CARTAGENA. Salió de la escuela de Operación Triunfo, cantera ilimitada de talento, pero tras la academia ha tenido que ir labrándose su camino. Afirma sentirse en un buen momento tras haber tenido que gestionar la fama, de golpe tras OT, y saber moverse en la industria musical. Ahora estrena nuevo trabajo tras tres años sin ofrecer nuevas canciones y es una de las concursantes de Tu cara me suena (TCMS). Un estreno a lo grande en su primera gala, ya que resultó la mejor valorada tras imitar a Laura Pausini. Su equipo nos cita una semana antes de la publicación de este EP, Compañera de viaje.
Escuchando tu EP, uno siente que te has quedado a gusto.
Me he quedado muy a gusto. Una cuando escribe canciones lo hace también como autoterapia. Con este EP me he quedado muy tranquila (risas).
Decías en la información que nos pasan a los medios que ha sido "un camino largo y complejo aunque no complicado". ¿Ha sido largo aunque no complicado por llevar estas canciones muy dentro?
Quiere decir que hacía tres años que no sacaba música, desde 2021, por una cosa y otra. Ha sido un proceso complejo por eso. Tenía muchas canciones pero no encontraba las que de verdad sentía que tenían que formar parte de este EP. Por otro lado, no ha sido complicado porque he estado haciendo canciones, que es lo que más me gusta en el mundo, y aunque haya sido complejo, no ha sido complicado. Llega un momento que te encuentras con estas canciones y ellas mismas dicen: “¡Eh! Que somos nosotras” (risas). Las que componen este EP tenían sentido todas juntas.
Decías que has estado tres años sin sacar música. ¿De ahí esta necesidad de sacar el EP y no un disco completo?
En realidad lo del EP fue una decisión tanto mía como de mi oficina. Ahora mismo la música, ya he sacado dos álbumes con dos singles previamente, siento que no se consume por discos, sino single a single. Tenía claro que yo le dedico mucho tiempo y dinero a que las canciones salgan. Me parece que cuando las sacas todas en un disco y no le dedicas como el protagonismo a cada una al final se pierden. Vivimos en un momento muy efímero, que dura los 30 segundos de Tik Tok. Aunque no nos guste a los más románticos, tenemos que adaptarnos. Me parecía buena idea dividir el disco en dos EP.
Son seis años desde que terminaste Operación Triunfo y ya has estado en dos programas. ¿No te acostumbras a estar fuera de la televisión? (risas).
¿Sabes qué pasa? Que cuando los formatos están tan bien cuidados, te lo pasas bien, te rodeas de gente increíble…Yo quiero estar en todos los saraos (risas). En ‘Dúos increíbles’ había banda en directo, el equipo de producción era increíble, la gente con la que compartes conocía a Carlos Baute, Lucía Gil… Ahora en Tu cara me suena un poco más de lo mismo. Encima es como el mismo equipo de Operación Triunfo, de Gestmusic, conozco a los cámaras, a la gente… Es como estar en casa.
Terminas OT en 2018. ¿En qué has crecido más? Es saltar a la industria de golpe. Muy distinta a la de otros compañeros de profesión.
Sí, es un salto muy violento. Sales de tu casa, aunque tocaba en hoteles, bares, pero todo en formato pequeño. De repente te ves en la tele siendo una niña (yo tenía 23 años). Era muy bebé, no tenía idea de nada. Sales de OT y aterrizas en la industria musical. Que son muchas cosas, no solo son las canciones, y tienes que aprender a base de chocarte con las paredes y llevarte decepciones. Ya tengo el máster, estoy completamente curtida (risas).
Tu nuevo EP tiene un punto pop-rock y las letras salen desde muy dentro de ti. Algunas recuerdan a las últimas de Shakira.
(Risas) Sí, es verdad. Me lo han dicho bastante. Siempre había sido muy solemne con las letras, dándole vueltas a las metáforas y en este me apetecía ser más natural, más espontánea. No tanto como Shakira, por supuesto (risas). Quería hablar como tú dices, desde las entrañas, siendo muy visceral. Cuenta el proceso de una ruptura y todos hemos sentido esos momentos de mucha rabia que te dura 3 minutos, como cuenta la canción Que el karma te devuelva la mitad. En realidad no estás sintiendo eso, pero si esa emoción de rabia en una ruptura. Luego pasamos a ese contacto cero que yo en realidad no quiero, quiero tener contacto contigo. Son emociones que vienen desde la visceralidad.
En un concierto de Marwan se reía de que con cada ruptura por una parte se alegraba porque pensaba: “Ya verás el temazo que saco de esto”. ¿Te ha pasado lo mismo?
Sí, sí. He llegado a la conclusión de que los cantautores somos un poco suicidas y, de alguna forma, buscamos el estar mal un poco. A mí me resulta más fácil escribir desde ese punto. Yo escribo cuando siento ansiedad o estrés, o necesito desfogar esa emoción. Mi forma es escribir y las grandes canciones salen de ahí.
¿Cómo está siendo TCMS para ti? A diferencia de Dúos increíbles, era hacer un concierto. Aquí tienes la particularidad de caracterizarte e imitar a un artista conocido.
Cuando me dijeron que iba a participar en TCMS me puse muy contenta. Todo eran risas hasta que llegó la primera gala y vi la complejidad del asunto. Se me da muy bien imitar voces pero no había probado imitar voces con una coreografía o interactuando con un bailarín o copiando la actitud de ese artista. No era consciente de que iba a ser tan difícil. Es, además, muy cansado, porque estamos grabando lunes, martes, miércoles, llego a Madrid, y el resto de los días es empezar a ensayar la actuación. Es dedicar tu vida a imitar a distintos artistas. Lo cual me parece una fantasía, cantar con peluca como Hanahh Montana (risas). Me vale la pena. Me voy a la cama muerta, pero pongo los pies en la tierra y si a la Julia de 14 años le hubieran contado esto que estoy viviendo…Me abrazo a esa ilusión que me da.
Decías que tienes ya un máster en la industria después de salir de OT. Es un tobogán de emociones porque tenéis un apoyo brutal, luego gira en conciertos más o menos grandes y luego es empezar a crear tu propia carrera. ¿Te dio vértigo?
En mi caso he tenido la suerte de tener el apoyo de Universal y de un equipo humano increíble que cree en mi proyecto, vaya mejor o peor. Ha habido épocas en las que pensaba que tenía que hacer unas oposiciones y dejar la música, otras épocas como ahora en las que me va mucho mejor…Es indispensable rodearte de gente que sume y crea en ti y en tus canciones.
¿Te costó gestionar la fama?
Al principio me costó muchísimo. Sales de OT después de estar encerrado tres meses. Ahí sabes más o menos lo que se cuece pero no como te va a afectar en tu vida personal. Veía que le hacían fotos a mis amigos por la calle o escribían mensajes un poco locos. El fan de OT, por lo general, está bastante loco. Me llegan muchos tuits que digo: “La peña no está bien”. En ese momento que somos la gente de moda, igual que los de OT 2023 de ahora. Iban saliendo y les decía: “Ahora sois los chicos de moda y eso hay que aprovecharlo” (risas). Ese momento, igual que crece la buena gente y la exposición, también crecen los haters. A mí me costó entender un poco eso. También me costó ya no que me pidieran fotos por la calle sino que me gastaran bromas que había hecho en la Academia. Yo esas bromas las hacía, “en confianza”, con mis amigos y no era consciente de que eso estaba calando en la gente. Me acuerdo que me preguntaban: “Si ganas los 100.000 euros, ¿qué vas a hacer?”. Y respondía: “Lo primero, invitar a puntillitas a todos mis amigos”. Iba por la calle y la gente me preguntaba si había comido puntillitas (risas). Entonces, me costaba entender que mis bromas no eran solo mías y de mis compañeros, sino de todo el mundo. Eso cuesta un periodo de tiempo, en el que te tienes que adaptar a todo eso.
¿Tenías claro hacia dónde querías ir como artista?
Venía un poco del mundo de los cantautores. De escuchar al Kanka, Carmen Bozas…Estaba en esa onda. Salí fui a una reunión con Universal y Manuel Martos, que era mi A&R en aquel momento me dijo: “Queremos que hagas un disco”. Les dije que perfecto, que me iba a mi pueblo y que volvería con muchas canciones. Me dieron total libertad. Y sentía que lo tenía muy claro todo. Me puse a componer, a juntarme con compositores, productores…Salió un disco muy bonito, con el segundo igual. Ahora echo la vista atrás y pienso que algunas cosas no las habría hecho igual. En aquel momento estaba muy segura de los pasos que estaba dando.
Decías hace poco que valoras cada vez más tu tierra y tus raíces. ¿Qué tiene Madrid que compense el estar fuera?
Madrid es una ciudad que me encanta porque hay vida todo el rato. Soy una persona que cuando estoy en soledad me rallo muchísimo. Me gusta compartir con mi gente. Cádiz es maravilloso y lo amo por el mar. Los que hemos crecido en la costa tenemos una cosa con el mar que nos da una calma infinita. Madrid laboralmente hay muchas más oportunidades. En Cádiz es más difícil en el mundo de la música.
Me imagino que el hecho de que te vean también es importante.
Personalmente me da un poco de pereza los momentos evento, photocall…Siempre que puedo me escapo. Pero es verdad que ir a un concierto y juntarte luego con quien coincides, que hace mucho que no ves pero que también se dedica a la música…Esa es la magia que ocurre aquí.