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jornada de especialistas en orihuela tras la dana

Instituciones, empresas y sociedad por el Plan Vega Ren-Hace: la colaboración es el punto de partida 

12/12/2019 - 

ORIHUELA. La unión, el consenso y la colaboración pública y privada parecen ser las bases del entendimiento entre administraciones, confederaciones hidrográficas, representantes del sector empresarial y la sociedad con el fin de recuperar la comarca de la Vega Baja y de "blindarla" frente a futuras catástrofes como la que asoló la comarca en la DANA de septiembre. Son algunas de las conclusiones extraídas tras las Mesas de alcaldes e instituciones para la 'identificación de los problemas y oportunidades de la Vega Baja en tres áreas: la social, la ambiental y la económica'. Son los puntos de unión básicos tras la intervención de estos representantes durante la jornada del plan del Consell Vega Ren-hace que tuvo lugar en Orihuela, ayer, en el Aula de Cultura CAM. Una actividad con personas expertas locales, del país y también internacionales con el fin de iniciar las bases para buscar un futuro y soluciones para la comarca tras la gota fría de septiembre. 

El primer turno fue para alcaldes y alcaldesas de municipios la comarca afectados por las consecuencias de las lluvias y la riada -sobre todo- entre los días 12, 13 y 14 de septiembre. Así, tomaron la palabra en este momento la alcaldesa de Jacarilla, Pilar Díaz; el alcalde de Dolores, José Joaquín Hernández, la alcaldesa de Almoradí, María Gómez, el alcalde de Orihuela, Emilio Bascuñana, el alcalde de Guardamar del Segura, José Luis Sáez, y la alcaldesa de Redován, Nely Ruiz.

Desde Jacarilla, su alcaldesa incidió en la necesidad de "replanteamiento, no solo de las infraestructuras, sino también del urbanismo, que ha afectado durante la gota fría". Además, consideró "lamentable que "haya tenido que pasar esta DANA para darnos cuentas de las necesidades de la Vega Baja. Además, puso el foco en el futuro desarrollo de la comarca porque "llueva lo que llueva, el último tramo del Segura siempre será la Vega Baja", y como ejemplo puso la riada a través de la rambla del Derramador que inundó la mitad de su casco urbano.


El alcalde de Dolores, por su parte, habló como "uno de los pueblos más afectados" y explicó el problema que supone ser para la comarca "el desagüe del Segura", y, en concreto, para el municipio, "el desagüe de la Vega Baja". Explicó que el "efecto bañera" hizo que poco a poco pero de forma inevitable se llenara de agua el municipio y reclamó medidas para prevenir futuros desastres. 

Desde Almoradí, su alcaldesa explicó los perjuicios de la DANA desde tres puntos distintos: Las aguas que, a través de Orihuela y las ramblas y acequias llegaron a la localidad; "un desastre no natural" según definió a la rotura de la mota a la altura del municipio que "debería haber estado cuidada, pero no fue así" y, por último, el no disponer de agua potable varios días como otra de las consecuencias de la rotura de la mota. Pidió, asimismo, mejores infraestructuras y mantenimiento y "trabajar en el futuro con ciudadanos para un proyecto global para la Vega Baja".  

Además, el alcalde de Orihuela aseguró que a la ciudad no solo afectaron las lluvias y el desborde del río, sino también " el Reguerón, las ramblas de Abanilla, Tabares, Salada, los barrancos y escorrentías...". Por ello aseguró que la acción y la unión son esenciales, destacó el foro Fuerza vega Baja creado en octubre como ejemplo de buen inicio de colaboración  y reivindicó más infraestructuras par ala zona, no solo hídricas, sino también viarias y de comunicación. "No podemos resignarnos, todo mi pueblo es zona inundable, la solución no es aprender a nadar, sino poner todo el talento en buscar soluciones".  

El alcalde de Guardamar del Segura compartió tanto oportunidades como debilidades del municipio y lo enfocó al antiguo cauce del Segura, un tramo de 1,2 kilómetros que resultó ser crucial en la emergencia de la DANA. "Hay falta de atención al Segura, el antigua cauce no funcionaba y recibe aporte de acequias, por eso hubo que hace roturas para aliviar". Además remarcó que no son tan necesarias nuevas infraestructuras como el hecho de mejorar las existentes. "Si lo que tenemos hubiese estado en condiciones, no hubiera ocurrido tanto mal". Así, pide unidad para trazar un plan de la Vega Baja y empezar por cuidar las infraestructuras actuales.

La alcaldesa de Redován se centró en la rambla de Abanilla, que inundó la parte nueva del municipio y puso también el foco en "la sierra, que a través de las corrientes de agua inundó un barrio". Así, pidió ayuda a administraciones grandes a la hora de aportar grandes soluciones que "los ayuntamientos pequeños no podemos sufragar".

La segunda parte de la Mesa estuvo formada por instituciones que contestaron a las mismas preguntas sobre retos y oportunidades tras la DANA para le Vega Baja. En ella estuvieron presentes la consellera de Agricultura, Desarrollo Rural, Emergencia Climática y Transición Ecológica, Mireia Mollà; el conseller de Política Territorial, Obras Públicas y Movilidad, Arcadi España; el presidente de la Confederación Hidrográfica del Segura (CHS), Mario Urrea y el vicepresidente de la Diputación de Alicante, Adrián Ballester. También estuvieron el presidente de la Confederación Empresarial de Alicante (CEV), Perfecto Palacios; el presidente de la Cámara de Comercio de Orihuela, Mario Martínez y el presidente de la Cámara de Comercio de Alicante, Juan Riera.

Para el presidente de la Cámara de Comercio de Alicante, la "catástrofe debe dar paso a buscar soluciones lo más inmediatas posibles". Aseguró que hay que entender que debe tenerse en cuenta el aumento de población de más de 65 años extranjera instalada en la Vega Baja para, en lo económico ofrecer cobertura desde los sectores agrario, industrial, de la construcción y turismo en un área donde pueden crecer. Así, también apuntó a la necesidad de que la industria y la manufactura "se adapte a la innovación" y que se trabaje en infraestructuras hídricas y de comunicaciones para que "no se sufra más" ante desastres naturales. 

El presidente de Cámara Orihuela apuntó a la "infrafinanciación de la comarca en los últimos 30 años, aunque seamos el 10% de la Comunitat Valenciana y aportemos el 10% del PIB". Puso como ejemplo el foro Fuerza Vega Baja como herramienta técnica de trabajo y cohesión. "Queremos crear mesas técnicas en todas las áreas posibles para se un órgano consultivo para la administración". Ya ha tenido lugar, en efecto la primera Comisión Hídrica en ese foro. Además, Martínez reclamó dejar de ser "invisibles porque no existimos ni para la Comunitat ni para Murcia". Así reclamó que la comarca se convierta en "objetivo de inversión número uno para la Comunitat y que también lo traslade al gobierno de la nación".

El presidente de la CEV de Alicante, por su parte, enfocó su discurso en la necesidad de potenciar en la zona el tejido empresarial y lo reflejó en seis puntos: El primero; la movilidad ágil, para lo que reclamó infraestructuras de comunicación, y sobre todo, el ZAL de San Isidro que "debe ser fundamental dentro del Corredor Mediterráneo como un foco productivo esencial para la comarca". También reclamó infraestructuras hidráulicas y "renovar flujos" del río porque "lo que antes era excepcional, ahora deja de serlo". Así, pidió desentrañar los "problemas burocráticos" para que las ayudas a empresas anunciadas por el Consell lleguen con celeridad; habló de mejorar y potenciar la proyección turística de la comarca , así como de que se garantice el trasvase Tajo-Segura, de la transformación digital para las empresas y que "en las áreas industriales no vuelva a pasar algo como lo del polígono Puente Alto". En definitiva, para lograr estos objetivos, Palacios busca "generar un gran pacto de la comarca con colaboración pública y privada"

Por su parte, el presidente de la CHS habló de la necesidad de "pactar el riesgo que queremos asumir en este momento, no solo las administraciones; también la población civil". Así, habló de un periodo de retorno "amplísimo" para la comarca tras un episodio de gota fría "brutal". En este sentido ahondó en que la clave para la recuperación y la planificación es "¿qué queremos ser?". Por ello apuntó a la actual redacción del plan para la cuenca hidrográfica del Segura que debe abarcar seis años, de 2021 a 2017 y para el que deben enviar propuestas "y medidas que todas las administraciones quieren. Todas las mesas deben converger en el documento que será clave ara la financiación en el plan para la CHS". Así, con respecto a las críticas que se ha llevado la CHS tras la DANA, afirmó que "nos acordamos de Santa Bárbara cuando truena, aunque los informes preceptivos que las autoridades locales y autonómicas debían emitir no están priorizados cuando se redactaba el plan de actuación de la cuenca". 

Además, el vicepresidente de la Diputación aseguró que las ayudas y acciones para la comarca "no pueden esperar" y aseguró que en el presupuesto provincial que se aprobará, previsiblemente, la próxima semana "hay 7,6 millones de euros para infraestructuras de la comarca". También apuntó la importancia de conseguir fondos europeos y urgió al Consell y al Gobierno central a reclamar e iniciar los trámites para el "fondo de solidaridad de la UE para la Vega Baja, que debe activarse". 

Para el conseller Arcadi España, "la marginación, incomprensión e invisibilidad de la Vega Baja se ha roto y el principal motivo es emocional". Así, señaló que es momento para hacer "reflexiones de fondo para la comarca, para las que hay que pararse a pensar sin dejar de actuar". De este modo, dibujó a la Vega Baja como una zona con "gran potencial económico en una zona muy urbanizada en un territorio muy frágil, el esfuerzo que realizar es excepcional". Y también centró las actuaciones en dos grupos principales: un plan de movilidad y un Plan de Acción Territorial (PAT) para compatibilizar una economía sostenible con un desarrollo urbanístico adecuado y adaptado a la zona donde "el consenso será imprescindible". Concluyó asegurando que "es el momento de cambiar de modelo juntos".

La consellera Mireia Mollà apuntó a que existe "una emergencia climática y debemos adaptarnos y hacer renuncias; es vertiginoso, pero también real". Por eso habló de "responsabilidad" en las futuras decisiones y entender que los episodios sucedidos volverán a ocurrir y hay que dejar que "el agua desemboque, se necesita concienciación de las administraciones y cambios en el ámbito agrícola, urbano, ganadero y social". Así, también se sumó a las reivindicaciones de mejores y nuevas infraestructuras para la zona y sobre todo "análisis y planificación antes de actuar con infraestructuras y urbanismo, porque el orden sí que afecta el producto"

Con estas pinceladas de actores políticos y sociales, la necesidad de acuerdos y trabajo conjunto parece la tónica general para comenzar con un proceso de recuperación de la comarca que será, inevitablemente, a largo plazo, y, con la esperanza de ser duradero y efectivo contra las potenciales futuras catástrofes derivadas de las inundaciones.

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