Íñigo Errejón era Harry Potter 

Íñigo Errejón está en primero de preescolar de Manuel Alcaraz.  Transhumancia, alquimia y escoba profesional. Manuela Carmena és la mare de tots els espanyols. El latigazo de la división de la izquierda ya ha llegado a la terreta. La réplica coge con el paso cambiado a la Santísima Trinidad Botánica. Ahora pendiente de Antonio Montiel, Llum Quiñonero y demás erejonistas indígenas. Fran Ferri se cabrea ante la ambición e ininteligencia ilimitadas de Enric Morera y, junto a Mireia Mollà -la Nefertiti, el ADN de la Dama d’Elx- declaran la guerra en les Corts a Ximo Puig. Mónica Oltra tiene que descender al campo Happy Meal provincialista del Botànic -el pacto de Bussot/Cocentaina entre el Bloc y  Iniciativa - a bajar el balón. Jesús Navarro, de Carmencita, lanza Mano de Santo, un Bloody Mary para la resaca. Seguramente lo venderá Juan Roig en Mercadona. Ada Colau aguarda en la cola. Juan Carlos Monedero consuela a Raúl del Pozo. Que literatuliza y embellece el asesinato del emperador.

La convención de Pablo Casado pasará a la historia como la convención de José María Aznar. O la de Santiago Abascal. Se evidencia una discontinuidad entre el Antiguo y el Nuevo Testamento. La derecha se empalma muchísimo con la mano dura pero se reviste con Mario Vargas Llosa y “los nuevos optimistas ontológicos” como Johan Norgber, Steve Pinker o Cayetana Álvarez de Toledo. Que piratean la Ilustración. Juan Manuel Bonilla calca a Susana Díaz. Ni tutelas ni tu tía. Ana Bolena de Aznar no sufrió en su decapitación. Eva Ortiz y su corte cabalga con su caballo Terry hacias las afueras del núcleo irradiante. Marie Kondo es el nuevo orden mundial.

Felipe VI consagra el modelo integrador de la CEV para la Comunitat de Salvador Navarro. Cesar Sánchez, crecido ante la deserción de Isabel Bonig, se siente vicepresidente de la república provincial por un día. Y proclama que Alicante es la última frontera, la salvación a los desastres de la guerra de Catalunya. Y que Natxo Bellido es Jordi Pujol. Sobran palabras. Las Fotogalerías de Alicante Plaza lo descifran todo. Soy muy fan -Rafa Molina, Kike Taverner, Pepe Olivares, Eva Máñez y todos los demás- de esas fotografías que son editoriales como catedrales góticas. Menhires enclaustrados en los lagos milenarios del Ártico. En plena plorera provincialista y sus correspondientes desplazamientos volcánicos, uno prefiere la narración del Alicante que escucha a SM el Rey. 

Mari Carmen Sánchez quiere ser –con su cartel “Botànic Go Home”- un ninot como  Toni Cantó. Emigdio Tormo, Marta Martín y Janeth Giraldo nos hacen echar de menos a José Luis Cifuentes y a Carolina Punset. El mundo entero se desmorona y nosostros nos enamoramos. Ciudadanos Comunidad Valenciana, o sea, la nada, va primero en las encuestas. Entre la paella y el arroz alicantino, nos vamos al chino de la esquina.

Hortensia Herrero aprovecha la visita del monarca a nuestra tierra para anunciar que va a pagar de su bolsillo la restauración de la Iglesia de los Santos Juanes del Cap i Casal. Uno echa de menos el retorno al territorio de la burguesía ilustrada alicantina. Que existe, aunque no se manifiesta. Los socialistas alicantinos, en urgencias, siguen sin pulso. José Luis Ábalos lo solucionará todo, todo y todo. Begoña Gómez, la presidenta, ha desaparecido. Letizia Ortiz, la nieta del taxista del barrio de San Gabriel ,luce canas.Cantemos al amor de nuestros amores.

El infinito…¿es un número o sólo un concepto teórico?. Revolución universitaria por 223 cer0s Zapater0s. El recreo como espacio pedagógico en la UA.  Sant Antoni, la semana de la oración y Fitur.  La cultura se moviliza para salvar el Freaks Arts Bar de Natalia Molinos y Maxi Velloso.  ¡Alexa..!...ponme con mi nunca bien ponderado ni pagado Herr Direcktor!.....Me parece que en este artículo no aparecerá Miquel González. Ni Theresa May, Jeremy Corbyn, ni Felipe de Edimburgo ni la ginebra. Jhon Bercow, el presidente del Parlamento Británico, es el el puto amo, el personaje de la semana.