell y candidato socialista a la reelección participó como invitado el pasado mes de abril en las conferencias circulares del Cámara Business Club, foro de encuentro entre los empresarios alicantinos y las primeras espadas de la economía y la política de la Comunitat y de España (además de Puig y Mazón, han pasado por estas conferencias José María Aznar, Daniel Lacalle o Antonio Catalán, entre otros). Y en este foro, en plena precampaña, se comprometió con Baño a apoyar la construcción de la nueva sede de la entidad.
Fue Baño quien introdujo en dicho contexto el 'chiste' sobre el despacho de Mazón, por entonces presidente de la Diputación, rival de Puig en las elecciones y exdirector general de la Cámara, al sugerir en tono jocoso al entonces president que ayudase a hacerle un buen despacho a su rival (en el bien entendido de que Puig preferiría ver a Mazón en la Cámara que en el Palau, como finalmente ha sucedido). Y el president entró al trapo y, con gestos y sonrisas, asintió para garantizar el apoyo económico del Consell al proyecto de la entidad alicantina. Hay decenas de testigos.
El apoyo a la Cámara, concretado ahora en el primer proyecto de presupuestos del bipartito PP-Vox, fue también, obviamente, una promesa electoral de Mazón a los empresarios alicantinos, formulada exactamente en el mismo foro y en los mismos términos que luego lo hizo el candidato socialista. La ayuda nominativa (un mecanismo al que Puig no era precisamente ajeno en su etapa como jefe del Ejecutivo valenciano), eso sí, no ha generado más crítica que la de los socialistas, tampoco entre el resto de Cámaras de la Comunitat.