ALICANTE. Las posibles negociaciones para formar un hipotético gobierno bicolor en el Ayuntamiento de Alicante tras las elecciones municipales del pasado 26 de mayo quedan ya en manos del comité regional de pactos constituido por Ciudadanos (Cs) este martes. Los tres miembros de ese comité se convierten en los interlocutores oficiales en las conversaciones que puedan plantearse tanto con PP como con el PSPV-PSOE, antes de que se celebre el pleno de constitución de la nueva corporación municipal y se elija al nuevo alcalde o alcaldesa, el próximo 15 de junio.
Por lo pronto, la designación de los tres miembros de ese comité negociador no es anecdótica. Está compuesto por el portavoz de Cs en les Corts, Toni Cantó; por la aspirante a la Alcaldía de Benicàssim (Castellón), Cristina Fernández; y por la candidata a la Alcaldía de Alicante, Mari Carmen Sánchez. Es decir, que la número uno de la lista municipal del partido de Albert Rivera tendrá mucho que decir en esos posibles acuerdos de gobernabilidad de los que ella misma puede ser protagonista. Todavía está por ver qué papel concreto puede acabar ocupando entre tres alternativas de reparto distintas. Primero, como compañera de viaje del popular Luis Barcala, una vez investido alcalde: la opción que podría parecer más probable. Segundo, como aliada del socialista Paco Sanguino, convertido en nuevo primer edil. O tercero, como próxima alcaldesa, en un hipotético pacto con el PSPV-PSOE, en la línea de la "generosidad" expresada por el secretario general del PSPV, Ximo Puig.
Eso sí, para que cualquiera de los dos últimos supuestos puedan materializarse, Cs y PSPV-PSOE requieren del voto favorable de uno de los ediles de Unides Podem EU o de Compromís en el pleno de investidura. Sin el respaldo de un concejal de otro grupo político, ni Sanguino ni Sánchez podrían convertirse en alcalde, al no sumar mayoría absoluta (15 votos de 29 posibles). Barcala, por su parte, no está obligado necesariamente a formalizar ninguna alianza: retendrá la Alcaldía como candidato de la lista más votada si nadie forma un bloque político que sí sume esos 15 votos.
Sánchez será juez y parte en las conversaciones que puedan entablarse y podrá exigir condiciones sobre acuerdos que puedan afectarle de manera directa, de modo que su voz será escuchada
Sea como fuere, lo que sí se evidenció con la designación de Sánchez como integrante de ese comité es que será juez y parte en las conversaciones de las que depende su propio futuro político más inmediato. Se trata de una decisión estratégica respaldada por la lógica: es la más indicada para participar en todo posible acuerdo que le afecte de manera directa. Y su inclusión en el comité es todo un reconocimiento a esa posición, de modo que su voz será escuchada.
Por lo pronto, tendrá capacidad de maniobra para fijar posibles condiciones en esos posibles pactos a derecha o a izquierda. Por ahora, el PP ha tendido la mano a Cs para compartir tareas de gobierno con Barcala como primer edil. El PSPV-PSOE ha deslizado (en realidad, nadie lo ha verbalizado oficialmente de manera pública) la posibilidad de ceder a Sánchez la Alcaldía en una hipotética operación en la que se incluiría el apoyo (o el consentimiento) de Cs para que el presidente de la Diputación de Alicante sea socialista.
Lo cierto es que, hasta el momento, todas las opciones siguen estando sobre la mesa, pese a que el comité nacional de Cs comunicase este lunes que el PP sería su socio "preferente" para formar gobiernos en el conjunto de España. Esa posición no permite descartar nada, puesto que preferir no es sinónimo de excluir a nadie. El planteamiento implica que, en términos generales, los populares serán la primera opción, pero no que vayan a ser la única posibilidad que se contemple. En todo caso, el comité nacional deberá evaluar los informes que eleve el comité regional de la Comunitat sobre el supuesto concreto del Ayuntamiento de Alicante y, sobre esa base, tomará una decisión.
Ahí entrarán en juego varias cuestiones. Entre ellas, si es mejor acompañar a un alcalde de otro partido (por mucho que sea el socio preferente), o ser quien pilote el gobierno desde la Alcaldía; si conviene recibir el respaldo de Unides Podem EU o de Compromís aunque ese respaldo se limite solo al pleno de investidura; si se da alas al PP pese a que en las elecciones se acudía con la intención de arrebatarle el liderazgo del centro-derecha; si se considera que los populares ya han dejado atrás la etapa de los casos de presunta corrupción que le salpicaron durante el pasado mandato (rama de Brugal sobre el Plan General, caso Isjoma o caso Plan E); o si se puede gobernar con el PSPV-PSOE en Alicante, cuando ese partido está pactando la formación de un Consell con Compromís y Podemos, a quienes Cs rechaza por "nacionalistas" y "populistas".
Es más, el partido de Rivera también tiene a su alcance una tercera vía sin cerrar pactos con PP o PSOE. Se trata de la opción de apostar por la lista más votada tanto en el Ayuntamiento de Alicante como en la Diputación, de modo que permita que el PP gobierne en la ciudad y el PSPV en la institución provincial. En esa vía, se permite hasta la variable de optar por integrarse en el gobierno municipal con el PP y quedarse en labores de oposición en la Diputación, sin que se tenga que alcanzar un acuerdo en bloque con populares y socialistas en las dos corporaciones.
Al margen de todas esas hipótesis, la constitución del comité regional de pactos tampoco sirvió este martes para dar inicio a la fase de diálogo entre los tres partidos en liza. Ya se dispone de interlocutores pero ahora falta concretar agendas y cuadrar posibles reuniones, después de los primeros tanteos y llamadas protocolarias que se han registrado entre las tres fuerzas desde el 26 de mayo. En principio, fuentes del PP apuntaron que este miércoles podría producirse un primero encuentro con Cs, aunque nadie del partido de Rivera confirmó esa supuesta entrevista.
Eso sí, por lo pronto, en la composición del comité de pactos regional de Cs sí destaca la ausencia de responsables orgánicos en favor de cargos políticos: de algún modo, las caras visibles del partido que deben responder frente al voto de confianza depositado por los electores. Tanto en las filas de Cs, como en las de otros partidos, sorprendió que en ese comité negociador no se incluyese al secretario de Organización autonómico, Emilio Argüeso, o al secretario de Acción Institucional, Jesús Gimeno, a quienes se consideraba casi miembros de facto de ese órgano negociador.