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Hay vida

22/02/2021 - 

Esta semana, el 'Perseverance' tomaba tierra en Marte. Se trata de una misión de la NASA para buscar restos de vida en lo que fue el lecho de un lago hace millones de años. Este domingo, Manolo Díaz aterrizó en el Rico Pérez con su nuevo equipo, en lo que también era una misión ambiciosa: derrotar al líder, al Ibiza.

Tras cinco semanas siendo un equipo apagado, el Hércules vuelve a dar señales de vida. Compitió, apretó y demostró que en el coliseo blanquiazul hay vida. La victoria frente al Ibiza significa sumar tres puntos clave, pero también aporta confianza. Ese factor intangible, que tanto influye en el fútbol, puede resultar importante de cara los próximos meses de campeonato.

Hay vida porque el Hércules volvió a ser un equipo sólido, en defensa y en el centro del campo. Romain actuó como un buen reemplazo de Moisés, aunque todos echamos de menos a la fiel pareja de Tano. Hay vida porque Benja se mostró eléctrico y no falló en las dos que tuvo (aunque una fuera mal anulada). Hay vida porque Pedro Sánchez parece empezar a entonarse y demostró unos galones propios de un futbolista con su experiencia. Hay vida porque Raúl Ruiz fue un puñal por la banda derecha (crucemos los dedos y que no sean nada sus molestias). Y hay vida porque el Hércules supo sufrir.

El sufrimiento, que parece una condición indispensable para el aficionado herculano. Raro es tener un fin de semana plácido en el Rico Pérez. Aunque, después de unas semanas sísmicas, poco ha sido. Sufrimos ante el Ibiza, pero como casi siempre, Falcón salvó la alegría. El capitán cumplió con nota y consiguió que casi todos salieran contentos del estadio. Y digo casi, porque hubo uno que se marchó llorando.

En su último 'mano a mano', Sergio Buenacasa recorta, se planta frente al portero y antes de ejecutar el disparo, se toma medio segundo para pensar. Solo él sabe qué se le pasó por la cabeza en ese instante, pero me imagino algo así como: "por favor, tiene que ser esta". Y no. Tampoco salió bien.

Después de criticarle, seguro que a una gran mayoría de nosotros nos dolió verle llorar mientras sus compañeros festejaban. Nadie más que él quiere quitarse esta losa de encima. Pero delante tiene una misión que no difiere demasiado a la de la NASA en Marte: 'perseverar' y seguir buscando su vida, el gol.

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