objetivo de mejora de su evolución

El Hospital Dr. Balmis implanta un programa para identificar la desnutrición en pacientes ingresados

26/07/2022 - 

ALICANTE. La Unidad de Nutrición Clínica y Dietética (UNCyD) del Hospital General Universitario Doctor Balmis, en colaboración con la Unidad de Sistemas de la Información de Enfermería y el personal de Enfermería (enfermeras y TCAE) de las unidades de hospitalización, está desarrollando un programa de cribado nutricional en pacientes ingresados.

Este grupo de trabajo comenzó un pilotaje con anterioridad a la pandemia, que ha fructificado ahora en un programa estructurado. "El objetivo de éste es identificar a los pacientes ingresados que están desnutridos o en riesgo de desnutrición. De este modo, se les puede proporcionar el mejor soporte nutricional para cada caso y así, al reducir las complicaciones asociadas a la enfermedad que se dan con mayor frecuencia en los pacientes desnutridos,  mejorar su evolución clínica e incrementar las posibilidades de supervivencia", subraya el doctor Ángel Luis Abad, responsable de la UNCyD, que está integrada en la Sección de Endocrinología y Nutrición.

El programa consiste en realizar a todos los pacientes ingresados un método de cribado nutricional llamado MUST (Malnutrition Universal Screening Tool), una herramienta de valoración clínica que tiene en cuenta tres parámetros concretos: el Índice de Masa Corporal (IMC), el porcentaje de peso perdido y la presencia de enfermedad.

Como apuntan Trinidad Castillo y Rahma Amrani, enfermera y dietista de la Unidad de Nutrición, "se trata de un cribado universal, de modo que se valora el estado nutricional de todo paciente que ingrese en las unidades de hospitalización de Medicina Interna, Cirugía y Urología, en las que ha comenzado el programa. Durante las primeras 48 horas del ingreso, las enfermeras y TCAE llevan a cabo el estudio antropométrico, es decir, recogen una serie de parámetros (el peso, la altura, etc.), que se introducen en la historia clínica".

Este método de cribado asigna una puntuación a cada uno de los parámetros valorados (IMC, pérdida de peso y la patología que sufra el paciente) y tras sumar los puntos, se obtiene un resultado que se relacionará con un grado de riesgo: si el riesgo es bajo, transcurrida una semana se repite la medición. Si el paciente presenta riesgo medio, se le da una suplementación de dieta nocturna y se le realiza un control de ingesta durante tres días.

En el caso de que el riesgo sea alto, se ha de confirmar la presencia de desnutrición. "Para ello, se determinaría, en cada caso, tanto la presencia de la misma como su gravedad, mediante la aplicación de los llamados criterios GLIM, aplicados en la actualidad por las sociedades científicas de mayor prestigio dedicadas a la nutrición clínica. De confirmarse el diagnóstico de desnutrición, se despliega el plan de acción nutricional que mejor se adapte a cada paciente", explica el doctor Abad.

Este protocolo asistencial incluye la recogida de indicadores para evaluar el funcionamiento del programa con posterioridad, que permitan la mejora continua. En el desarrollo de esta iniciativa ha sido fundamental el trabajo desarrollado por la supervisora de la Unidad de Sistemas de la Información de Enfermería,  Manuela Domingo, y Francisco Gómez, adjunto de la Unidad de Documentación Clínica y Admisión, que han facilitado que esta información pueda estar integrada en la historia clínica del paciente.

Es tal la importancia de conocer el estado nutricional del paciente en el medio hospitalario que permite el desarrollo de líneas de investigación. Recientemente ha comenzado el estudio multicéntrico “NUTRIFAG”, financiado por el Instituto de Salud Carlos III, que aborda esta cuestión, liderado por Isabel Orts-Cortés, enfermera y subdirectora del Departamento de Enfermería de la Universidad de Alicante, doctora por la UA e investigadora del Instituto de Investigación Sanitaria y Biomédica de Alicante (ISABIAL), en el que van a intervenir nueve hospitales públicos del territorio nacional.

La importancia de la detección

La desnutrición "es un problema de gran entidad y muy desconocido en el mundo occidental", apunta el doctor Abad. El especialista se apoya en diversos estudios nacionales, PREDyCES, realizado en 2010, y SeDREno, de 2021, que arrojan cifras de desnutrición cercanas al 30% de los pacientes hospitalizados. Un dato que, en los mayores de 70 años, sube al 34%. "Por tanto, hasta un  tercio de los pacientes ingresados en los hospitales españoles podrían estar desnutridos", sintetiza.

La presencia de desnutrición en un paciente ingresado se asocia a más morbilidad y complicaciones durante el ingreso, prolongación de su estancia hospitalaria, mayor gasto sanitario y, en última instancia, a un mayor riesgo de mortalidad. Los factores relacionados con la desnutrición son la disfagia (problemas de deglución) y los procesos neurológicos (por ejemplo, la presencia  de deterioro cognitivo), ambos relacionadas con el paciente mayor; las enfermedades oncológicas y las alteraciones gastrointestinales, entre otros. 

"Sabemos que es importante detectar la desnutrición porque es una enfermedad frecuente y la evidencia científica nos dice que merece la pena intervenir en el soporte nutricional del paciente desnutrido porque aporta considerables beneficios. En este sentido, se ha demostrado que, en los pacientes en los que se realiza esta intervención, la mortalidad baja hasta un 35% y se reduce un 21% la mala evolución clínica: se minimizan los ingresos en UCI, los reingresos y las complicaciones", concluye.

Además, el tratamiento de la desnutrición es una intervención coste-efectiva en los pacientes hospitalizados, pues ha demostrado que por cada euro invertido en detectar y tratar a los pacientes desnutridos, se revierte al sistema de 1.9 a 4.2 euros, debido a la reducción de las complicaciones y a las estancias hospitalarias, entre otros beneficios derivados de una intervención nutricional.

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