ELDA. La concejala de Ciudadanos en Elda, Loles Esteve, es, desde 2017, la directora del Museo del Calzado. Una reliquia de la industria tradicional que busca abrirse a la innovación pero, sobre todo, acabar con el que es su caballo de batalla, una deuda de 180.000 euros que se ha ido reduciendo en estos últimos tres años. Lo explica en la siguiente entrevista para Alicante Plaza.
-Buenos días, Loles. Gracias por atendernos. En primer lugar. ¿Cómo ha sido la particular 'desescalada' en la reapertura del museo tras el confinamiento?
L.E.: Aperturamos en julio. Esto es un edificio municipal, aunque somos una fundación privada, las dos plantas son cedidas por el Ayuntamiento. Por logística y demás, se fue abriendo progresivamente, nos ha tocado a mediados de julio, como te decía. Durante todo el verano, hasta agosto inclusive, hemos tenido visitas, de extranjeros y no extranjeros, con lo que estamos muy contentos. La situación general de todos los museos, aunque dramática, es de ser un buen recurso turístico, lejos de virus, aglomeraciones, con aire acondicionado… Somos una alternativa de ocio y turismo perfecto. Somos museo industrial y estamos ubicados en el interior de la provincia de Alicante, a cuarenta minutos del paraíso turístico, del sol y playa, que este verano no se ha podido disfrutar al cien por cien. Tenemos 2.000 metros cuadrados de exposición permanente, con lo que no hay problemas de aforo y nos organizamos para que los visitantes no coincidan en la misma sala, no se llegan a cruzar. No hay grupos, ni llegan autobuses, son reducidos; familias.
-¿Qué abarca la exposición permanente, en concreto?
L.E.: Todos los aspectos relacionados con el calzado; desde maquinaria, procesos de producción, tradición, materiales y su evolución, hasta cómo es el calzado en las distintas partes del mundo. Tenemos una colección de famosos; zapatos que nos han ido regalando, de todo tipo de profesiones, periodistas, cantantes y deportistas. Esta gusta mucho a niños, y también a las personas mayores, porque siempre encuentran a su ídolo (risas). Al ser un museo industrial de la comarca, tenemos colecciones de empresas emblemáticas de la zona, y mostramos una evolución de la moda en el siglo XX, zapatos desde el siglo XVIII. Tenemos un apartado también dedicado a la creación, la creatividad y todo lo que encierra el calzado, lo que se te pueda ocurrir, curiosidades: de fiestas, de Fallas y Moros y Cristianos, miniaturas, todo el 'merchandising' de Ficia, con lo que supuso para la industria del calzado en Elda y comarca, con la cartelería. También tenemos una biblioteca, que es una sala de investigación, con mucha documentación de empresas, revistas que no están digitalizadas, italianas, españolas, de los años setenta, ochenta, para temas de regulación, patentes, trabajos de investigadores.
-¿Qué os marcáis en agenda para lo que queda de 2020, y de cara a 2021?
L.E.: Nosotros, durante el confinamiento, que coincidió con el Día de los Museos, hicimos visitas virtuales, que se publicaron en la página de Facebook y Turismo, con juegos y concursos. Hemos estado ahí, y ahora retomamos la agenda de exposiciones temporales. Las reservas de los artistas se han anulado, además de por la incertidumbre, como es el caso de Minicuadros, que ha cancelado su edición y hará una retrospectiva este año; hemos intentado suplirlo con otras exposiciones.
"Tenemos 2.000 metros cuadrados de exposición permanente, no hay problemas de aforo; somos una alternativa perfecta"
Tenemos la muestra sobre la trata, que nos solicitó Cáritas, y, posteriormente, ya retomamos con una exposición conjunta de pintores italianos y españoles, que se ha inaugurado este 20 de octubre, hasta finales de noviembre. Las obras vienen de Italia, con lo que hemos ampliado un poco el plazo, ya que nos pidieron estar más tiempo. Esa sala, la de exposiciones temporales, está reservada con más de un año de antelación, está muy cotizada, porque tiene mucha altura, buena iluminación, y que en Elda tampoco hay mucha oferta de espacios de este tipo; está la Fundación Paurides, estamos nosotros y el Jardín de la Música, con las limitaciones de horario de este último.
-Algunas de las críticas que se escuchan hacia el Museo del Calzado, precisamente, es que hace un poco la función de cajón de sastre. ¿Estás de acuerdo?
L.E.: ¿A nivel de exposiciones? El problema es que no hay otros sitios. Este edificio es municipal, la propiedad es del Ayuntamiento y de la Fundación Ficia, y el 'hall' es comunitario, es de todos. Nosotros gestionamos esa sala, digamos. Lo ideal, y lo que se hacía, sobre todo, al principio, hace 21 años, en la inauguración, son las exposiciones relacionadas únicamente con el calzado; pero en estos momentos yo no me siento con la autoridad moral de decirle a un artista que no puede exponer, que no le cedo la sala, que además es un espacio municipal, no privado. Entiendo perfectamente que, en estos momentos, no hay una alternativa. Es una política que yo me he encontrado desde que llegué, y, hasta que no haya por parte de las concejalías correspondientes posibilidad de ofrecerles otras alternativas, no podemos negarnos. Además, es una sala temporal, que no son propuestas permanentes. Pienso que el calzado es arte, además de ser industria y muchos valores, y cualquier forma de expresión tiene cabida en un museo.
-Un hueso duro de roer con el que también te has encontrado es el tema de la financiación.
L.E.: Nosotros tenemos una partida fija del Ayuntamiento. En su momento, se decidió que la forma de llevarlo adelante tenía que ser a través de una fundación privada, y tiene muchas cosas buenas, pero también muchos inconvenientes. En este sentido, uno principal es la financiación, ya que al depender de una fundación privada, no podemos tener un presupuesto que gestionar desde el minuto uno del ejercicio. Estamos sujetos a la ley de subvenciones, argumentando con una memoria las actividades que se van a realizar, y justificándolas muy bien. Hay mucha más fiscalidad, mayor control. Además, no nos dan el 100%; la cantidad que nos llega es en función de lo que hemos sido capaces de generar y justificar, este año, recibimos 63.000 euros.
"yo no me siento con autoridad moral para decirle a un artista que no exponga aquí, cuando es una sala municipal"
Para una institución como nosotros, que tenemos una tesorería muy pobre, genera muchos inconvenientes a nivel financiero. Además del Ayuntamiento, nos llega una partida anual de 18.000 euros por parte de la Diputación de Alicante. Con la Generalitat, al ser un museo, una colección permanente reconocida, entramos dentro de las líneas de subvención de asociaciones sin ánimo de lucro, etcétera, hay una categoría específica. Otros años eran ayudas relativas a la dinamización de museo y modernización de instalaciones, pero, por la covid, no han convocado la primera, y estamos esperando la resolución de la segunda, que ha incrementado la partida. Ficia es miembro del patronato de la Fundación, pero no hace ninguna aportación económica, es propietaria de algunas salas, no de los terrenos; antes sí lo fue, del edificio.
-Todo esto ha dejado que se acumule una deuda considerable, situación que ha pesado sobre el Museo del Calzado desde hace unos años.
L.E.: Hay una deuda considerable que se arrastra desde hace años, sí. Desde los últimos tres estamos revirtiendo la situación, poco a poco, con nuestra capacidad de generación de recursos, que es limitada, hemos generado alternativas ajenas a la subvención, ya que con esta no se puede amortizar deuda, por ley. De los 180.000 euros que había, quedan unos 100.000. ¿Los motivos? Hasta 2008 se recibían muchas ayudas de la Conselleria, no te sé concretar, porque a mí me interesa trabajar en el futuro. El tema es que la deuda se generó porque había unas subvenciones que se tenían que haber recibido y no llegaron en el plazo marcaron, tardaron años. Paralelamente, no se disminuyó la actividad cultural y de gestión del museo hasta que se vio claro que, finalmente, no se iban siquiera a recibir estas ayudas. Esto, como cualquier empresa, es un barco que no para en seco. Se generó una deuda considerable, sí.
-Confluyen algunas críticas que denuncian cierta 'dejadez' tras haber caído diferentes actos y reconocimientos que entregaba el propio museo. ¿Qué puedes decirnos al respecto?
L.E.: El Premio a la Mejor Calzada, por ejemplo, no se ha realizado este año por el tema de la pandemia. Tenemos un formato que pretende promocionar la industria del calzado, a través de una gala como colofón, como fin de fiesta. Son actos de 'networking', de industria. En estos momentos hay una incertidumbre tremenda: en la gala del Teatro Castelar hemos llegado a meter a casi 800 personas, la Mejor Calzada viene de Madrid, que está confinada… Además de que todos los recursos se están maximizando y derivando a la gestión social, a la atención a las familias desfavorecidas, al apoyo a la industria y al comercio, con lo que este es un año muy atípico. Llevamos ya veinte años de premio, y nuestra intención es continuar. Las galardonadas, en los últimos años, han sido profesionales de la talla de Nieves Álvarez, y Ona Carbonell, el año pasado.
-Con todo, el Museo del Calzado quiere seguir avanzando por el camino de la innovación.
L.E.: Como no hemos conseguido llevar adelante este proyecto de 120.000 euros, nos hemos dado cuenta de que hace mucha falta renovar la colección, el archivo museográfico, ya que el actual es de hace veintidós años. Ahora casi todos los museos llevan al 'modelo MARQ', hace ocho años, distinguido como Mejor Museo de Europa. Tiene una puesta en escena... que es hacia ahí, hacia adonde derivan todos museos, centrarse en piezas. Nosotros intentamos maximizar el número de estas. En este museo lo que pasa es que, en el pecado, va la penitencia. Desde principios del siglo XX ha habido iniciativas de crear un museo del calzado, desde el primer tercio. Por 'x' razón han fracasado, hasta los años ochenta, cuando se inició con germen de formación profesional, en La Torreta. Primero en un almacén y luego construyeron el actual edificio, y se hizo una especie de encuesta popular. La ciudadanía y las empresas aportaban cualquier tipo de herramientas, piezas, zapatos.
"El Museo del Calzado me recuerda al MARQ hace unos años; así que pienso que todo llega, y nos llegará"
Todos quieren ver su pieza expuesta… Gracias a ellos el museo es una realidad, y al empuje de José María Amat, coleccionista 'por genética'. La gente lo vio así y lo siente como propio. Luchar contra eso es duro, hay gente que dice que, si no lo vamos a exponer, no lo dona, incluso nos preguntan dónde lo vamos a poner (risas). Hace falta mucha museografía y museología en la exposición, en definitiva. Las cartelas también se han quedado antiguas; tengo en mente desde hace unos años un proyecto de crear códigos QR de vídeos introductorios a la sala, como unos que tiene Hispanitas, de treinta segundos, no más, y están subtitulados, ya que queremos adaptar también el museo en tema de accesibilidad, con lectura fácil. Tenemos la autorización de la Filmoteca Nacional para reproducir cinco o seis NODO, que hablan de la feria. Hemos sido seleccionados en un proyecto que tiene en marcha el Patronato de Turismo Costa Blanca y Cámara de Comercio para promocionar el turismo industrial, 'Made in Costa Blanca', para realizar paneles autoguía. En cuestión de un mes tendremos los QR, con los vídeos explicativos de ciertas piezas escogidas –hemos hablado con el Museo del Prado en este sentido por la pinacoteca-. Con el tema de calidad, comencé a enterarme hace dos años, y llevamos desde justo antes de la pandemia con la implantación. Es todo un procedimiento de diseñar registros, y te pasan una auditoría, una empresa externa, para conseguir la Q de Calidad Turística de Museos, que será el próximo 10 de diciembre. El Museo del Calzado me recuerda al MARQ hace unos años, así que pienso que todo llega, y nos llegará, todo es posible y hay esperanza. Por otro lado, hemos traducido la web, la nueva es de 2019, como los nuevos folletos, al inglés, alemán, francés y valenciano, antes solo inglés y valenciano. En 2017 empezamos con cursos, como el de Diseño de Calzado, que seguimos con ellos; los impartimos en Alicante, Madrid y Barcelona. Son mejoras que son imperceptibles al público general pero para nosotros son grandes hitos. Partimos de un punto del que podemos conseguir perfectamente la Q, como te comento. Otro objetivo que tenemos a punto de conseguir es la apertura los fines de semana, esto es, sábado tarde, además de por la mañana, y domingo por la mañana. Hemos llegado a un acuerdo con AMFI, personas con dificultad a la hora de encontrar trabajo. Empezaremos en un par de semanas; queremos ver además si podemos iniciar las visitas guiadas centralizadas, y realizar el 'Cenicielda', con Turismo, con motivo del 'Día 37', junto con Petrer, que pretende dar un vuelco al tema de los 'outlet', poniéndolos en valor.
-Más objetivos para medio, largo plazo del museo.
L.E.: La idea es que, cuando alguien salga del museo, pueda hacerse a la idea de por qué un zapato es tan caro. Es uno de los objetivos que pretendemos cumplir. Valorizar la industria. Es una de las formas de ayudar y apoyar, también a nivel de colegios, con los niños, que vean que el trabajo de sus padres está en un museo, por el tema del relevo generacional, para motivarlo, por ejemplo. Que puedan ver el producto terminado, que realiza su madre como aparadora en casa; ponerlo en valor en un museo, que cumple muchas funciones dentro de la industria. Es uno de nuestros grandes caballos de batalla.