ALICANTE. Con la práctica totalidad de los datos cerrados, el año 2016 ha servido para confirmar dos tendencias, a juicio del Instituto de Estudios Económicos de Alicante (Ineca): una mejoría general de los indicadores al mismo tiempo que una pérdida de peso en el conjunto nacional. El presidente de Ineca, Perfecto Palacio, ha señalado que la provincia de Alicante mantiene la tendencia del año anterior, es decir, una trayectoria ascendente, de recuperación, pero a un ritmo lento. "Nos alejamos de la buena marcha que lleva el país. Así que, consideramos que vivimos en un momento allegro ma non troppo".
La provincia que sigue una tendencia positiva, aunque cada vez avanza más despacio. El ritmo de crecimiento se ha ralentizado por segundo año consecutivo y eso significa que nos alejamos cada vez más de los puestos avanzados, según Ineca. "Está bien haber taponado la herida de pérdida de tejido empresarial, empleo, etc. Después la hemos cosido, pero parece que desde 2015 hayamos abandonado la rehabilitación. De esta manera, la recuperación puede perder su sentido y el esfuerzo hecho hasta ahora no habrá servido", ha indicado Palacio.
Desde Ineca se considera que aún hay margen para la mejora y que, en un corto plazo, la inversión es clave para cambiar esta dinámica. "Ya sabemos que del Estado no va a venir, o eso parece a tenor de los presupuestos. Habrá que moverse y pelear por nuestras fortalezas como territorio atractivo para la inversión. Seguimos pensando que las políticas deben ir dirigidas a apuntalar nuestros ejes económicos (construcción-inmobiliario y turismo) y a reindustrializar la provincia", ha concluido Palacio.
El balance sitúa a la provincia en posiciones similares a antes de la crisis, 2008, con buenos datos en el tejido empresarial, aunque los sectores acusan mejoras muy desiguales. Por sectores de actividad, la exportación agrícola e industrial presenta "síntomas de agotamiento y falta de competitividad" con una caída del 8,2% en las ventas al exterior; mientras que la construcción ha iniciado la recuperación de forma paulatina y continua hasta prácticamente los últimos meses, en los que se advierta ya una clara ralentización relativa en comparación con el contexto nacional (las ventas de viviendas se incrementan un 12,5% en Alicante frente al 13,9% de la media española).
En cuanto al turismo, y especialmente en la actividad hotelera, lo cierto es que los efectos de la crisis han sido mínimos. La provincia de Alicante ha mantenido una mejor evolución que el conjunto de España hasta el 2015. A partir de este momento, manteniendo los dos territorios una evolución positiva, Alicante se va descolgando del ritmo de crecimiento en España, aspecto que lejos de detenerse sigue incrementándose con el paso de los meses. Las pernoctaciones de turistas nacionales crecen un 2,1%, y un 11,4% en el caso de los extranjeros.
En líneas generales, los avances son positivos, pequeños pero positivos. Las mejoras en prácticamente todos los indicadores Ineca establecen casi un punto de crecimiento respecto a 2015. La provincia "saca un aprobado en el curso socio económico en 2016", según constata el responsable de Estudios, Francisco Llopis.