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lleva en marcha desde finales de 2017

Hallec, un restaurante en el centro de Elche con encanto y platos con mucha personalidad

20/07/2018 - 

ELCHE. Aunque a priori siempre parece una buena idea abrir un restaurante en pleno centro o en zonas muy transitadas, a veces la falta de estudio de la competencia puede hacer que por muy buen producto que se ofrezca, sea imposible competir. Es lo que pasó a finales de 2017 con la Pulpería Compostela y el Bodegón Alejandro, que cerraron ante el peso de las franquicias. Sin embargo, buscar un sitio más apartado puede suponer esa ventaja, como es el caso de Hallec Restaurante.

Ubicado a mitad de camino entre el Centro y el Raval, en el Carrer Nou de Sant Antoni, Hallec abrió sus puertas a finales del año pasado, ocupando el lugar de una conocida tetería ilicitana, La Tartana. Una antigua casa planta baja que ha sido reformada con cada negocio y que ahora tiene un toque vintage, con un par de espacios aparte de las habitaciones con mesas, con un jardín y una zona más lounge. Un ambiente reposado que va acorde a la comida que se sirve en el restaurante.

Frente a las cartas amplias que quieren abarcar demasiado, en Hallec ofrece una carta reducida pero bien preparada, donde destacan platos de pescado como atún, mazamorra de almendra cruda y alficoz; elaborado como si fuera tataki; además de rape y bacalao confitado, todo con elegantes combinaciones; y tres platos de carne para elegir, pluma ibérica con parmentier de adobo y trompeta negra, solomillo de ternera y foie y espaldita de cordero.

Como se ve en su elaboración, un punto destacable del restaurante es la personalidad de sus platos. En ese sentido, se nota en los entrantes por ejemplo, donde hay cosas habituales como verduras salteadas o croquetas, pero también tablas de quesos artesanos y un delicioso carpaccio de vieiras con alioli de almendra y setas. Un entrante poco habitual pero tan sabroso como sorprendente, una forma diferente de tratar al género. Como postres, opciones más clásicas como milhojas crujientes de turrón o melón con yogurt y vino dulce.

Se trata por tanto de una carta corta pero concentrada, de buena calidad, con entrantes de toda la vida con otros de mayor diseño y elegancia. Lo mismo con los pescados y las carnes, bien preparados y con toques más personales que lo hacen una buena opción para cenar tranquilamente. Con un precio medio, pero que sobre todo con los platos elaborados compensa bastante. Un sitio ideal para parejas o grupos reducidos que buscan tranquilidad y calidad.


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