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Carlos González, alcalde de Elche / OPINIÓN

Invertimos en los barrios y pedanías de Elche

28/11/2017 - 

El Pleno del Ayuntamiento ilicitano aprobó ayer el Presupuesto Municipal para 2018. Elche es la primera gran ciudad de la Comunidad Valenciana que saca adelante sus cuentas para el próximo ejercicio. Se trata de un presupuesto consolidado de 216 millones de euros, de los que 179 millones corresponden directamente al propio Ayuntamiento y el resto, 37 millones, a las empresas y organismos municipales, VisitElche, Espais Verds, Aigues d’Elx y PIMESA, que realizan políticas sectoriales como la promoción turística, el desarrollo de suelo industrial, la gestión del ciclo del agua o la conservación de zonas ajardinadas.

Conviene saber que del total antes citado, 26,3 millones se dedican a la inversión, que crece con respecto a 2017 un 35%, y que nos permiten invertir 115 euros por habitante, de un presupuesto total por habitante de 950 euros. Una ratio ligeramente superior a la media nacional y provincial, 923 y 815, respectivamente, para el ejercicio 2017. 

También resulta necesario poner de manifiesto, de una parte, que este es el tercer presupuesto consecutivo en el que se mantiene inalterada la presión fiscal, tres presupuestos de congelación fiscal; y de otra, que la situación financiera es cada día más desahogada, consecuencia de la intensa reducción de la deuda municipal. Hemos pasado de una deuda de 115 millones de euros cuando tomamos posesión, a poco más de 55 millones a fines de 2017. Lo que significa que la hemos reducido de 592 euros por habitante a 265 en la actualidad, siendo nuestra previsión que la deuda por habitante en 2020 esté por debajo de 100 euros. 

El de 2018 es el tercer presupuesto de la presente legislatura municipal y su aprobación no sólo constituye la expresión contable de los ingresos y gastos que se prevé realizar y que conforman el proyecto político del gobierno municipal, sino que además es el reflejo de la cohesión del propio gobierno y evidencia nuestra capacidad para alcanzar acuerdos con otras formaciones. Además de expresar el rumbo político del gobierno es un auténtico test de la estabilidad del ejecutivo local. 

En mi opinión, las cuentas púbicas de nuestra ciudad para 2018 se caracterizan fundamentalmente porque redistribuyen el presupuesto a través de la políticas de gasto, incrementan de forma notable la inversión productiva, descentralizan el gasto municipal hacia los barrios y las pedanías, sin perder de vista las necesidades del centro histórico y comercial, apuestan por la mejora de la calidad de los servicios públicos municipales y priman las políticas dirigidas a atender las necesidades de las personas y las familias. Características que se concretan en las cuatro grandes prioridades políticas a las que atiende el recién aprobado presupuesto. 

La primera, la política social, atender las necesidades sociales de las personas y familias que todavía siguen sufriendo las consecuencias de la crisis. En concreto los recursos disponibles para la Concejalía de Bienestar Social, Juventud, Igualdad y Cooperación, experimenta un incremento del 13,46%.

La segunda, favorecer el impulso de la actividad económica y la creación de empleo. El Ayuntamiento y sus empresas tienen que tener un papel activo en la recuperación económica y para ello deben asignar recursos a proyectos que contribuyan al dinamismo económico. Lo que se concreta, entre otras cuestiones, en proyectos decisivos para nuestro desarrollo socioeconómico como, por ejemplo, la ampliación en 600.000 metros cuadrados del Parque Empresarial, las ayudas a la contratación indefinida y al autoempleo, o el proyecto del Campus Tecnológico dirigido a atraer empresas tecnológicas. 

La tercera prioridad, es la mejora del espacio público en los barrios y pedanías; la recuperación y modernización de los espacios ajardinados y  de la vía pública, renovación de aceras y de la calzada, y renovación de plazas, parques y jardines, que son los espacios donde se desarrolla la convivencia y que requieren de un impulso inversor sostenido durante varios años. 

Y, como cuarta prioridad, la mejora de los servicios públicos municipales. Son fundamentales para la dinámica de la ciudad, tanto en los barrios como en las pedanías, la limpieza urbana, la seguridad ciudadana, el transporte público, la adecuada conservación de la red de instalaciones deportivas, socioculturales y educativas, servicios que experimentan incrementos presupuestarios muy considerables dirigidos precisamente a eso, a mejorar la calidad de su prestación.

Unos presupuestos que nos permitirán impulsar iniciativas, algunas emblemáticas, como la reurbanización de la Corredora y de la Replaceta de Les Barques o la construcción de los bloques II y III del Barrio de San Antón; y otras, aunque menos llamativas sí muy necesarias como, por ejemplo, la construcción de nichos, la nueva cartografía para avanzar en la redacción del Plan General, el alcantarillado en Peña de las Águilas, la implementación de la Administración Electrónica y el Plan de Eficiencia Energética; junto con programas que conllevan políticas que están resultando muy útiles como el Plan de Rehabilitación de Vivienda, el Programa de Ayudas para el Pago del IBI o los distintos Programas de Formación y Promoción del Empleo.

En definitiva, Elche cuenta para 2018 con un presupuesto inversor, social, redistributivo, dirigido fundamentalmente a mejorar la fisonomía de los barrios y pedanías y a contribuir al impulso del empleo y de la economía local. Un presupuesto para que el municipio continúe avanzando, modernizándose, generando bienestar, calidad de vida y prosperidad para el mayor número posible de ilicitanos. 

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