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intervención en el museo

Inma Femenía baña de luz magenta el IVAM

16/07/2024 - 

VALÈNCIA. Cuando hablamos del museo contemporáneo como contenedor, como marco de acción, como escenario, es habitual que más pronto que tarde se ponga sobre la mesa la idea de 'cubo blanco', ese espacio neutral que permite el tránsito de artistas sin afectar su propuesta. El cubo blanco no molesta, el cubo blanco no habla, el cubo blanco está pero no está. Pero, ¿y si el espacio tuviera voz propia?¿y si, en lugar de blanco o gris, el cubo se impregnara de color? Esta es la misión que se ha fijado la artista Inma Femenía (Pego, 1985), que se ha propuesto teñir de magenta el Institut Valencià d'Art Modern (IVAM) con una intervención en la que hará uso de la luz, el espacio y la materia para transformar la percepción del espectador de un museo que, durante unos días, cambiará de piel.

"Este proyecto habla del poder que tiene la luz, haciendo de ella algo más corpóreo y, también, más poético. Va a ser como pintar el espacio con la luz", explica la artista en conversación con Culturplaza. La intervención, que se enmarca dentro del programa de actividades IVAM Estiu, continúa la investigación que inició con su exposición individual en la galería madrileña Max Estrella, que con el mismo título, Aire Magenta, planteaba una reflexión en torno a la manera en las que la tecnología funciona como intermediara entre lo que vemos, lo que no vemos y cómo lo vemos. 

"La intervención que hago en el IVAM es una intervención mínima pero, al mismo tiempo, abarca todo el espacio, condicionando totalmente la visita del espectador con esa tonalidad magenta”, relata Femenía. Será la gran cristalera que preside la entrada del museo el lienzo que la artista utilizará para 'pintar' con luz el vestíbulo del centro, una cobertura que aprovechará la luz natural para teñir los muros y la escalinata del IVAM, afectando tanto a ese 'cubo blanco' interior como a la visión que tiene el visitante desde dentro de la calle Guillem de Castro, una postal de la ciudad que puede parecer de ciencia-ficción pero que no lo es.

Foto: Cristina Caballero

Pero, ¿por qué magenta? "No es una elección arbitraria. Muchas veces mi trabajo se ha basado en la intuición, pero en estos últimos años he hecho un estudio más formal, he estudiado mucho lo que es la descomposición de la luz. El magenta no existe en el espectro visible, lo generamos nosotros con la unión de los extremos del espectro”, relata la artista. 

Esta investigación es, precisamente, el nexo de unión entre la intervención en la cristalera del IVAM y su última exposición individual, para la que hizo uso de una cámara Full-Spectrum, capaz de captar la luz infrarroja, que le permitió acceder a esos modos de percepción inaccesible al ojo humano. Esta reflexión en trono a lo real y lo artificial, que también remite a aquellos aparatos, como satélites o cámaras de videovigilancia, que nos observan han dado com resultado un Aire Magenta que durante unos días promete “activar los sentidos” de los visitantes del IVAM.

Ocupar el espacio desde lo inmaterial

Esta intervención, en todo caso, no es la primera que firma la artista en el museo. Fue en el 2017 cuando presentó Free Fall, un proyecto situado junto a la entrada de la biblioteca que supuso, además, uno de los primeros trabajos que realizó pensando en abarcar un espacio concreto. "Este proyecto me abrió el camino en el que actualmente estoy, fue el inicio hasta donde estoy ahora. Todo el aprendizaje, todo el trabajo, durante este tiempo ha sido muy importante. En Aire Magenta se plasma totalmente esa consolidación en mi carrera”, reflexiona. 

Ya entonces trabajaba a partir del estudio de la luz, aunque en este caso se traducía en una pieza más física, un elemento que ha ido dejando cada vez más atrás -aunque sin abandonarlo- en favor de proyectos menos tangibles. Precisamente, es otro de los grandes centros culturales de València, el joven Caixaforum situado en la Ciutat de les Arts i les Cièncias, donde se ubica otra de sus más destacadas y recientes intervenciones. Bajo nombre Arc al cel, esta propuesta aprovecha la luz natural que baña el edificio a través de la claraboya para crear un arcoíris en su interior, una intervención que, además, no es fija, pues cambia dependiendo de la situación climatológica.  

Foto: Cristina Caballero

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