ALICANTE. La provincia de Alicante se ha convertido desde la pandemia del coronavirus en una auténtica anomalía para la Agencia Tributaria. En el mejor sentido posible (desde el punto de vista del fisco). Alicante lleva dos años incrementando su peso específico en la caja común, al aumentar cada mes que pasa su aportación en impuestos (sobre todo gracias al IRPF) por encima de la media, y en el mes de mayo incluso creciendo tres dígitos cuando en España se produjo un resultado negativo.
Un comportamiento, el de la recaudación, que no tiene su correlato en otras variables macroeconómicas que lo justifiquen (como el empleo, que pese a mejorar y beneficiarse en los dos últimos meses de la temporalidad turística, sigue lejos de sus mejores registros), pero que sin embargo se ha consolidado gracias a los dos principales impuestos: el IVA y, sobre todo, el IRPF.
Así, en mayo la recaudación en Alicante (108 millones) creció un 170% respecto al mismo mes de 2022 (40 millones), según los datos de la AEAT, mientras en España los ingresos de Hacienda caían un 6% (10.500 millones frente a 11.175 hace un año). Hay que tener en cuenta que en mayo se producen muchas devoluciones de la declaración de la renta, y también que es un mes en el que se paga el trimestre de sociedades, que últimamente le sale a devolver al fisco.
En el acumulado de los cinco primeros meses del año, Hacienda ha recaudado en la provincia de Alicante más de 1.800 millones de euros, un 13,4% más que en el mismo periodo del año pasado (1.605 millones). En el mismo intervalo, en España la recaudación de Hacienda creció solo un 4,2%, con 101.198 millones. Es decir, que Alicante aporta cerca del 1,8% del total.
Por el IRPF, que grava las nóminas y pensiones contributivas de los cotizantes alicantinos (donde hay más afiliados que nunca a la Seguridad Social), Hacienda recaudó 652 millones de euros de enero a mayo, un 14,5% más. En España el incremento fue del 11,9%. En cuanto a Sociedades, que grava los beneficios empresariales, el incremento fue del 73%, con 164 millones de euros, mientras en España caía un 50,9%. Y por el IVA, que grava la actividad económica, el incremento de enero a mayo fue del 6,5% (del 4,8% en la media estatal), con 877 millones de euros ingresados.
Respecto al comportamiento general (negativo) de la recaudación, desde la AEAT recuerdan que "dos figuras que se ingresaban en mayo no se recaudaron este año: el Impuesto sobre el Valor de la Producción de Energía Eléctrica (que sigue suspendido) y el Impuesto sobre Gases Fluorados que se ha empezado a ingresar trimestralmente y se contabilizó en abril". A cambio, "este año se cuenta con el Impuesto Especial sobre Plásticos No Reutilizables".
La caída de los ingresos en mayo se explica "por el fuerte aumento de las devoluciones (23,5%)", según Hacienda, ya que los ingresos brutos, más relacionados con la evolución de las bases imponibles, crecieron un 4,6%. "Se han mantenido los rasgos que se venían observando en los últimos meses: crecimiento elevado en las retenciones del trabajo, aumento moderado de los ingresos por IVA, afectados por las rebajas de tipos, y caídas en los Impuestos Especiales". Elementos que aplican al acumulado del año, con dos añadidos: por un lado, "el impacto del alto importe de las devoluciones en el Impuesto sobre Sociedades", y por otro, las medidas anti inflación que "restaron 2,6 puntos de crecimiento a los ingresos, con especial incidencia en el IVA".