NOVEDAD EDITORIAL

'Invocación a las mayorías silenciosas', el primer poemario de Paloma Chen

2/03/2022 - 

VALÈNCIA. “Invocación a las mayorías silenciosas es un poema al que le tengo mucho cariño porque lo escribí después de leer el poema Calling on all silent minorities de June Jordan. Cuando terminé el poemario, no tenía claro el título, pero sí que ese poema debía ser el último, así que surgió de manera natural terminar titulando el libro así”. 

Invocación a las mayorías silenciosas (Letraversal, 2021) es el primer poemario de Paloma Chen. Nació, como otros productos culturales, durante el tedio de la cuarentena. “Durante el confinamiento, volví a casa de mis padres y pasé con ellos muchas horas. Era la primera vez que pasaba tanto tiempo seguido con ellos desde que me independicé y, sobre todo, que tenía tiempo para escribir. En los últimos años, a partir de mi viaje a China y de largas conversaciones con otras personas acerca de la identidad y la ascendencia, había decidido que quería escribir sobre mi familia y sobre mis experiencias como mujer asiáticodescendiente en España. Algunos poemas reflejan mejor la subjetividad, otros son más bien cuentos o historias familiares”.

Paloma Chen (Alicante, 1997) fue la ganadora del II Premio de Poesía Viva #LdeLírica en la edición del año pasado. Es periodista por la Universidad de València y agente cultural- Ha cogestionado la plataforma Tusanaje, de difusión de manifestaciones culturales de descendientes de chinos en países hispanohablantes, desde allí coorganizó el I Encuentro de la Diáspora China en España en Matadero Madrid. La construcción de puentes entre culturas y la observación de cómo es ser hija de migrantes en la sociedad española abunda en su producción escrita, como también lo hacen los sinsabores comunes para todas las mujeres jóvenes.

En los últimos años, he hecho una reflexión cada vez más consciente sobre esa falta de estructuras sólidas que hay en la identidad o en la experiencia”. El amor, la identidad y la ambigüedad de la existencia cruzan un poemario diverso formalmente pero unido temáticamente, en el que la oralidad y el ritmo de la palabra leída es esencial. En él encontramos algunos textos en chino sin traducir. Un lost in traslation intencionado. “Nunca me planteé seriamente escribir pies de página o notas con las traducciones, aunque varias personas me lo sugirieron. La sensación de lost in translation para mí en el lenguaje es muy importante. Además, me inclino a pensar como Salman Rushdie cuando dijo "It is normally supposed that something always gets lost in translation; I cling, obstinately to the notion that something can also be gained”.

Utilizamos la poesía para intentar expresar lo que no se puede expresar. La falta o la búsqueda de la identidad es una sensación asfixiante, agotadora y estimulante que puede ser poetizada de un modo distinto del que puede ser teorizada, por ejemplo”. Lo cotidiano y socioafectivo también están presentes, expresados desde la metáfora y una potente creación de escenas que matizan la realidad. “Creo que en parte la literatura se trata de matizar, veo un valor importante en tratar de acercarte o especificar cada vez más acerca de la sensación o imagen que quieres expresar, al mismo tiempo que eres consciente de la absoluta imposibilidad de alcanzar eso, y también, de que la poesía no tiene por qué tratar siempre de eso, de transmitir un mensaje, aunque yo en muchos poemas sí lo haga. Además, aunque evidentemente bebo mucho de lo autobiográfico, no todo es así, sino solo una parte”.

¿Qué se queda dentro y qué se queda fuera en un poemario? Se han quedado poemas fuera porque creo que no terminaban de encajar con la obra, y los que están presentes sí que corresponden a cierta lógica, más o menos temática o respecto a las sensaciones que transmiten. Al haber sido un proceso muy intuitivo, sí he necesitado ayuda de otras personas para ordenarlos. Estoy orgullosa y agradecida de haber contado con Glady de la Cruz de Literatura Asiática para el prólogo y para comentarme sobre qué le parecía la estructura del libro, que para ella consistía en un comienzo potente, con un Yo fuerte, que después está en el contexto social, en ‘la otredad para ellos, la extrañeza para nosotras’, la lejanía de la propia familia, el espacio intermedio o liminal, el duelo por lo que hemos perdido, y finalmente, una etapa de encuentro, compañía y también reivindicación”.

Encontramos en el libro distintas estructuras en los poemas, a veces más segmentados, otras más narrativos. “Intento jugar mucho con la forma de componer y crear un mundo propio, cerrado, en cada poema. Me encanta jugar con la estructura y ver cómo esta se puede adecuar al contenido que quiere escribir, o viceversa”.

Aunque se percibe el carácter reivindicativo de algunos de sus poemas, no todo el libro persigue esa finalidad. “A veces tienen finalidad reivindicativa y otras no. Incluso los que se pueden percibir como que tienen finalidad reivindicativa a lo mejor no los escribí explícitamente pensando en eso, pero nuestras vidas, mi vida, está atravesada por el racismo, el machismo y otras cuestiones sociales. Me es natural escribir sobre ello porque son cuestiones que me importan y en las que estoy involucrada. Estoy politizada o este poemario es político porque, en mi caso, ha sido una consecuencia natural de mis experiencias personales, algunas relacionadas con ser una mujer de familia china en España. Hacer una poesía no reivindicativa o presuntamente no politizada también es un posicionamiento político o, por lo menos, puede tener una lectura o interpretación política”.

Este poemario es el equilibrio constante en el que hay que vivir cuando la existencia se practica desde el borde de varios mundos.  Desde el restaurante chino en Utiel que regentaban sus padres hasta un jardín de Suzhou, Chen parte de lo personal para hablar de relaciones familiares, del amor y del vértigo mental que es la propia cotidianeidad. 

Noticias relacionadas