siempre que no haya inclemencias meteorológicas 

Guardamar abrirá en abril la desembocadura del Segura al tráfico fluvial

4/03/2020 - 

GUARDAMAR (EFE).  El próximo mes de abril se abrirá la desembocadura del río Segura a los barcos pesqueros y recreativos con base en el puerto de Guardamar del Segura, siempre que no se produzcan inclemencias meteorológicas o de otra índole. Así lo ha anunciado el concejal de Puertos de Guardamar, Jesús Tenza, tras visitar la zona.

En la desembocadura del río ha comenzado la tercera fase del dragado fluvial, donde una retroexcavadora a bordo de una pontona flotante está abriendo una canal próximo a las entradas y salidas de los puertos para aumentar el calado de navegación, bloqueada hasta la fecha debido a los aportes arenosos del oleaje, de las mareas marítimas y del Segura.

Al mismo tiempo, otra máquina deposita las arenas en camiones para ser trasladadas a los vasos. Una vez que puedan transitar los barcos, “gracias a un pasillo fluvial”, el dragado se extenderá a todo el cauce “con más tranquilidad, ya que lo principal es adecuar el río para la navegación”.

“Podemos decir que empieza el principio del final de dragado, un procedimiento que llevamos arrastrando desde diciembre de 2016, cuando se produjo una gran riada que se acrecentó con la DANA del pasado mes de septiembre”, ha dicho el concejal.

La primera fase de los trabajos consistió en la excavación de vasos para verter las arenas en una parcela municipal, a escasos metros del dragado; mientras en la segunda se procedió a la extracción de sedimentos desde la orilla, utilizando maquinaria pesada, para abrir un canal y permitir la entrada a la desembocadura de una plataforma flotante o pontona, “que es la que ahora está actuando en todo el cauce”.

Si las previsiones de obras se cumplen “y no se ven entorpecidas”, en pocas semanas los puertos pesquero y deportivo podrán recuperar su actividad y, en verano, la normalidad será "total".

Estas obras, costeada por el Ayuntamiento guardamarenco, ascienden a 300.000 euros y se prevé extraer unos 18.000 metros cúbicos de toneladas de arenas que, “una vez secas, se analizarán y, a partir de los resultados, se utilizaran, si procede, para la regeneración de las playas, o bien depositadas definitivamente en vertedero autorizado”.

La actual situación llega, según Tenza, tras un proceso “muy largo” para conseguir permisos y autorizaciones, ya que en el lugar de actuación intervienen cinco administraciones: Confederación Hidrográfica del Segura; Dirección General de Costas; Conselleria de Medio Ambiente, Puertos de la Generalitat y Ayuntamiento. 

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