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socialmente inquieto / OPINIÓN

Increíble el tesoro de Tabarca

27/07/2020 - 

La isla de Tabarca tiene algo especial, algo mágico que te atrae como a un imán. Todos los años nos busca y nos encuentra. Desde sus primeros habitantes hasta nuestros días, la isla tiene un halo de misterio y de simpatía que engancha al común de los humanos.

Pueblecito de pescadores, sus casas juntas unas con las otras conforman un caserío donde destaca la Casa del Gobernador, hoy hotel, y la iglesia que tuvo una torre y en su restauración le pusieron dos afeando su silueta. Pueblecito amurallado, aún tiene en pie buena parte de las murallas y tres de sus puertas. Sobrevivieron al desarrollo urbanístico, tuvieron más suerte que las de Alicante que se demolieron todas para que la ciudad creciera. Vaya con la piqueta y la ambición, tan peligrosas una y otra en estas tierras.

Parodi, Ruso, Manzanaro, Leoni, Buzo o Chacopino fueron algunos de los apellidos de los primeros pobladores, rescatados de una isla tunecina por el rey Carlos III (1769) y traídos a Tabarca para que se establecieran en su nuevo hogar. Hoy aún quedan pobladores en la isla de Tabarca con los apellidos de aquellos colonos.

Muchos son los oficios que les enseñaron a los primeros habitantes de la isla para que pudieran vivir en este secarral y desarrollar una actividad. Dentro de las murallas, y fuera de ellas en El Campo, donde plantar era un duro ejercicio no sólo por el suelo rocoso sino por el sol de justicia que cae a plomo sobre la planicie, y por el viento que lo peina todo venga de Levante, de Lebeche o de Poniente. Uno de esos oficios destacó sobre los demás cuando hicieron la almadraba, la pesca del atún. Fueron los años de oro de la isla hasta conocer el turismo. Y por serlo, permitan que me detenga y les cuente, con algo de detalle, qué aventura fue aquella.

El atún entra al Mediterráneo por el Estrecho de Gibraltar en febrero para desovar y sale por el mismo lugar en noviembre. Nada en grupo, cerca de la superficie, siempre por las mismas rutas marinas. Este conocimiento es fundamental para instalar la almadraba en el lugar adecuado. Es un arte de pesca que se compone de redes y barcos. Hay que interceptar a los atunes, hacer que entren en un recinto cercado por redes y armazones, cuando estén dentro cerrar el acceso, capturarlos uno a uno mediante ganchos o bicheros y subirlos a la cubierta de los barcos. Conocemos bien de esta modalidad de pesca a través de la literatura y del cine. La ubicaron en 1770 frente al islote de La Galera a una milla mar adentro en dirección sureste. Se instalaba durante el paso al desove y cuando los atunes retornaban de nuevo al Estrecho. Llegaron a pescar ejemplares de 300 Kg. ¿Por qué se terminó negocio tan próspero para los tabarquinos?. Empezó su declive a partir de 1824 porque se complicaron los trámites para calar las almadrabas, el elevado precio de la sal y el coste de los arrastres. Siguió funcionando por empresas ajenas a los isleños de Tabarca. En 1920 esta almadraba capturó 25.000 kg de atún, caballa, bonito y melva. Dejó de funcionar en 1960 por la drástica reducción de sus capturas. Aún queda en la isla vestigios de la almadraba como su almacén y otros utensilios que hoy forman parte del Museo de la isla.

Tabarca y su entorno son extraordinarios, sus aguas transparentes y sus fondos marinos son excepcionales, sobre todo desde que se creó la Reserva marina el 4 de abril de 1986 siendo Jose Luís Lassaletta el alcalde de Alicante.

Tabarca ha sido ambicionada por muchas razones. Una de ellas fue para desarrollar en ella proyectos urbanísticos de envergadura. Seguramente el más importante es el que les voy a contar ahora. Vean, porque tiene miga y mucha ambición. Otra vez. El 11 de enero de 1962 Federico Trías de Bes, representante de la empresa madrileña Tabarca Island, S.A. comunicó al Ayuntamiento de Alicante que tenía “una opción de compra para la adquisición de una parte de la isla conocida con el nombre de Plana de Nueva Tabarca, integrada en el municipio de Alicante”. 

Dicha sociedad tenía previsto un planeamiento urbanístico total de la isla para dotarla de agua, luz, y conservar los elementos de interés histórico y artístico. Pretendían invertir 240 millones para convertir la isla en un centro turístico internacional. Se quería construir viviendas para 800 turistas, club de yates, 2 playas, piscina natural, bolera, frontón, minigolf, … Se resaltaba que no se pretendía hacer nada a espaldas de los tabarquinos, dato importante ya verán por qué. Cuando alguien dice lo que nadie le pregunta, desconfíen. El 8 de febrero el arquitecto municipal dictaminó que no había impedimento alguno para que el Ayuntamiento lo autorizara. Igual opinó el Letrado Consistorial (28 de febrero). La Comisión de Urbanismo, reunida el 14 de marzo, autorizó a Tabarca Island a estudiar la formación de un Plan Municipal o Comarcal de la isla de Tabarca como autorización previa pero dando un plazo de cuatro meses a esa empresa para presentar su Plan y Proyecto. El 2 de abril el abogado y secretario General del Ayuntamiento, Santiago Peña Carrascosa, después de reunirse el Pleno, certificaba la autorización para la realización de dicho Plan y del Proyecto de urbanización de la isla, siendo alcalde el falangista Agatángelo Soler Llorca. ¿Y qué pasó?. Diversos recursos de algunos de los vecinos de Tabarca argumentaron que ellos podían hacer lo mismo en sus terrenos por lo que - según el investigador Armando Parodi Arróniz, que tiene varios trabajos publicados sobre Tabarca - paralizaron el proyecto y lo dilataron en el tiempo, a pesar de que el Ayuntamiento no dio la razón a los particulares, aburriendo a Tabarca Island y desistiendo de su realización.

Ha pasado de nuevo con posterioridad. No hay proyecto que se pueda emprender en Tabarca si no se cuenta con los tabarquinos o si no están de acuerdo, ya se las ingeniarán para que no se haga ó no tenga éxito si se hace. Todo por su necesidad de reivindicar y preservar su identidad y su propia personalidad. No quieren dejar de ser ese pueblecito de pescadores que fueron y siguen siendo, aunque actualmente el turismo en la isla lo ha transformado todo.

Si hay un momento mágico en Tabarca es cuando se van las tabarkeras con los últimos turistas y sólo quedan los que pernoctan en la isla. Sentado en una silla en una de sus terrazas al aire libre cerca del puerto mirando las lucecitas de las casas allá a lo lejos en la península y a algún barco que con sus luces quiebra la oscuridad de la noche, un refresco en una mano acompañado con lo que ustedes quieran - ¿quizá el ron pirata de las películas? -, el rumor del mar al acariciar la orilla y sus pensamientos….. Las tertulias nocturnas en Tabarca son especiales y se alargan hasta bien entrada la madrugada sabiendo que el retorno a la vivienda, el hotel o apartamento turístico está muy cerca caminando bajo el cielo estrellado.

No me olvido del tesoro que menciono en el título de este artículo. Quizá hayan pensado en un montón de monedas de oro, o de joyas preciosas. Quizá hayan imaginado el naufragio de galeones hundidos y el contenido de sus bodegas. Espero no desilusionarlos. El tesoro de Tabarca es la propia isla de Tabarca. Piensen sino en sus aguas cristalinas, en la flora y la fauna de la Reserva marina y su entorno, en las murallas y sus puertas, en ese cementerio pequeño y coqueto extramuros, en la torre de San José y en el faro solitarios en El Campo, en esa iglesia que tuvo una torre y ahora tiene dos, en la Casa del Gobernador, en sus casas unifamiliares apiñadas unas con otras, con sus fachadas blancas coloreando de azul el marco de las puertas y ventanas, …. El tesoro son esos tabarquinos, herederos de los primeros pobladores de la isla, emprendedores y luchadores que año tras año superan las inclemencias del clima y de la vida para seguir estando al frente de este rincón del Mediterráneo, la única isla habitada de la Comunidad Valenciana.

Increíble es que los alicantinos tengamos esta joya del Mediterráneo en pleno siglo XXI por la preocupante contaminación del mar o por la presión urbanística que la ha tenido y mucha por lo que a veces han sido los Tribunales de Justica los que han tenido que resolver las disputas o solventar las irregularidades. Tabarca podría ser la Mikonos alicantina, ya sé que las comparaciones son odiosas, pero ¿por qué no? Basta proponérselo, sobre todo las administraciones públicas competentes, y poner todos de nuestra parte para ponerlo en práctica. Esta isla la tenemos que preservar entre todos para el disfrute de nuestros hijos, de todos aquellos que vienen a conocerla y a disfrutar de sus encantos, y para nuestro disfrute no vaya ser que de tanto repartir…. Increíble es su gastronomía, pero esta es caso aparte, es necesario otro artículo que quizá les cuente algún día.

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