Illueca: "Estamos listos para hacer nuestro trabajo"

ALICANTE. Las condiciones de la subasta del estadio José Rico Pérez ya son públicas y el Instituto Valenciano de Finanzas (IVF) mantiene su decisión de acudir a la misma y hacerse con la instalación.

El director general del banco del Consell se mostraba tajante este lunes al ser preguntado por el tema: "Estamos listos para hacer nuestro trabajo" e insistía en los argumentos adelantados ya por Alicante Plaza el pasado 6 de enero.

Desde el IVF sostienen que están preparados para una puja electrónica que se celebrará el próximo 3 de febrero y en la que no permitirán que ningún oportunista se haga con el estadio a un 'precio de derribo' (ojo porque para participar en la subasta hay que consignar previamente unos 737.000 euros) pero sí por una cantidad igual a la que el banco del Consell cree poder obtener en una venta posterior. El ser el máximo acreedor de Aligestión (es titular del 85% de la deuda de la sociedad por ser esta fiadora de la Fundación del Hércules) le garantiza que ya recuperará prácticamente la totalidad del dinero que desembolse en la subasta. 

El precio de salida es de 14,7 millones si bien nadie cree, empezando por el IVF que el estadio y el resto de bienes que se subasta (el 15% del accionariado del Hércules y diferentes derechos de crédito cuyo importe asciende a 330.000 euros y en los que el club es deudor a cuenta del arrendamiento del estadio) sea adjudicados siquiera por la mitad de ese dinero.  

Por cierto, al IVF no le entusiasma la idea de hacerse con un paquete de acciones del club: "No queremos derechos políticos sobre ningún club (...) queremos recuperar el dinero público" señala Illueca pero la decisión de Miguel Hernández, administrador concursal de Aligestión Integral les obligará a convertirse en accionistas y a la vez acreedores del Hércules, aunque sea temporalmente.

El estadio José Rico Pérez dejó de ser propiedad del Hércules en 1994 cuando el Ayuntamiento de Alicante lo adquirió para que el club pudiera cancelar su deuda con Hacienda y la Seguridad Social. En 2007 la instalación regresó a manos privadas pero no las del club blanquiazul si no de quienes entonces como ahora manejaban el Hércules: Enrique Ortiz, Valentín Botella y Juanjo Huerga se hacían con el estadio por 7,8 millones de euros, quedando obligados a desembolsar otros 4,2 en una reforma que no solo ofrece muchas dudas al consistorio, es que de acuerdo con el juez instructor de la pieza separa del caso Brugal relativa al presunto amaño del que iba a ser el Plan General de Ordenación Urbana, Enrique Ortiz pensaba ahorrárselos.