Hispania Nostra incluye la iglesia de Santas Justa y Rufina de Orihuela en la Lista Roja por riesgo de derrumbe

ALICANTE. Pese a que está catalogada como Bien de Interés Cultural (BIC), la iglesia parroquial de las santas Justa y Rufina, en Orihuela se encuentra en mal estado. La Capilla de la Comunión corre peligro de derrumbe; desde hace años está cerrada y con importantes grietas en su cúpula; se han colocado andamios y puntales para impedir que se caiga. Se ha derrumbado parte del techo de la sacristía, causando importantes desperfectos a la mesa pétrea de la sala y al suelo. Recientemente han aparecido nuevas y más profundas grietas en la parte superior de la nave de la iglesia, debido en parte a las lluvias tan agresivas que ha sufrido el monumento. La torre está en muy mal estado, su escalera se está cayendo y numerosas gárgolas están sujetadas con alambres. Por todos estos motivos, la iglesia parroquial de las santas Justa y Rufina, en Orihuela acaba de ser incluida en la Lista Roja del Patrimonio que elabora la asociación Hispania Nostra (www.listarojapatrimonio.org) y que recoge cerca de 800 monumentos españoles que corren el riesgo de desaparecer si no se actúa de inmediato.

Fue construida en su origen como templo gótico hacia finales del siglo XIII y comienzos del XIV, con importantes reformas y ampliaciones en los siglos XVI y XVIII que dejaron la impronta renacentista y barroca en buena parte de la edificación. Durante la Guerra Civil sufrió daños: el impresionante retablo mayor fue quemado, así como la mayoría de las capillas y mobiliario. El edificio fue declarado Monumento Nacional y Bien de interés Cultural en 1971. Actualmente la propiedad pertenece a la Diócesis de Orihuela-Alicante. El templo es de nave única con capillas entre los contrafuertes. La nave está cubierta por una bóveda de terceletes, cuyas claves están decoradas con policromía y dorado. Están ornamentadas con motivos de la ciudad, motivos de la Corona de Aragón y de las santas titulares de la iglesia. 

Entre los contrafuertes fueron creadas diversas capillas. En una de ellas fue fundada la Cofradía de la Sangre en enero de 1411, por san Vicente Ferrer. Destaca la capilla de San Antonio por su retablo barroco con columnas salomónicas, realizado por el tallista del siglo XVIII José Ganga Ripoll. El edificio tiene dos portadas de acceso, realizadas en periodos distintos: La portada principal, también llamada de las Gradas, es obra de estilo barroco, realizada en el siglo XVIII por el arquitecto lorquino Antonio Villanueva. En esta obra se observa una gran influencia del maestro Jaime Bort, que estuvo trabajando en el mismo templo poco antes. La parte superior de la portada está decorada con un medallón de las santas titulares de estilo berniniesco. A los lados de la misma se iban a disponer otros dos, pero finalmente la obra quedó incompleta. La Portada del Evangelio o portada lateral es de estilo renacentista, cuyo diseño se le atribuye al arquitecto Juan Inglés o Anglés. Reproduce el estilo de portada de arco del triunfo que él mismo difundió por la ciudad desde que llegara de Tortosa. 

El edificio posee una imponente torre-campanario gótica decorada con pináculos y una bóveda de crucería en el cuerpo de campanas. Junto con el Miquelet de la Catedral de Valencia, son los únicos campanarios góticos de esta tipología en la Comunidad Valenciana. Esta torre cuenta con un importante conjunto de campanas, en su mayor parte de los siglos XVII al XIX. Posee, además, una de las piezas de relojería más antiguas de España y la más antigua de la Comunidad Valenciana, datado de principios del siglo XIV. 

El presbiterio es de planta cuadrada con una gran cúpula sobre pechinas y tambor, en el cual fueron abiertos vanos para iluminar el espacio. Las pechinas están decoradas con lienzos de Bartolomé Albert hijo. El presbiterio fue diseñado empleando el estilo renacentista, concretamente siguiendo las pautas de la arquitectura herreriana, bajo el criterio del arquitecto francés Agustín de Bernardino. De esta forma, se sustituye el anterior presbiterio gótico, decorando las bóvedas, muros y cúpula con casetones.