La preocupación del mercado por el gigante de la promoción inmobiliaria china, que está altamente endeudado, ha ido en aumento con el paso de las semanas
MADRID. Como se refleja en nuestro Índice de Actividad de China, el crecimiento económico del país se ha ralentizado. Esto es el resultado de las restricciones a la movilidad debido a la covid-19, de un cierto endurecimiento de las condiciones monetarias y fiscales tras el fuerte rebote del año pasado, y del debilitamiento del sector inmobiliario.
Índice de actividad en China
La preocupación del mercado por Evergrande, el promotor inmobiliario altamente endeudado, ha ido en aumento. Esto está ciertamente justificado dado el tamaño de Evergrande (con más de 300.000 millones de dólares de deuda), el dominio de la emisión de bonos desde este espacio, los fuertes vínculos con el sistema bancario nacional y la importancia general de la propiedad como método para atesorar riqueza en China.
Es difícil ignorar que una compañía tan grande como Evergrande tenga problemas, y hemos visto una mayor volatilidad en los bonos de otras empresas inmobiliarias chinas. Sin embargo, nuestro escenario base por ahora sigue siendo que las autoridades chinas, bien conscientes de los riesgos, deberían ser capaces en última instancia de gestionar las consecuencias en el sector inmobiliario.
Todo ello incluiría garantizar una reestructuración ordenada de Evergrande si fuera necesario, y evitar otros efectos secundarios en el sector que pudieran poner en peligro más gravemente el crecimiento económico.
En general, aunque probablemente una desaceleración mayor de lo previsto en China podría afectar significativamente a varios países y sectores, no debería hacer descarrilar a la economía mundial.
Craig Macdonald es director global de renta fija de Abrdn
Una serie de lecturas macroeconómicas publicadas sobre China el pasado miércoles, que fueron inferiores a las esperadas, resultaron ser un golpe de realidad para el gigante asiático, tal y como explica el analista